Blas, obispo y mártir (c. a. † 316)
«San Blas bendito, que se ahoga este angelito.» ¿Quién no escuchó esta jaculatoria, mezcla de oración suplicante y quizá
con algo de reminiscencia mágica, cuando se hacía apurada la situación del niño
que se tragó una bola o quedó sin respiración cuando el caramelo o el chicle se
le coló indebidamente? Al tiempo que la experimentada abuela propinaba a la
criatura un buen golpe seco en la espalda o le oprimía el pecho para facilitar
la expulsión del cuerpo extraño, se estaba invocando a uno de los santos más
populares, cercanos y amables de la antigüedad cuyo culto se extendió durante
la Edad Media por toda la cristiandad y ha llegado a nuestra cultura como
protector de los males de garganta.
Y lo curioso es que de Blas se sabe poco porque su vida solo se escribió
cuando pasaron más de cuatro siglos desde que murió. Naturalmente, las Actas
están llenas de fantasías que el pueblo había ido amontonando con el paso del
tiempo sobre su persona y se recogieron poniéndolas por escrito con las
añadiduras que el mismo hagiógrafo del siglo IX tuvo a bien añadir para realzar
su amable figura tan invocada y venerada por las generaciones anteriores; y
hacían muy bien porque hay que mostrarse agradecidos a las personas que nos
hacen favores. Y de esto Blas sabía mucho.
Parece ser que nació en Sebaste –actual Sivas–, en la segunda mitad del
siglo III. Era un armenio.
Dicen que fue médico –entiéndase de cuerpos, como todos los médicos, y no
necesariamente laringólogo que eso es especialización ulterior–, pero aseguran
también que ejercía del mismo modo, con la misma pericia y con estupenda
generosidad la medicina en las almas. Era la caridad la virtud que le impulsaba
a hacer el bien, dando consuelo para los remordimientos y paz en las
tempestades de dentro.
Así que lo eligieron obispo por aclamación de clero local y pueblo, según
la usanza propia del tiempo.
Las circunstancias externas eran extremadamente difíciles entonces por la
persecución de Diocleciano y de sus sucesores, como lo atestigua el martirio de
Eustracio, o el de Carcerio, o el de los 40 mártires de Sebaste que dieron su
vida por la fe.
Cuenta el relato de su vida que aquel sabio y bondadoso obispo Blas se
refugió en las montañas y desde allí mantenía contacto con sus fieles
esporádicamente y en oculto, consolándoles y fortaleciéndoles con su ejemplo y
palabra. Solo una vez interrumpió voluntariamente aquel autodestierro; fue por
la larga visita que hizo a Eustracio en la cárcel la noche antes de su
martirio; compró por dinero al carcelero y pasó con su fiel toda la noche
confortándolo en el difícil trance, dándole la Eucaristía y dialogando sobre el
premio del cielo que se prometía cercano; el alba trajo las primeras claridades
y el abrazo puso fin al diálogo.
El regreso a las montañas fue el comienzo de su vida como anacoreta
retirado en oración y penitencia. Ya que no hay fieles a los que instruir y
curar, vienen las fieras, pequeñas y grandes, a darle compañía en su cueva y a
recibir la bendición del santo que las libraba de sus males, aunque nunca le
interrumpieron durante el tiempo de sus rezos por muy apuradas que estuvieran.
Así lo encontraron los soldados del prefecto Agrícola cuando pateaban el monte
Argeo en busca de fieras para las fiestas de los romanos en el circo;
asombrados lo vieron en escena paradisíaca, rodeado de lobos, tigres, leones,
osos, liebres y conejos.
Describen la conducción del prisionero Blas por las tierras y pueblos
hasta Sebaste como un cortejo triunfal por las aclamaciones de los cristianos y
paganos que se le acercan, le tocan, besan sus vestidos, piden su bendición y
hasta curó al cerdo de aquella mujer que casi se lo destroza un lobo y, lleno
de bondad, sanó la garganta de aquella joven que la tenía atravesada por una
mala espina.
