Y todos le daban testimonio, y se
admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: "¿Por
ventura no es éste el hijo de José?" Y les dice: "Sin duda me
aplicaréis esta semejanza. Médico, cúrate a ti mismo. Cuanto oímos que hiciste
en Cafarnaúm, hazlo aquí en tu patria". Dice, pues: "En verdad os
digo, que ningún Profeta es bien recibido en su patria. Dígoos en verdad,
muchas viudas había en Israel en tiempo de Elías, cuando se cerró el cielo
durante tres años y seis meses, resultando grande hambre en toda la tierra, y a
ninguna de aquéllas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de
Sidonia. Y había muchos leprosos en Israel, en tiempo de Eliseo Profeta, y
ninguno de ellos fue curado, sino Naamán Siro".
Y se llenaron todos de ira en la
sinagoga, oyendo estas cosas, y se levantaron, y le echaron fuera de la ciudad:
Y lo llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el cual estaba edificada la
ciudad, para precipitarlo: mas El, pasando por medio de ellos, se fue.
Habiendo venido el Señor a Nazaret, se
abstuvo de hacer milagros, para no excitar mayor envidia. Les expone una
doctrina no menos admirable que los milagros. Había cierta divina gracia
inefable en las palabras del Salvador, que enternecía las almas de los que le
escuchaban, de donde se dice: "Y todos le daban testimonio".
Le daban testimonio, testificando que El
era verdaderamente -como había dicho- Aquel de quien cantara el Profeta.
San Ambrosio
Crisóstomo, hom. 49, in Matth
Pero necios admiradores de la virtud de
la palabra, le desprecian a El, por aquel a quien creían su padre, de donde
sigue: "Y decían: ¿Acaso éste no es el hijo de José?"
San Cirilo,
in Cat. graec. Patrum
Pero ¿qué impide, para ser venerable y
admirable, que fuese hijo -como creían- de José? Por ventura no ves los divinos
milagros, a Satanás vencido y a muchos curados de sus enfermedades.
Crisóstomo, hom. 49, in Matth
Después de mucho tiempo y de la
publicidad de sus milagros, volvió a ellos y no le soportaron, sino que nuevamente
se encendían de envidia, por lo que sigue: "Y les dijo: Ciertamente que me
diréis este símil: Médico, cúrate a ti mismo".
San Cirilo
Era éste un proverbio comúnmente
admitido entre los judíos, inventado para ofender a otro; así decían algunos a
los médicos que estaban enfermos: "Médico, cúrate a ti mismo".
Glosa ordin
Como diciendo: Hemos sabido que curaste
a muchos en Cafarnaúm, cúrate también a ti mismo, esto es, haz igualmente en tu
ciudad, donde fuiste concebido y criado.
San Agustín, De cons. Evang., lib. 2, cap. 42
Puesto que San Lucas recuerda las
grandes cosas que hizo, y sabe que no las ha contado todavía, ¿qué cosa más
evidente que él ha contado esto antes de tiempo? Pues no ha pasado tan allá del
bautismo, que se crea haber olvidado que aún nada ha dicho de lo que pasó en
Cafarnaúm.
San Ambrosio
No en vano se excusa el Salvador de no
haber obrado milagro alguno en su patria; para que no creyese alguien que el
amor a la patria debe ser para nosotros el inferior, pues sigue: "Dice,
pues: En verdad os digo, que ningún profeta es bien recibido en su
patria".
San Cirilo
Como diciendo: Queréis que haga muchos
prodigios entre vosotros, cerca de quienes he sido criado; mas no se me oculta
cierta pasión común a muchos. Se desprecian de alguna manera siempre, aun las
cosas mejores, cuando no suceden rara vez a alguno, sino cuando él quiere; y
así pasa con los hombres, al que es familiar, como siempre está dispuesto, se
le niega la reverencia debida por sus conocidos.
Beda
Que Cristo es llamado profeta en las
Escrituras, lo atestigua Moisés, cuando dice: "Dios os suscitará un
profeta de entre vuestros hermanos" ( Dt 18,15).
San Ambrosio
Con este ejemplo se da a entender que en
vano se debe esperar la ayuda de la Misericordia divina, cuando se tiene
envidia al mérito de la virtud de otro. El Señor desprecia a los envidiosos, y
aleja los milagros de su poder, de aquellos que persiguen en otros los divinos
beneficios; pues las operaciones de la carne del Señor son una prueba de su
divinidad, y lo que es invisible en El se nos demuestra por lo que es visible.
