Sábado de la 31ª semana
EL GOZO ETERNO
Porque fuiste fiel
sobre lo poco, te pondré sobre lo mucho; entra en el gozo de tu Señor (Mt 25,
23).
I. Estas pocas cosas
son todo lo que se encuentra en esta vida, que es como nada en comparación de
los bienes celestiales. Lo cual quiere decir: porque fuiste fiel en relación
con los bienes de la vida presente, te pondré sobre lo mucho, esto te daré los
bienes espirituales que están sobre todos esos bienes. El que es fiel en lo
menor, también lo es en lo mayor (Lc 16, 10).
II. A continuación
habla de la grandeza del premio: Entra en el gozo de tu Señor. Porque el gozo
es el premio: Os he de ver, y se gozará vuestro corazón (Jn 16, 22).
Podría decir alguno:
¿Por ventura es la visión el premio o lo es algún otro bien? Respondo que si
otra cosa se dice premio, el gozo, sin embargo, es el premio final. Como
decimos que el fin de los cuerpos pesados es el centro de la tierra, y que
descansar en el centro es lo principal, así el gozo no es otra cosa que el
reposo del alma en el bien alcanzado; por eso, por razón del fin, al gozo se
llama premio.
¿Y por qué dice "Entra en el gozo de tu Señor", y nos "recibe"? Debe responderse que hay dos alegrías, la de los bienes exteriores y la de los bienes interiores. El que goza de los bienes exteriores, no entra en el gozo, sino que cl gozo entra en él; mas el que goza de los espirituales, entra en el gozo: me introdujo el rey en su cámara (Cant 1, 3).
O de otro modo. Lo que
está en alguno, es contenido por éste, y el que contiene es mayor. Así, cuando
el gozo viene de una cosa menor que nuestro corazón, entonces entra el gozo en
el corazón; pero Dios es mayor que el corazón; y por eso el que goza de Dios
entra en el gozo.
Además entra en el
gozo del Señor, es decir, goza del Señor, porque el Señor es la verdad. Por lo
cual la bienaventuranza no es otra cosa que el gozo de la verdad. O también
"Entra en el gozo de tu Señor", significa: Alégrate de aquello dm que
se goza y de que se goza tu Señor; la fruición de sí mismo. Entonces el hombre
goza como el Señor, cuando disfruta del mismo modo que el Señor. Por eso dice a
los Apóstoles: Dispongo yo del reino… Para que comáis y bebáis a mi mesa en mi
reino (Lc 22, 29-30), es decir, para que seáis bienaventurados en lo mismo que
yo soy bienaventurado.
(In Matth., XXV)
III. Este gozo será
colmado: Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido (Jn 17, 24).
Como el deseo es movimiento hacia el bien y el gozo es su descanso en ese bien,
el hombre goza cuando descansa en el bien poseído, hacia el cual se movía el
deseo. Pero el gozo es proporcionado al bien poseído, y del bien creado no
puede tenerse gozo pleno, porque no aquieta plenamente el deseo y apetito del
hombre. Así, pues, nuestro gozo será pleno cuando poseamos aquel bien en el
cual están sobreabundantemente los bienes que podemos desear. Este bien es sólo
Dios, que colma de bienes nuestro deseo. Por eso dice: Pedidlo, para que
vuestro gozo sea cumplido, a saber, disfrutar de Dios y de la Trinidad, después
de lo cual no hay más. Me llenarás de alegría con tu rostro (Sal 15, 11).
(In
Joan., XVI; 2ª 2ae , q. XXVIII, a. 3)
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