Canon 332 § 1. El Romano Pontífice obtiene la potestad plena y suprema
en la Iglesia mediante la elección legítima por él aceptada juntamente con la
consagración episcopal. Por lo tanto, el elegido para el pontificado supremo
que ya ostenta el carácter episcopal, obtiene esa potestad desde el momento
mismo de su aceptación. Pero si el elegido carece del carácter episcopal, ha de
ser ordenado Obispo inmediatamente.
§
2. Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez
que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada
por nadie.
Benedicto XVI dejará el Pontificado el próximo 28 de febrero a las 20.00 horas «por falta de fuerzas»
Estas son las palabras con que Benedicto XVI anunció su renuncia.
“Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de
canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia
para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente
mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no
tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
Vaticano, 10 de febrero 2013
BENEDICTUS PP. XVI
Soy muy
consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser
llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor
grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas
transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la
fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor
tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha
disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer
bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con
plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor
de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de
2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a
las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de
quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo
Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el
trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido
perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado
de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa
Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el
nuevo Sumo Pontífice.
Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón
a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.”
Vaticano, 10 de febrero 2013
BENEDICTUS PP. XVI
El último Pontífice en renunciar fue Gregorio XII, el veneciano Angelo
Correr, que dimitió en 1515, dos años antes de morir.
Los otros casos de renuncia al pontificado han sido los de Benedicto IX,
elegido en el 1032 y Celestino V, que renunció en 1294 al declararse carente de
experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia. Benedicto XVI ya explicó
en su libro-entrevista con Peter Seewald "Luz del mundo", en 2010,
que un Papa puede dimitir: «Si el Papa llega a reconocer con claridad que
física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene
el derecho y, en ciertas circunstancias, también el deber de renunciar». En el
mismo documento, ya señalaba que notaba cómo sus fuerzas iban disminuyendo y
temía que el trabajo que conllevaba su misión fuera «excesivo para un hombre de
83 años».
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