Llevado a la presencia del procurador, se le juzga por blasfemo y le
brindan la oportunidad de salvarse de la muerte con el solo hecho de derramar
unos granos de incienso en la pira encendida a los dioses. Como el obispo
resiste con firmeza, lo apalean, lo cuelgan de un madero y rastrean su cuerpo
con garfios de hierro sin hacerle desistir de su fe. Unas mujeres piadosas
–asegura el relato que fueron siete– tuvieron la osadía de tomar algo de su
sangre y untaron con ella sus cuerpos. Bastó este gesto para que fueran
culpadas, reducidas, encadenadas y condenadas a morir, incluidos los dos
pequeños de aquella buena madre que no dejaban de agarrarse al vestido de mamá.
Fue decapitado Blas, con aquellos dos niños; el año debió de ser el 316.
Su culto se extendió por todo Oriente y, luego, por Occidente. La fama de
taumaturgo se celebró en el templo de Constantinopla consagrado a su nombre. En
Armenia llegó a existir la Orden militar de San Blas. A lo largo de la Edad
Media se pudieron contar en Roma 35 iglesias bajo su protección, y una
privilegiada abadía. En Yugoslavia es el patrono de la república de Ragusa y
hasta se imprimieron monedas con su efigie.
Algunos le invocaron como protector de los ganados, pero el mayor eco que
encontró en el pueblo es el de protector para los males y enfermedades de
garganta. Y no creas que solo es por el interés de salir del paso por las
molestias que acarrea un catarro, un enfriamiento, una infección o un cáncer.
Como con las gargantas hacemos los hombres muchas cosas, también se recurre a
él cuando hay peligro de renegar de la fe, o se pide su intercesión para los
males que originaron las malas confesiones y hasta de las intemperancias en la
bebida.
(Del Santoral de la
Arquidiócesis de Madrid)
ORACIÓN I
Oh glorioso San Blas, que con vuestro
martirio habéis dejado a la Iglesia un ilustre testimonio de la fe, alcanzadnos
la gracia de conservar este divino don, y de defender sin respetos humanos, de
palabra y con las obras, la verdad de la misma fe, hoy tan combatida y
ultrajada.
Vos que milagrosamente salvasteis a un
niño que iba a morir desgraciadamente del mal de garganta, concedednos vuestro
poderoso patrocinio en semejantes enfermedades; y sobre todo obtenedme la
gracia de la mortificación cristiana, guardando fielmente los preceptos de la
Iglesia, que tanto nos preservan de ofender a Dios. Así sea.
Milagroso San Blas, que lleno de júbilo,
en el camino a la cárcel, obrasteis prodigios y salvasteis la vida de un niño
que se moría ahogado por una espina que tenía atravesada en la garganta,
alcanzadnos del Señor la gracia de vernos libres de todas las enfermedades de
lo garganta y emplear a ésta siempre para la gloria de Dios y bien de nuestras
almas. Así sea.
ORACIÓN III
San Blas, santo pontífice y mártir, que,
perseguido, te agradaba la penitencia del desierto, y con tus milagros
convertiste numerosos paganos, te rogamos nos libres de los males de garganta,
y nos concedas la voz; para dar testimonio de la fe con nuestra palabras, y
gozar algún día del cielo en tu compañía. Así sea.
ORACIÓN
PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Acto de amor a
Dios. Creo fiel y verdaderamente en Misterio
de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas
y un solo Dios verdadero, en quien confío firmísimamente conseguir perfección
del dolor que tengo de haber ofendido a su majestad Santísima, intercediendo
los méritos de mi Señor Jesucristo, los de su Santísima Madre y los de mi
glorioso abogado San Blas; suplicando al Señor conserve en mí siempre esta fe
viva, me dé el perdón de mis culpas, el remedio de mis necesidades, y lo que
pido en esta Novena, siendo para honra suya y bien de mi alma; si no, viva
resignado en su santa voluntad, como cosa que más me conviene. Amén.