Observad, pues, los males que produce la envidia. La patria de Jesús, la cual
fue digna de que el Hijo de Dios fuese en ella concebido, es juzgada indigna de
sus obras por la envidia.
Orígenes, in Lucam hom. 33
En la narración de San Lucas, no se dice
que Jesús hubiese hecho prodigio alguno en Cafarnaúm; pues antes que viniese a
Cafarnaúm, léese que vino a Nazaret, por lo que presumo que estas palabras:
"Todas aquellas cosas que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm",
ocultan cierto misterio, y que Nazaret representa a los judíos, como Cafarnaúm
a los gentiles. Tiempo vendrá en que dirá el pueblo de Israel: Danos a conocer
lo que has manifestado a todo el mundo; predica tu palabra al pueblo de Israel,
para que, al menos cuando entren todas las gentes se salve todo Israel. Por lo
tanto, creo que el Salvador contestó muy oportunamente: "Ningún profeta es
acepto en su patria", más bien según el espíritu que según la letra.
Aunque Jeremías no fue bien recibido en Anathoth -su patria- así como los demás
profetas, paréceme, no obstante, que se entiende mejor diciendo que, aunque el
pueblo de la circuncisión fue la patria de todos los profetas, las naciones
recibieron el anuncio de Jesucristo, y creyeron a Moisés y a los profetas, que
anunciaban al Cristo, más dócilmente que los de su patria, que no recibieron a
Jesús.
San Ambrosio
Cita un ejemplo muy a propósito para
reprimir la arrogancia de sus conciudadanos celosos, y muestra que su conducta
está conforme con las antiguas Escrituras; pues sigue: "En verdad os digo,
que muchas viudas había en Israel en los días de Elías", no porque los
días fueran de Elías, sino porque durante ellos operó Elías.
Crisóstomo
Este ángel de la tierra; este hombre
celestial, que no tenía habitación, ni mesa, ni vestido como muchos, llevaba en
su boca la llave de los cielos; y esto es lo que sigue: "Cuando se cerró
el cielo". Después que cerró el cielo, e hizo la tierra estéril, reinaba
el hambre y se consumieron los cuerpos. Y por ello sigue: "Cuando hubo una
grande hambre por toda la tierra".
San Basilio
Como vio que la saciedad engendraba
grandes escándalos, les impuso el ayuno por medio del hambre, y reprimió así la
culpa de aquéllos, que iban creciendo demasiado. Los cuervos, que de ordinario
roban a los otros su alimento, lo suministraron al justo.
Crisóstomo
Y como se secó el río de donde bebía el
justo, el Señor le dijo: "Ve a Sarepta de Sidonia: allí mandaré a una
mujer viuda que te alimente" ( 1Re 17,9). Por lo cual prosigue: "Mas
a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una mujer viuda, en Sarepta de
Sidonia". Lo cual se verificó por una gracia especial del Señor. Dios hizo
que marchase por un camino muy largo hasta Sidonia, para que, viendo el hambre
que se padecía, pidiese al Señor las lluvias. Entonces había muchos que eran
ricos, pero ninguno hizo lo que la viuda. La veneración de esta mujer hacia el
Profeta la hizo hallar riquezas, no en sus dominios, sino en su voluntad.
San Ambrosio
Según el sentido místico, dice: "En
los días de Elías", porque días hacía para aquéllos, que veían en sus obras
la luz espiritual, y por lo tanto se abría el cielo para los que veían los
misterios divinos; y se cerraba durante el hambre, porque no había deseo de
conocer al Señor. Aquella viuda, a quien fue enviado Elías, es una figura de la
Iglesia.
Orígenes, in Lucam hom 32
Como había hambre en todo Israel, esto
es, de oír la palabra de Dios, vino el profeta a la viuda, de la que se dice:
"La que está abandonada tiene más hijos que aquélla que tiene esposo"
( Is 54,1); y habiendo venido, multiplica su pan y sus alimentos.
Beda
Sidonia quiere decir caza inútil;
Sarepta, incendio o escasez de pan; con lo cual se representa a la gentilidad,
que, dedicada a la caza inútil -esto es, a las ganancias y a los negocios de la
vida-, sufría el incendio de las pasiones carnales, y la escasez del pan
espiritual; hasta que Elías -esto es, la palabra profética-, después de haber
cesado la inteligencia de las Sagradas Escrituras, por la perfidia de los
judíos, vino a la Iglesia, para que, recibido en ella, alimentase y fortificase
los corazones de los creyentes.
