Buen Dios, por intercesión de San Pío de Pietrelcina, que tanto te amó y siempre en ti confió, hasta que consiguió vivir como un niño pequeño abandonado en brazos de su padre, te suplicamos por los niños, por quienes él siempre mostró predilección.
Te confiamos a los niños ricos, que tienen abundancia en bienes materiales, pero que a veces carecen del afecto de sus padres. Te encomendamos a los niños más pobres a quienes nuestra sociedad de consumo ha quitado todas las posibilidades de progreso.
Te imploramos por los niños sanos, para que no se crean inmortales, ni sean soberbios. Te suplicamos por niños enfermos, para que no desesperen ni caigan en la depresión.
Te rogamos por los niños sin hogar, por los que sufren hambre, por los que viven en países en guerra, por los desamparados, por los que han caído en las garras de la droga, por los que son esclavos o viven como si lo fueran, por los chicos de la calle y los encarcelados.
Finalmente, Padre bueno y misericordioso, queremos pedirte por quienes no te conocen, ni han oído hablar de tu Hijo: Que como el Padre Pío, muchos se compadezcan de ellos y consagren su vida a servirlos. Amén
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