Meditar a continuación la reflexión del
día que corresponda:
ORACIÓN FINAL PARA
TODOS LOS DÍAS
Dignaos, Señor mío, Padre de las
misericordias, y Dios de todo consuelo, dignaos oír la humilde petición de
vuestro siervo Blas, y restituid a... la salud, para que conozca todo el mundo
que sólo Vos sois el Señor de la muerte y la vida, pues Vos sois el dueño y
soberano de todos, misericordiosamente liberal para con todos cuantos invocan
vuestro santo nombre; humildemente os suplico que todos los que en adelante
recurrieren al Santo para conseguir de Vos, por su intercesión, la curación de
semejantes dolencias, experimenten el efecto de su confianza, y sean
benignamente oídos, y favorablemente despachados. Por nuestro Señor Jesucristo,
Hijo vuestro, que siendo Dios, vive y reina con Vos en unidad del Espíritu
Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Pídase
aquí con fe y confianza al glorioso San Blas el favor particular que desea
alcanzar.
Oración. Santísimo Pontífice de Dios, San Blas,
protector sagrado de los que os invocan, dado por Dios para que en nuestras
aflicciones y quebrantos nos valgamos de vuestro poderoso patrocinio. Yo os
suplico y ruego me alcancéis de la piedad divina, el remedio en mi necesidad,
favor que rendidamente os pido en esta Novena, y asimismo que sea ensalzado su
santísima fe, que dé salud al Sumo Pontífice, paz a los Príncipes cristianos,
refrigerio a las Almas del purgatorio, remisión a los que están en pecado
mortal, perseverancia en la fe, y nos conserve en su gracia, para que pueda
haceros compañía, cantando las divinas alabanzas por los siglos de los siglos.
Amén.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Altísimo y misericordioso Dios, que
estimaste en tanto la humildad, que quisiste que tu Hijo Jesucristo viniese al
mundo desconocido, y viviese despreciado de su mismo pueblo: yo te ofrezco los
méritos de tu humildad y desprecio, y los de tu invicto mártir San Blas, que
retirándose a lo oculto, vivió apartado de los ojos del mundo, conocido solo de
las fieras; y te suplico me apartes de todos los peligros que en el mundo me
amenazan, y de las delicias aparentes que me ofrecen para que te sirva con
mayor perfección, anhelando solo las delicias de la gloria y me concedas lo que
te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Oh Padre de misericordias y Dios de todo
consuelo, que lo comunicas a las almas que te buscan en la soledad y retiro, y
nos enseñaste con el ejemplo de tu Hijo Jesucristo, que se retiraba a orar a la
soledad y desierto: yo te ofrezco los méritos de su elevada oración, y los de
tu esclarecido mártir San Blas, que en el retiro de la cueva se ocupaba día y
noche en la contemplación de las cosas divinas, y en pedir la paz de tu
Iglesia: y te suplico me des un total despego del bullicio de este mundo, para
que libre y sin ruido pueda hallarte en el retiro de mi corazón, y gozar de tu
santa conversación; y me concedas lo que te pido en esta Novena, para gloria y
honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Señor Dios fuerte y poderoso, que
ostentas en lo poderoso lo infinito de tu fortaleza; yo te ofrezco los méritos
de tu valeroso mártir San Blas, y la fortaleza y constancia con que se ofreció
a los ministros del tirano que le buscaban, a imitación de tu Hijo Jesucristo,
que en el huerto salió al encuentro y se ofreció a los judíos que venían a
prenderle: yo te suplico me des una firme constancia para imitar sus pasos, y
una constante fortaleza para hacer rostro a los embarazos que pueda ponerme el
mundo para guardar tu santa ley y me concedas lo que os pido en esta Novena
para gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Único Señor de lo criado, Dios celoso de
las almas, yo te ofrezco los méritos de tu Hijo Jesucristo, que llevado del
celo de tu casa, veneración y culto de tu nombre, arrojó a los sacrílegos que
profanaban tu templo, y a su imitación tu esforzado mártir San Blas despreció
los ídolos del tirano, confesándote a ti Dios único y verdadero: y te suplico
por los méritos de tu valiente mártir, me des gracia para confesar tu Santo Nombre,
y sanidad en la garganta para bendecir y cantar tus alabanzas, y me concedas lo