San Basilio
Así toda alma, viuda y privada de la
virtud y del conocimiento de Dios, cuando recibe la divina palabra, y conoce
sus propios defectos, aprende a alimentar la palabra con el pan de las
virtudes, y a regar la ciencia de la virtud con la fuente de la vida.
Orígenes, in Lucam hom. 33
Mas dice otra cosa todavía en el mismo
sentido, cuando añade: "Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del
Profeta Eliseo; mas ninguno de ellos fue limpiado sino Naaman de Siria, el cual
no era, en verdad, de Israel".
San Ambrosio
En un sentido místico el pueblo, formado
de extranjeros, se une a la Iglesia para seguirla. Era leproso antes de ser
bautizado en el río misterioso, mas después que fue purificado, por medio del
Sacramento del Bautismo de todas las manchas que tenía en su cuerpo y en su
alma, empezó a ser una virgen inmaculada sin arrugas.
Beda
Naaman -que quiere decir hermoso-,
significa pueblo de las naciones, a quien se manda purificar siete veces,
porque el bautismo salva lo que regenera por medio de los siete dones del
Espíritu Santo. Su carne aparece después de la purificación como la de un niño,
porque la madre gracia pone a todos en una misma infancia, o porque se hace
semejante a Cristo, de quien se dice: "Un niño nos ha nacido" ( Is
9,6).
Griego, in Cat. graec. Patr
Se indignan porque les echa en cara su
mala intención; de donde sigue: "Y se llenaron todos de ira en la
sinagoga, oyendo estas cosas". Como había dicho: "Hoy se cumple esta
profecía", creyeron que se comparaba a sí mismo a los profetas, y por eso
se indignaron y lo echaron fuera de la ciudad; de donde se sigue: "Y se
levantaron, y le echaron fuera de la ciudad".
San Ambrosio
No debe causar extrañeza que perdiesen
su salvación, aquellos que arrojaron al Salvador de sus confines. El Señor,
pues (que había enseñado a los apóstoles con su ejemplo cómo debe tratarse a
los demás), ni rechaza a los que quieren estar con El, ni obliga a los que no
quieren; ni hace oposición a los que le arrojan, ni desoye a los que le piden.
Y no es pequeña la envidia que se levanta, cuando olvidándose todos de la
caridad del Salvador, convierten los motivos de gratitud en odios acerbos. De
aquí sigue: "Y lo llevaron hasta la cumbre del monte, sobre el cual estaba
edificada la ciudad, para despeñarlo".
Beda
Los judíos son peores, siendo
discípulos, que siendo el diablo maestro. Porque aquél dice: "Arrójate al
abismo" ( Mt 4,6); pero estos intentan arrojarle de hecho. Mas el
Salvador, mudando la intención de ellos, o aturdiéndolos, bajó, porque aún les
reservaba ocasión de arrepentirse. De aquí prosigue: "Mas El, pasando por
medio de ellos, se fue".
San Crisóstomo
En lo cual da a conocer lo que es propio
de la humanidad y lo que es propio de la divinidad: encontrarse en medio de los
que le acechan y no ser aprehendido, da a entender la excelencia de la
divinidad. Pero marcharse es tanto como dar a conocer el misterio de una gracia
especial, esto es, de la encarnación.
San Ambrosio
Entiéndase también que no sufrió la
pasión de su cuerpo por necesidad, sino voluntariamente. Porque cuando quiere,
es prendido; y cuando quiere, se escapa. Y si no ¿cómo podía ser prendido por
unos pocos, el que no puede ser detenido por un pueblo entero? Mas quiso ser
perseguido por una muchedumbre sacrílega, a fin de morir por todos, siendo
inmolado por unos pocos. Sin embargo, quería más bien salvar a los judíos que
perderlos para siempre, y por eso cuidaba de que ellos no pudiesen cumplir lo
que querían, dejando frustrado su furor.
Beda
No había venido aún la hora de su
pasión, que debía tener lugar durante la preparación de la Pascua; tampoco se
encontraba en el lugar en donde debía suceder la pasión, el cual no se figuraba
en Nazaret, sino en Jerusalén, con la sangre de las víctimas; ni tampoco había
elegido esta clase de muerte, puesto que todos los siglos anunciaban que sería
crucificado
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