Vanna Pironato y su hija Amanda |
La propia madre de Amanda, Vanna Pironato, la que ha
mostrado su alegría al conocer la noticia de la canonización y ha expresado su
agradecimiento al Giornale di Brescia.
“Los primeros días
fueron fundamentales para la supervivencia de mi pequeña”, cuenta al diario
bresciano. Además, destaca las “lágrimas de alegría” que le cayeron cuando su
hija sanó y supo que no moriría. “Fue un momento inolvidable”, confiesa.
“Ahora somos sencillamente una
familia normal, una familia que ha recibido un don extraordinario. Tengo que
admitir que a veces no nos damos cuenta de lo que ha sucedido”, dice
Amanda.
Visitar la casa del
Papa
Entre sus planes asegura que está conocer mejor la figura
del futuro santo. “Me gustaría mucho ver donde ha nacido aquél al que
consideramos uno de nuestra familia. El Papa Montini es una presencia
fundamental y constante de nuestra vida y lo será siempre. Visitar su casa será
un modo de sentirlo todavía más cerca nuestro”.
Todo comenzó en un nicho bajo el
retablo del altar de San Girolamo, donde está custodiada una reliquia del beato
Pablo VI: la camisa ensangrentada que llevaba en el momento en el que sufrió el
atentado en manila el 27 de noviembre de 1970.
El 24 de noviembre, Vanna se
arrodilló ante el altar del Santuario de las Gracias cuando la reliquia todavía
no estaba ahí. El Papa Francisco había proclamado beato al pontífice tan solo
unos días antes, el 19 de octubre.
Vanna había roto aguas el 23 de
septiembre, pero su hija Amanda contaba con tan sólo 13 semanas y 3 días y los
médicos le habían comunicado que había pocas posibilidades de que la niña
sobreviviera. Aun así, el 25 de diciembre nació con tan sólo 865 gramos.
El pasado 13 de diciembre, los
médicos y teólogos que han investigado el caso durante años confirmaron que la
curación de la niña se trata de un milagro.
Vanna Pironato, madre de Amanda ha sabido de esta confirmación en la casa que tienen en
Legnago (Verona), junto a su hija Amanda, su hijo Riccardo y su marido Alberto.
También ha hablado el sobrino de
Pablo VI, Fausto Montini, quien recuerda a su tío como “un punto de referencia
fundamental en nuestra familia”.
“Teníamos con él una relación muy
afectuosa, una relación que mantuvimos también después de que se convirtiera en
Papa, pero evitando ser inoportunos”, declara.
Aun así, asegura que “cuando
teníamos algún problema en la familia, algo que no iba bien acudíamos siempre a
él: era nuestra luz”. “Era una persona reservada pero muy afectuosa. Nos
mandaba tarjetas escritas a mano para felicitarnos los cumpleaños y los santos,
y en esos mensajes se puede ver todo lo delicado que era”, afirma.
El
milagro
La fe llevó a una futura madre a
pedir la intercesión ante Dios por un milagro al Papa de la encíclica Humanae Vitae, texto que defiende la
transmisión de la vida. El pequeño y gran milagro se llama Amanda, una niña
bella y risueña que nació el 25 de diciembre 2014 con apenas 24 semanas y 4
días de gestación.
La niña
nació prematuramente tras un parto complicado, el rompimiento de la placenta y
la incompatibilidad con la vida sin el liquido amniótico. Los médicos
aconsejaban el aborto.
La placenta se rompe a las 13
semanas y 3 días. La madre desesperada, Vanna Pironato, no se resigna. Ella
rezaba por un milagro en el Santuario de
la Virgen de las Gracias ubicado en Brescia, ciudad natal de Giovanni Battista Montini que
nace en Concesio (Brescia) el 26 de septiembre de 1897, el papa Pablo VI
(1963-1978).
El aborto era una opción inminente.
“Si la membrana de la placenta no se reponía, el corazón del feto dejaría de
latir”, dicen los médicos que hacen lo posible para salvarle la vida.
La joven madre pidió la intercesión
del beato. Lo hizo en un lugar muy especial para Pablo VI, el santuario donde
maduró su juvenil vocación sacerdotal y donde iba a rezar con su familia todos
los domingos.
Se trata de un Santuario dedicado a
la Virgen, cuya iglesia mayor (hoy basílica) se encuentra adyacente a la casa
paterna de Montini y está dedicada a la festividad mariana que se celebra cada
8 de septiembre.
El doctor Giuseppe Noia,
especialista en obstetricia del Policlínico Gemelli de Roma, realizó una amnioinfusión, es decir introduce
liquido fisiológico en la placenta en el lugar del liquido amniótico natural
para que los pulmones de la niña puedan desarrollarse.
La mamá se trasladó desde Roma al
hospital de Monza para acercarla a la familia bajo los cuidados de la doctora
Patrizia Vergani. Vanna recibe en su cuerpo dos amnioinfusiones, pero la
segunda presenta grandes pérdidas. Amanda
sorprende a la ciencia y continúa creciendo. Finalmente nace en Navidad.
Amanda viene al mundo frágil, con el
peso de las 26 semanas de
gestación, apenas 865 gramos, ante la incredulidad de los médicos que
dudaban de su supervivencia. Su pequeñísimo cuerpo fue entubado, llevado a
terapia intensiva y puesto en incubadora.
De hecho, la Congregación para las
Causas de los Santos del Vaticano estaba verificando desde hace un año este
caso, que ha sido comprobado y que constituiría el segundo milagro necesario para la canonización de Papa Montini.
Vanna Pironato ha vuelto al santuario mariano para agradecer.
El primer milagro de Montini para ser beato
¿Cuál es el itinerario para ser
declarado santo en la Iglesia católica? En primer lugar, el reconocimiento de
las “virtudes heroicas”; luego, se le declara “siervo de Dios”; después beato
y, finalmente, santo.
De esta forma, volviendo al caso
Montini, luego de pasar la evaluación de una rígida comisión médica
estadounidense, se certificó el primer
milagro para la beatificación relacionado también con un embarazo
difícil.
En el
primer caso, una mujer de California se había negado a abortar. Los médicos le insistían que
lo hiciera debido a la malformación del
feto y las pocas esperanzas de vida. La mujer confía su dolor a la fe. El niño
se salva y nace sano.
El papa Francisco sucesivamente, el
19 de octubre de 2014, declaró beato a Pablo VI en el contexto del primer
Sínodo sobre la Familia. Ya Benedicto XVI lo había declarado Siervo de Dios el
20 diciembre 2012.
De hecho, durante su reciente visita
a Bozzolo, Italia, el Pontífice latinoamericano manifestó su deseo de canonizar
al papa Pablo VI, reveló el director de la revista diocesana, La Voce del Popolo, Adriano
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