que te pido en esta Novena para honra y gloria tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Pacientísimo Dios y Señor mío, que por
tu infinita caridad enviaste a tu Unigénito Hijo a redimir al mundo a costa de
tormentos, azotes y afrentas en un madero: yo te ofrezco la sangre que derramó
en toda su pasión, y los tormentos y azotes que padeció tu escogido mártir San
Blas, cuando colgado de un madero herían y maltrataban su cuerpo, gloriándose
de padecer por la confesión de la fe: yo te suplico me des paciencia en mis
tormentos y ahogos, para que mis quebrantos sean meritorios y aceptos en tu
acatamiento, hasta llegar a la patria del descanso, y me concedas lo que te
pido en esta Novena para, gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para todos
los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Liberalísimo Señor y Dios de todo lo
creado, que con altísima providencia repartes los tesoros que encierras en tus
manos: yo te ofrezco los méritos de tu agradecido mártir San Blas, que preso en
la cárcel aceptó la limosna de la pobre viuda, ofreciendo favorecer a los que
celebrasen tu memoria, a ejemplo de tu Hijo Jesucristo, que agradecido al
obsequio de las hermanas de Lázaro, llenó la casa de bendiciones, consolándolas
en su aflicción: y te suplico sea yo agradecido a tus favores, para que
empleándome en hacer bien a los pobres y necesitados reciba de tu mano el
galardón de los tesoros del cielo, y lo que te pido en esta Novena para gloria
y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Omnipotente Señor del cielo y tierra,
que para mostrar el dominio que tienes sobre los elementos, mandaste a tu
Apóstol San Pedro venir a ti seguro sobre las aguas: yo te ofrezco los méritos
de tu glorioso mártir San Blas, que armado con la señal de la cruz, andaba
sobre las aguas como por tierra firme, manifestando tu virtud y poder: y te
suplico, que de tal suerte me adorne con esta sagrada insignia, que me libre de
los ahogos que me ofrece el mar tempestuoso de este mundo, y respire en ti,
descanso único en nuestra peregrinación, y me concedas lo que te pido en esta
Novena para la gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Misericordiosísimo Dios y Señor mío, que
en el nombre de Jesús, tu Hijo, nos dejaste universal medicina parad todas
nuestras dolencias, ofreciendo a sus Apóstoles que con la invocación de este
dulcísimo Nombre, curarían todas las enfermedades: yo te ofrezco los méritos de
tu esforzado mártir San Blas, a quien concediste estando próximo a la muerte la
petición que te hizo de favorecer a todos los que en sus enfermedades y ahogos
invocasen tu nombre: y te suplico me concedas que traiga siempre mis labios
endulzados con la invocación de estos nombres, para que menospreciando los
acíbares y amarguras del mundo, consiga la sanidad del alma y cuerpo, y lo que
te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
Comenzar con la oración preparatoria para
todos los días.
Señor Dios de las venganzas, que con la
muerte de tú Unigénito Hijo té diste por satisfecho de los agravios e injurias
del linaje humano: yo te ofrezco los méritos de su muerte y los de tu
esclarecido mártir San Blas, que por la confesión de tu nombre ofreció su vida
en holocausto a los acerados filos del cuchillo: y te suplico me asistas con tu
gracia, para que cortando la cabeza a mis vicios y pasiones, pueda ofrecerme
como sacrificio en olor de suavidad en el altar de la gloria, y me concedas lo
que te pido en esta Novena para gloria y honra tuya. Amén.
Rezar tres padrenuestros y avemarías en
reverencia a la Santísima Trinidad. Terminar con la oración final para
todos los días.
El Santo San Blas me curo de las anginas continuas que tenía. Pase por la Iglesia sin saber que se conmemoraba el día de San Blas Hice la cola pensando que era para comulgar. Salí sin creer nada y a los meses me pregunatba como no volvía a tener una sola angina. Llevo años de esa curación. Quiero dare mi testimonio
ResponderEliminarDios mio pido esta geacia con toda la fe de mi alma y mi inquebrantable confianza en ti ,a
ResponderEliminarDios mio pido esta geacia con toda la fe de mi alma y mi inquebrantable confianza en ti ,a traves de nuestro abogado san Blas por la salud de mi nietito Lorenzo Diaz, que la voluntad de Dios asi sea.
