MENSAJE DEL PAPA
SAN JUAN PABLO II
PARA LA CUARESMA DE 1985
SAN JUAN PABLO II
PARA LA CUARESMA DE 1985
Queridos hermanos y
hermanas:
También este año deseo en este
tiempo de Cuaresma, hablaros de la angustiosa situación creada en el mundo por
el hambre. Cuando a centenares de millones de personas les falta el alimento,
cuando millones de niños quedan irremediablemente marcados para el resto de su
vida y miles de entre ellos mueren, no puedo callarme, no podemos quedarnos en
silencio o inoperantes.
Sabemos que ayudas cuantiosas son
enviadas por Gobiernos, Organizaciones internacionales y Asociaciones a las
víctimas de esta penuria de alimentos, sin que, por desgracia, todos puedan
recibir lo que les salvaría. ¿Pero no podría lograrse que un esfuerzo tan
importante pudiera ser decisivo, a fin de atacar de manera más definitiva las
causas de este flagelo que azota a escala mundial?
Cierto que las causas naturales,
como las intemperies y los largos períodos de sequía son actualmente
inevitables, mas sus consecuencias serían a menudo menos graves, si los hombres
no añadieran sus errores y a veces sus injusticias. ¿Ha sido hecho todo lo
posible para prevenir, al menos en parte, los nefastos efectos de las
intemperies, así como para asegurar la justa y rápida distribución de los
alimentos y de las ayudas? Hay por otra parte, situaciones intolerables; pienso
en la de los agricultores que no reciben la justa retribución por su duro
trabajo; pienso también en la de los campesinos despojados de sus tierras
productivas por personas o grupos ya abundantemente provistos que acumulan
fortunas al precio del hambre y del sufrimiento de los demás. ¡Cuántas otras
causas y situaciones de hambre podrían ser citadas!
¿En una misma familia pueden unos
comer hasta la saciedad mientras que hermanos y hermanas suyos son excluidos de
la mesa? Pensar solamente en aquellos que sufren no es suficiente. En este
tiempo de Cuaresma, la conversión del corazón nos llama a unir el ayuno con la
oración, para vivificar con la caridad de Dios las iniciativas que las
exigencias de la justicia hacia el prójimo nos inspiran.