martes, 19 de junio de 2012

Nacimiento de San Juan Bautista (Misa vespertina de la vigilia) Catena Aurea

          Lucas 1, 5-17
          Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la suerte de Abías; y su mujer de las hijas de Aarón; y el nombre de ella Isabel. Eran ambos justos delante de Dios, caminando irreprensiblemente en todos los mandamientos y estatutos del Señor. Y no tenían hijos, porque Isabel era estéril, y ambos eran avanzados en sus días. (vv. 5-7)
          Y aconteció, que ejerciendo Zacarías su ministerio de sacerdote delante de Dios en el orden de su vez, según la costumbre del sacerdocio, salió por su suerte a poner incienso, entrando en el templo del Señor. Y toda la muchedumbre del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. (vv. 8-10)
          Y se le apareció el Angel del Señor, puesto en pie a la derecha del altar del incienso. Y Zacarías, al verle, se turbó: y vino temor sobre él. Mas el Angel le dijo: "No temas, Zacarías, porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Isabel te parirá un hijo, y le darás el nombre de Juan: Y tendrás gozo y alegría, y se gozarán muchos con su nacimiento". (vv. 11-14)
          "Porque será grande delante del Señor. Y no beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor, que es el Dios de ellos. Y marchará delante de él con el espíritu y la virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los incrédulos a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo perfecto". (vv. 15-17)

San Juan Crisóstomo
Lucas inicia la narración evangélica con el relato de Zacarías y de la natividad de Juan, contando maravilla antes de maravilla, menor antes que mayor. Pues como había de dar a luz una virgen, la gracia nos prepara a ese misterio, mostrándonos una anciana estéril que concibe. Declara también el tiempo cuando dice: "Hubo en los días de Herodes". Y añadió la dignidad cuando dijo: "Rey de Judea". Hubo otro Herodes, que mató a San Juan; pero aquél fue tetrarca y éste fue rey.


Eutimio
Rey -digo- el que mató a los niños, padre de aquel Herodes, que mató a Juan Bautista.

Beda
El tiempo de Herodes, esto es, de un rey extranjero, atestigua la venida del Señor. Se había predicho: "No faltará un príncipe de Judá, ni un jefe de su familia hasta que venga el que ha de ser enviado" ( Gén 49,12). Desde que los judíos salieron de Egipto fueron regidos por jueces, sacados de su misma gente, hasta el profeta Samuel y después por reyes hasta la cautividad de Babilonia. Después de la vuelta de Babilonia, la suprema autoridad era ejercida por los sacerdotes, hasta Hircano, que fue rey y sacerdote a la vez. Muerto éste por Herodes, el reino de Judea fue entregado para su gobierno, por mandato de César Augusto, al mismo Herodes, extranjero; en cuyo año trigésimo primero vino el que había de ser enviado, según la dicha profecía.

San Ambrosio
Nos enseña la Divina Escritura que conviene alabar las costumbres, no solamente de aquellos que conmemoramos, sino también las de sus padres, a fin de que brillen en aquellos que queremos alabar como una herencia inmaculada de pureza. Por eso la nobleza de San Juan se extiende, no sólo a sus padres, sino también a sus antepasados. No es ilustre por el ejercicio de un poder secular, sino venerable por la sucesión de piedad. Es completa la alabanza cuando comprende la descendencia, las costumbres, el oficio, los hechos y la rectitud.
El oficio fue de sacerdote. De donde dice: "Un sacerdote llamado Zacarías".

Beda
San Juan nació de linaje sacerdotal, para que con tanto más poder anunciase la permanencia del sacerdocio, cuanto apareciese que él pertenecía a la raza sacerdotal.

San Ambrosio
Su ascendencia se comprende por la mención de sus antepasados. Por ello sigue: "De la familia de Abías", es decir, noble entre las mejores familias.

Beda
Habían príncipes del santuario (esto es, sumos sacerdotes) tanto entre los hijos de Eleazar como entre los de Tamar, cuyos turnos para entrar en la casa del Señor -según sus ministerios- los dividió David en veinticuatro, tocándole a la familia de Abías (de la cual nació Zacarías) el octavo. ( 1Cro 24,10). No sin motivo el primer anunciador del Nuevo Testamento nace con los derechos del octavo grupo. Pues así como el Antiguo Testamento se expresa muchas veces con el número siete, a causa del sábado, así también el Nuevo Testamento se expresa algunas veces con el número ocho, a causa del misterio del domingo, o de la resurrección del Señor, o de la nuestra.