ResponderEliminarLe doy gracias al intersor ante Dios a San Blas. Pedi po mi hijo y pudo cantar.
ResponderEliminarCon mucha fe en Dios Padre
ResponderEliminarDios Hijo y
Espiritu Santo pido a San Blas la cura para mi garganta
Es primer dia q la rezo y me senti mejor de la garganta
ResponderEliminarQuiero pedir a San Blas por la salud de mi hija y mi hermana para que interceda ante el Todopoderoso, por la curación del problema de tiroides. Amén. A Dios toda la gloria
ResponderEliminarPadre Dios,te pido que mi nieta y yo sanemos de esta tos que nos tiene enfermas. Que tu abogado San Blas ponga su mano en nosotras. Para tener alivio y sanar. Te lo pido en el nombrw del padre, del hijo y del espiritu santo. Amén����
ResponderEliminarGracias San Blas por los favores recibidos. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo. ����
ResponderEliminarle pido a mi Dios por interseccion de san Blas que me pueda curar de mis alergias respiratorias ya que cuando llega el invierno me comienzo a poner muy mal de la garganta y de tos. les ruego este favor especial. Amen
ResponderEliminarle pido a mi Dios por interseccion de san Blas que me pueda curar de mis alergias respiratorias ya que cuando llega el invierno me comienzo a poner muy mal de la garganta y de tos. les ruego este favor especial. Amen
ResponderEliminarSan Blas te pido que me sabes la garganta.Amen
ResponderEliminarSan Blas te pido que me sabes la garganta.Amen
ResponderEliminarSan Blas te pido que me sane la garganta.Amen
ResponderEliminarQuiero Pedro por mi garganta. Que San Blas Sebaste intersedas ante nuestro senor Jesus. para poder cantar sus alabanzas y predicar el evangelio. Amen
ResponderEliminarQuiero Pedro por mi garganta. Que San Blas Sebaste intersedas ante nuestro senor Jesus. para poder cantar sus alabanzas y predicar el evangelio. Amen
ResponderEliminarPido con toda mi fe y humildad la intersección de San Blas para que sea sana de cancer de pulmon ,creo que sos muy milagroso y con Jesús como el Todopoderoso se me otorgará la sanacion .Toda mi vida estare agradecida y hare conocer el milagro que gracias a tu intervención recibi ,gracias San Blas te amo con toda mi alma Mabel Angela.
ResponderEliminarYa ire a agradecerte a tus pies en tu Iglesia.Amen.Lo creo asi y asi sera !!!
San blas curame de la garganta te agradacere el resto de mi vida
ResponderEliminarSan Blas te hago esta novena para que protejas mi hogar durante esta pandemia de coronavirus
ResponderEliminarGRACIAS GLORIOSO SAN BLAS POR LA GRACIA CONCEDIDA.ACERCAME SIEMPRE A JESUS PARA QUE NO OLVIDE PROCLAMAR LA GRANDEZA DE DIOS
ResponderEliminarCon toda mi fe doy gracias a San Blas por su interseccion ante la santísima trinidad por ayudarme a recuperar mi salud integra... Gracias infinitas dan Blas.
ResponderEliminarAmén
EliminarSan Blas te pido sanes a mi hijo de su enfermedad de garganta ... sufro.mucho y me.angustia que le cueste recuperarse por ello ruego a tu poder de sanación que se haga presente en la vida de mi Alejo.. y daré testimonio de mi fe puesta en ti y por ello me.humillo ante Dios Nuestro Señor ...Virgen Madre de Misericordia ruega por nosotros... Amén
ResponderEliminarAmén
San blas te hago esta novena por la recuperación d la garganta d mi madre. Estaré eternamente agradecida con vos. Amén
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