Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor,
Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.
Oración preparatoria
¡Oh Corazón divinísimo de mi
amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de
celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado
culto y bien de mi alma. Amén.
Rezar aquí la oración de
correspondiente a cada día…
Tres Padrenuestros,
tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se
mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque.
Oraciones finales
¡Oh Padre Eterno! Por medio
del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad;
por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os
adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que,
voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo
satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los
hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro
divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo
suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi
amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a
Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos,
y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo
deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.
Hacer aquí la
petición que se desea obtener con esta novena
¡Oh Corazón divinísimo de
Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón
inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas,
por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por
ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las
criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con
todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las
alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial
y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.
Oración del primer
día: Corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones
¡Oh Corazón sacratísimo y
melifluo de Jesús, que, con ferventísimos deseos y ardentísimo amor, deseáis
corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones! Inflamad y
consumid las maldades e imperfecciones del mío, para que se abrase en vuestro
amor. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra
vos, ¡oh amantísimo Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor
gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma.
Oración del segundo
día: Deseos y amorosos suspiros
¡Oh Corazón amabilísimo de
Jesús, celestial puerta por donde nos llegamos a Dios y Dios viene a nosotros!
Dignaos estar patente a nuestros deseos y amorosos suspiros, para que, entrando
por vos a vuestro Eterno Padre, recibamos sus celestiales bendiciones y
copiosas gracias para amaros. Dadme la gracia de resarcir las injurias e
ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta
novena, sí es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Oración del tercer
día: Seguir vuestras sendas rectísimas para la perfección y para el cielo
¡Oh Corazón Santísimo de
Jesús, camino para la mansión eterna y fuente de aguas vivas! Concededme que
siga vuestras sendas rectísimas para la perfección y para el cielo, y que beba
de vos el agua dulce y saludable de la verdadera virtud y devoción, que apaga
la sed de todas las cosas temporales. Dadme la gracia de resarcir las injurias
e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta
novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Oración del cuarto
día: Aspirar a formar mi corazón a vuestra semejanza
¡Oh Corazón purísimo de
Jesús, espejo cristalino en quien resplandece toda la perfección! Concededme
que yo pueda contemplaros perfectamente, para que aspire a formar mi corazón a
vuestra semejanza, en la oración, en la acción y en todos mis pensamientos,
palabras y obras. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes
hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es
para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Oración del quinto
día: Perfeccionar todas mis obras
¡Oh Corazón dulcísimo de
Jesús, órgano de la Trinidad venerada, por quien se perfeccionan todas nuestras
obras! Yo os ofrezco las mías, aunque tan imperfectas, para que supliendo vos
mi negligencia, puedan aparecer muy perfectas y agradables ante el divino
acatamiento. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas
contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para
mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén
Oración del sexto
día: Hallar quietud, sosiego y gozo en el templo hermoso de la paz
¡Oh Corazón amplísimo de
Jesús, templo sagrado donde me mandáis habite con toda mi alma, potencias y
sentidos! Gracias os doy por la inexplicable quietud. sosiego y gozo que yo he
hallado en este templo hermoso de la paz, donde descansaré gustoso eternamente.
Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh
amante Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de
Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Oración del séptimo
día: Mis peticiones, para conseguir el fruto que deseo
¡Oh Corazón clementísimo de
Jesús!, divino propiciatorio, por el cual ofreció el Eterno Padre que oiría
siempre nuestras oraciones, diciendo: "Pídeme por el Corazón de mi
amantísimo Hijo Jesús; por este Corazón te oiré, y alcanzarás cuanto me
pides". Presento sobre vos a vuestro Eterno Padre todas mis peticiones,
para conseguir el fruto que deseo. Dadme la gracia de resarcir las injurias e
ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os pido en esta
novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma. Amén.
Oración del octavo
día: Vivir siempre respirando llamas de amor divino
¡Oh Corazón amantísimo de
Jesús, trono ígneo y lucidísimo, inflamado en el amor de los hombres, a quienes
deseáis abrasados mutuamente en vuestro amor! Yo deseo vivir siempre respirando
llamas de amor divino en que me abrase, y con que encienda a todo el mundo,
para que os corresponda amante y obsequioso. Dadme la gracia de resarcir las
injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y la que os
pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de
mi alma. Amén.
Oración del noveno
día: Ablandar nuestra dureza y hacer más patente el amor
¡Oh Corazón dolorosísimo de
Jesús, que para ablandar nuestra dureza y hacer más patente el amor con que
padecisteis tantos dolores y penas para salvarnos, los quisisteis representar
en la cruz, corona de espinas y herida de la lanza, con que os manifestasteis
paciente y amante al mismo tiempo! Dadme la gracia de resarcir las injurias e
ingratitudes hechas contra vos, correspondiendo agradecido a vuestro amor, y la
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y
bien de mi alma. Amén.
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