Teofilacto
Queriendo demostrar que era legalmente de raza sacerdotal, añade: "Y su mujer era de las hijas de Aarón, y el nombre de ella Isabel"; pues no se permitía tomar mujer de otra tribu sino de la propia. Isabel quiere decir descanso y Zacarías recuerdo del Señor.

Beda
San Juan fue engendrado de padres justos, a fin de que pudiese dar a los pueblos preceptos de justicia con tanta más confianza cuanto que él no los había aprendido como nuevos, sino que los guardaba como recibidos de sus antepasados por derecho hereditario, de donde sigue: "Pues eran ambos justos delante de Dios".

San Ambrosio
Y así comprende las costumbres en la justicia. Dice, pues, bien: "Delante de Dios", porque puede suceder que alguno aparezca justo por una bondad afectada y popular, y no lo sea delante de Dios, si la justicia no nace de la simplicidad de la mente, sino que se simula con la adulación. La perfecta alabanza, pues, consiste en ser justo delante de Dios. Sólo puede llamarse perfecto aquel que es probado por quien no puede ser engañado. En los mandamientos comprende los actos, en la justificación el juicio. De donde prosigue: "Caminando irreprensiblemente en todos los mandamientos y estatutos del Señor". Cuando obedecemos a los mandatos celestes, marchamos en los mandamientos del Señor. Cuando juzgamos convenientemente, parece que tenemos las justificaciones de Dios. Con todo, conviene hacer el bien, no sólo delante de Dios, sino también delante de los hombres. Por esto continúa: "Sin queja". Ninguna queja hay donde la bondad de la inteligencia está conforme con la bondad de la acción. Mas la justicia de los hombres -algunas veces más dura- suscita quejas.

Orígenes
Una cosa justa puede hacerse injustamente, como si uno hace dádivas por ostentación, lo cual no deja de ser censurable.
Prosigue: "Y no tenían hijo porque Isabel era estéril", etc.

San Juan Crisóstomo, in cap. graec. Patr. ex homil. in Genes
No sólo Isabel era estéril, sino que también lo habían sido las mujeres de patriarcas: Sara, Rebeca y Raquel, lo cual era deshonroso entre los antiguos. No podemos decir que la esterilidad sea efecto de pecado, puesto que los que vivían unidos eran justos y virtuosos. La causa de la esterilidad fue más bien tu propio beneficio, para que cuando vieses a la Virgen dar a luz al Señor, no fueses incrédulo, negándote a creer en tu interior la fecundidad de las estériles.
 
Teolifacto
Y para que tú también aprendas que la ley de Dios no estimula la multiplicación corporal de los hijos, sino más bien la espiritual, "habían adelantado los dos" no sólo según el cuerpo, sino también según el espíritu poniendo ascensiones en el corazón 1 y teniendo su vida como un día y no como una noche, andando honestamente como en el día.
  
Beda
Dios constituyó por medio de Moisés un sumo sacerdote, a quien mandó que sucediese otro, por orden, cuando aquél hubiese muerto. Esto se vino observando hasta el tiempo de David, a quien se le mandó por Dios que instituyese muchos. Por eso ahora se afirma que Zacarías ejercía el sacerdocio en el turno de su grupo, cuando se dice: "Y aconteció que ejerciendo Zacarías su ministerio de sacerdote delante de Dios, en el orden de su vez, según la costumbre del sacerdocio, salió por su suerte", etc.

San Ambrosio
Parece que aquí se designa a Zacarías como sumo sacerdote. Porque una vez al año entraba solo el sumo sacerdote en el segundo santuario, no sin el sacrificio que ofrecía por él y por los pecados del pueblo.

Beda
No fue ahora elegido por una nueva suerte cuando había de entrar a ofrecer el incienso, sino por la suerte primera cuando sucedió a Abías en el orden de su pontificado. Prosigue: "Y toda la multitud del pueblo", etc. El incienso era llevado por el pontífice al Sancta Sanctorum, esperando todo el pueblo fuera del templo el día décimo séptimo de cada mes, según estaba mandado. A este día se le llamó de expiación o de propiciación. Exponiendo el Apóstol a los hebreos el misterio de este día, les manifiesta que Jesús es verdadero Pontífice, que subió a los cielos por su propia sangre, para reconciliarnos con el Padre, e interceder por los pecados de aquellos que todavía esperan orando a la puerta.

