Viernes de la 31ª semana
EL TEMOR DEL JUICIO FINAL
Contra este temor
debemos emplear cuatro remedios.
El primero consiste en
obrar bien. ¿Quieres no temer a la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella
elogios (Rom 13,3).
El segundo es la
confesión y penitencia en cuanto a los pecados cometidos, con tres
características, dolor al considerarlos, humildad al confesarlos,
intransigencia al satisfacer por ellos: de esta manera se expía la pena eterna.
El tercero es la limosna, que todo lo purifica. Ganaos amigos con el dinero injusto, para que, cuando fallezcáis, os reciban en las moradas eternas (Lc 16,9).
El cuarto remedio lo
constituye la caridad, es decir, el amor a Dios y al prójimo, amor que cubre
los pecados en bloque, según leemos en 1 Pedro 4 y en Prioverbios 10.
(Escritos catequéticos
cp. 7)
No hay comentarios:
Publicar un comentario