San Ambrosio
Este es, pues, aquel sumo sacerdote que aún se busca por suerte, quien es todavía desconocido como verdadero, porque el que es elegido por suerte no se comprende con humano juicio. El uno, pues, se buscaba, y el otro era verdadero Sacerdote eterno, que debía reconciliar a Dios Padre con el género humano, no con la sangre de las víctimas sino con su propia sangre. En ese entonces habían constantes cambios en el sacerdocio, ahora es eterno.

San Juan Crisóstomo, homiliae. 2, de incomprehens. Dei natura
Habiendo entrado Zacarías en el templo para ofrecer a Dios preces por todos, como mediador entre Dios y los hombres, vio que el Angel estaba dentro, por lo que se dice: "Y se le apareció el Angel", etc.

San Ambrosio
Bien se dice que un Angel se apareció a Zacarías, quien lo vio de repente. Esto sucede con frecuencia en la Sagrada Escritura tratándose de los Angeles o de Dios, que lo que no puede verse de antemano, se diga que aparece. Pues no se ven las cosas sensibles del mismo modo que Aquel que se deja ver porque quiere, siendo invisible por naturaleza.

Orígenes
Y esto no lo decimos tan sólo del presente siglo sino también del futuro. Cuando salgamos del mundo no a todos aparecerán Dios ni los Angeles, sino que los verá tan solamente aquel que tuvo un corazón limpio. El lugar no podrá perjudicar ni favorecer a nadie.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 11
Se apareció de una manera evidente y no en sueños, porque anunciaba una cosa extraordinaria y para ello era necesaria una visión más clara y admirable.

San Juan Damasceno, de fide orth., lib. 2, cap. 3
Sin embargo, los ángeles no se aparecen a los hombres tal y como son, sino transfigurados en las formas que Dios les manda, para que puedan ser vistos por aquellos a quienes los envía.
 
Teofilacto
Dice, pues "del altar del incienso", porque había otro altar destinado a los holocaustos.

San Ambrosio
No sin razón se aparece el ángel en el templo porque ya se anunciaba la venida del verdadero Sacerdote y se preparaba el sacrificio celestial, al cual habían de servir los ángeles. No se dude, pues, que el Angel asiste cuando Cristo es inmolado. Apareció a la derecha del altar del incienso porque llevaba la insignia de la divina misericordia. "El Señor está en mi derecha, para que no sea conmovido" ( Sal 15,8).

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
No puede el hombre, por justo que sea, mirar a un ángel sin temor. Por eso Zacarías se turba, no pudiendo resistir la presencia del ángel ni soportar aquel resplandor que lo acompañaba. Por eso se añade: "Y Zacarías se turbó,...". A la manera que aturdido un cochero, dejando caer las riendas, corren desbocados los caballos y todo el vehículo se destroza, así suele suceder al alma cuantas veces es oprimida por algún temor o por algún cuidado. Por eso se añade: "Y el temor se precipitó sobre él".

Orígenes
Cuando se presenta una cara nueva de hombre a las personas asustadizas les turba la imaginación, y les consterna el alma. Por esto el ángel -conociendo que tal es la naturaleza humana- cuida primero de esta perturbación, porque sigue: "Le dice, pues, el Angel: No temas,...".
 
San Atanasio, de vita Antonii
De donde no es difícil comprender la diferencia entre los espíritus malos y los buenos. Si después del temor viene la alegría, sepamos que ha venido el auxilio de Dios, porque la seguridad del alma es señal de la majestad presente, así como si el temor continúa es señal de que vemos al demonio.

Orígenes
No solamente recrea al asustado, sino que también lo alegra con una noticia nueva añadiendo: "Porque ha sido oída tu oración, y tu mujer Isabel dará a luz".

San Agustín, Quaestiones Evangeliorum, 2, 1
Aquí conviene observar -desde luego- que no es verosímil que ofreciendo el sacrificio por los pecados, o la salvación, o la redención del pueblo, pudiese un hombre anciano, con una mujer de edad avanzada, dejar los votos públicos para pedir hijos; sobre todo porque ninguno pide recibir lo que desespera alcanzar. Hasta tal punto desesperaba de tener hijos, que no creyó en la promesa del ángel. Luego lo que se le dice: "Se ha oído tu oración", debe entenderse por el pueblo, porque como la salvación del pueblo, su redención y el perdón de sus pecados habían de venir por Jesucristo, se le anuncia a Zacarías que habrá de nacerle un hijo, destinado a ser el precursor de Cristo.

San Juan Crisóstomo, homiliae 2, De incomprehens. Dei natura
O "porque ha sido oída tu oración" prueba que se le había de engendrar un hijo que clamase: "He ahí al Cordero de Dios" ( Jn 1,29).

Teofilacto
Como si dijese: "¿De dónde sabré yo esto?" El ángel le contesta: "Porque Isabel dará a luz, creerás que los pecados han sido perdonados al pueblo".

San Ambrosio
O de otro modo, los beneficios divinos son siempre completos y abundantes, no circunscritos a un bien pequeño, sino rebosando abundancia. Y cuando aquí se ofrece primeramente el fruto de la oración, se ofrece también el parto de una mujer estéril, pronunciando el nombre del que ha de nacer: "Y llamarás su nombre Juan".

Beda
Es un indicio de un mérito singular el que Dios imponga o anuncie el nombre a un hombre.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Joannem, 18
Conviene también expresar que aquellos en quienes debía resplandecer la virtud desde la más tierna infancia, recibían el nombre de Dios desde el principio. Mas a aquellos, que debían desarrollarse después, se les imponía el nombre más tarde.

Beda
Juan significa en quien hay gracia o gracia del Señor; con cuyo nombre se manifiesta la gracia concedida, primero a sus padres, a quienes siendo ya viejos, se les dice que les nacerá un hijo. Después, al mismo San Juan, que había de ser grande delante de Dios y, finalmente, a los hijos de Israel, a quienes había de convertir al Señor. De donde prosigue: "Y tendrás gozo y alegría".

Orígenes
Cuando el justo nace al mundo, los autores de su nacimiento se alegran; pero cuando nace como para continuar las penas y vivir en la esclavitud, los autores de sus días se afligen y apuran.
 
San Ambrosio
El santo no sólo es la alegría de sus padres, sino también la salvación de muchos. De donde prosigue: "Y muchos se alegrarán en su natividad". En este texto se nos invita a alegrarnos en el nacimiento de los santos y se advierte a los padres la obligación de dar gracias a Dios. No es un beneficio pequeño de Dios dar hijos que propaguen la raza y sean herederos de la familia.

San Ambrosio
Después de la alegría de muchos, se promete la grandeza de la virtud, cuando se dice: "Será grande delante del Señor". No declara en esto la magnitud de su cuerpo, sino de su espíritu. Delante de Dios, la grandeza de espíritu es la grandeza de la virtud.

Teofilacto
Muchos se llaman grandes, pero, como los hipócritas, sólo delante de los hombres y no delante de Dios. Así los padres del Bautista se llaman justos, pero delante de Dios.

San Ambrosio
Por último, no dilató los límites de algún imperio, ni obtuvo triunfos de combates guerreros, sino que, lo que es más, predicando en el desierto, combatió las delicias de los hombres y las lascivias del cuerpo con gran fortaleza de ánimo. De donde prosigue: "Y no beberá vino ni sidra".

Beda
La sidra quiere decir ebriedad, con cuya palabra los hebreos significan todo lo que puede embriagar -ya se forme de frutas, ya de uvas, ya de cualquier otra materia-. Estaba mandado en la ley de los Nazireos el privarse de vino y de sidra durante el tiempo de la consagración 2, de donde San Juan y los demás, que como él pudiesen ser siempre nazireos -esto es, santos- debían cuidar de abstenerse de estas bebidas. Pues no conviene que se embriague de vino, en el cual está la lujuria ( Ef 5), aquel que quiere ser lleno del mosto del Espíritu. Así el que huye de la embriaguez del vino será repleto de la gracia del Espíritu Santo. He aquí por qué se añade: "Y será lleno del Espíritu Santo".

San Ambrosio
A quien se infunde el Espíritu Santo se comunica la plenitud de todas las grandes virtudes. Por lo que San Juan manifestó la gracia del Espíritu Santo que había recibido y predicó la venida del Señor, saltando en el vientre de su madre. Uno es el espíritu de esta vida y otro el de la gracia. El primero comienza cuando se es engendrado y concluye cuando se muere. El segundo no está circunscrito a edades, no concluye con la muerte, tiene cabida en el vientre de la madre.

Griego
Cuál sea la misión de San Juan, y qué es lo que hará por la virtud del Espíritu Santo, lo manifiesta añadiendo: "Y a muchos hijos de Israel convertirá al Señor, el Dios de ellos".

Orígenes
San Juan, en realidad, convirtió a muchos, mas la obra de Dios es convertir a todos a Dios Padre.
 
Beda
Cuando se dice que San Juan -el cual dando testimonio de Jesucristo bautizaba a los pueblos en su fe- convirtió a los hijos de Israel al Señor su Dios, resulta evidente que Jesucristo es el Dios de Israel. Cesen, pues, los arrianos de negar que Cristo sea el Señor Dios. Ruborícense los fotinianos, dando a Cristo principio en la Virgen. Dejen de creer los maniqueos que uno es el Dios de Israel y otro el Dios de los cristianos.

San Ambrosio
No necesitamos, pues, testimonio para saber que San Juan convirtió el corazón de muchos, puesto que en ello están conformes las Escrituras proféticas y las del Evangelio. La voz del que clama en el desierto ( Is 40,3): "Preparad los caminos al Señor, haced rectos sus senderos" y el bautismo frecuentado por el pueblo, nos indican los grandes progresos de su predicación en la conversión del pueblo. El precursor de Cristo no predicaba de sí, sino de su Señor. Por esto añade: "Y él mismo irá delante de El". Marchará bien delante de El quien nació como su precursor, y murió precursor de El. Con razón se añade también: "En el espíritu y la virtud de Elías".

Orígenes
No dice en el alma de Elías, sino en el espíritu y en la virtud de Elías. El espíritu, que había estado en Elías, vino a posar sobre San Juan, y del mismo modo su virtud.

San Ambrosio
Nunca el espíritu es sin la virtud, ni la virtud sin el espíritu; por eso se dice: "En el espíritu y en la virtud". Porque el santo Elías tuvo una gran virtud y gracia. Virtud para separar de la infidelidad el espíritu de los pueblos y traerlos a la fe; la virtud de la abstinencia, la paciencia y el espíritu de profecía. Elías en el desierto, en el desierto Juan. Aquél no buscó el favor del rey Ajab, éste despreció el de Herodes. Aquél dividió las aguas del Jordán; éste las convirtió en baño saludable. Este el precursor del primero, aquél del futuro advenimiento del Señor.

Beda
Lo que fue predicho por Malaquías ( Mal 4,5-6) de Elías, esto mismo se dijo por medio de un ángel acerca de San Juan cuando se añade: "Para que convierta los corazones de los padres hacia los hijos", infundiendo la ciencia espiritual de los santos antiguos, cuando predicaba a los pueblos. Y a los "incrédulos a la prudencia de los justos" que es no pretender ser justos a partir de las obras de la ley, sino buscar la salvación con la fe. ( Rom 10.)

Griego
O de otro modo, los mayores de Juan y de los apóstoles fueron judíos. Sin embargo, por su soberbia e infidelidad se levantaron contra el Evangelio. Y así como hijos buenos -primero San Juan, y los apóstoles después- enseñaban la verdad a los pueblos, atrayéndolos a la propia justicia y prudencia, así también Elías convertirá a los últimos hebreos a la verdad de los apóstoles.

Beda
Como dijera que Zacarías, orando por el pueblo, había sido oído, añade: "Para preparar al Señor un pueblo perfecto". En lo cual enseña cómo debe un mismo pueblo salvarse y perfeccionarse; a saber, haciendo penitencia según la predicación de San Juan, y creyendo en Jesucristo.

Teofilacto
O de otro modo, Juan preparó un pueblo, no incrédulo sino perfecto, es decir, preparado para recibir a Cristo.

Orígenes
La misión de San Juan hasta ahora se cumple en el mundo. Todo el que ha de creer en Jesucristo, antes recibe en su alma el espíritu y la virtud de Juan, y prepara al Señor un pueblo perfecto.

Notas
1. Ver Sal 84,6.
2. Nazireo: segregado, consagrado. Tenían unas leyes particulares.

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