Y
los once discípulos se fueron a la Galilea al monte, a donde Jesús les había
mandado. Y cuando lo vieron, le adoraron: mas algunos dudaron. Y llegando Jesús
les habló diciendo: "Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la
tierra. Id, pues, y enseñad a todas las gentes bautizándolas en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: enseñándolas a observar todas las cosas
que os he mandado: y mirad que yo estoy con vosotros todos los días hasta la
consumación del siglo".
Beda
Después que fue anunciada la resurrección por el ángel, San Mateo
aseguró que los discípulos también se encontraron con el Señor, diciendo:
"Y los once discípulos se fueron a Galilea, al monte, a donde Jesús les
había mandado". Porque cuando el Señor iba a padecer había dicho a sus
discípulos: "Después que resucite os precederé a Galilea" ( Mt
26,32). El ángel también había dicho a las mujeres: "Decid a sus
discípulos, que va delante de vosotras a Galilea" ( Mc 16,7). Por lo que
los discípulos obedecieron el mandato del Maestro. Puntualmente los once se
presentan y le adoran; uno de los discípulos ya había perecido y fue el que
había entregado a su Señor y Maestro.
San Jerónimo
Por lo tanto, Jesús fue visto en el monte de Galilea después de su
resurrección y allí fue adorado y aun cuando algunos lo duden, su duda
aumentará nuestra fe: "Y cuando lo vieron, le adoraron; mas algunos
dudaron".
Remigio
Esto lo refiere más extensamente el evangelista San Lucas. Dice, pues,
que cuando el Señor resucitó de entre los muertos y se apareció a sus
discípulos, ellos asustados creían que veían un espíritu.
Beda
El Señor se les apareció en un monte, para dar a entender que el cuerpo
que había tomado de la tierra al nacer -como sucede con todos los hombres- ya
estaba elevado sobre todas las cosas terrenas cuando resucitó y enseñaba a los
fieles que si deseaban allí ver la magnificencia de su resurrección, debían
esforzarse por pasar de las más bajas pasiones a los más elevados deseos.
Además, Jesús precede a sus discípulos en Galilea porque Jesucristo resucitó de
entre los muertos constituyéndose en primicias de los que mueren. Siguen
también los que son de Jesucristo y pasan a su imitación, de la muerte a la
vida, contemplando a la divinidad en su esencia. Por esta razón sucedió todo
esto en Galilea, que quiere decir revelación.
San Agustín, de consensu evangelistarum 3,25
Pero debe considerarse cómo pudo ser visto el Señor en Galilea de una
manera corporal, siendo así que no fue visto en el mismo día en que resucitó, a
no ser que alguien diga que no fueron los once discípulos que ya entonces se
llamaban apóstoles, sino que estuvieron allí otros once discípulos del gran
número de los que Jesús tenía. Porque el Señor fue visto en Jerusalén el mismo
día, pero fue al principiar la noche, como dicen claramente San Lucas y San
Juan, que en esto están conformes. Tampoco fue visto en los ocho días
siguientes, después de los cuales dice San Juan que el Señor se apareció a sus
discípulos. Esto fue cuando se apareció por primera vez a Santo Tomás que no le
había visto en el día de su resurrección. Pero en todo esto hay una dificultad.
San Juan cuando lo refiere, no dice que estaban los once en el monte, sino
junto al mar de Tiberíades y que fueron siete los que vieron al Señor cuando
estaban pescando: "Ya era ésta la tercera vez en que Jesús se aparecía a
sus discípulos" ( Jn 21,14). Esto debe entenderse respecto del número de
días y no respecto del número de manifestaciones y si queremos entender que
dentro de los ocho días antes que Santo Tomás le viese, el Señor fue visto por
los once discípulos, ésta no era la tercera manifestación, la que tenía lugar
junto al mar de Tiberíades, sino la cuarta y por esto debemos comprender que
después de todas estas cosas sucedió el hecho de los once discípulos que vieron
al Salvador en el monte de Galilea. Encontramos también que los cuatro
evangelistas están conformes en decir que el Señor fue visto diez veces después
de su resurrección: una por las mujeres en el sepulcro; otra por las mismas
cuando salían del sepulcro y en el camino; la tercera vez por San Pedro; la
cuarta, por los dos discípulos que iban a Emaús; la quinta por muchos en
Jerusalén donde no estaba Santo Tomás; la sexta, cuando fue visto por Santo
Tomás; la séptima, junto al mar de Tiberíades; la octava, en el monte de
Galilea, como refiere San Mateo; la novena, cuando estaban a la mesa, -como
cuenta San Marcos- porque ya no pertenecían a la tierra sino que debían ser
invitados por el Señor; la décima, en el mismo día, no ya sobre la tierra sino
elevado en las nubes cuando subía a los cielos, como refieren tanto San Marcos
como San Lucas. Es importante tener presente en todo esto lo que dice San Juan,
que no fueron escritas todas las cosas, de donde se deduce que el trato del
Salvador con sus discípulos era frecuente en el espacio de cuarenta días antes
de su ascensión a los cielos.
Remigio
Y cuando los discípulos vieron al Señor, lo reconocieron y postrándose
en tierra lo adoraron. Por esto el piadoso y clemente Maestro, se aproximó a
ellos para arrancar de sus corazones toda clase de dudas y los confirmó en la
fe. "Y llegando Jesús les habló diciendo: se me ha dado toda potestad en
los cielos y en la tierra".
San Jerónimo
Le había sido dada esta potestad a Aquél que poco antes había sido
crucificado, que había sido encerrado en su sepulcro y que resucitó después.
Beda
No puede decirse esto en cuanto a la divinidad, por la que es coeterno
con el Padre, sino respecto de la humanidad que había tomado en la tierra y en
virtud de la cual se había rebajado hasta ser poco menos que los ángeles.
San Severo
Por lo tanto, el Hijo de Dios comunicó al Hijo de la Virgen, Dios al
hombre, la divinidad a la carne, lo que siempre posee con el Padre.
San Jerónimo
Se le dio toda potestad en el cielo y en la tierra, porque Aquél que
antes sólo reinaba en el cielo, por la fe de los creyentes debía reinar ahora
en la tierra.
Remigio
Esto ya lo había dicho el Salmista cuando se refería a la resurrección
del Señor: "Lo has constituido sobre todas las obras de tus manos" ( Sal
8,7) y esto es lo que ahora dice el Señor: "Me ha sido dada toda potestad
en el cielo y en la tierra". Y aquí debe entenderse que los ángeles ya
sabían que estaban sujetos al Dios hombre antes que el Señor resucitase de
entre los muertos. Y queriendo Jesucristo dar también a conocer a los hombres
que se le había dado toda potestad en el cielo y en la tierra, les mandó
predicadores para que anunciasen la palabra divina a todas las naciones. Por
esto sigue: "Id, pues y enseñad a todas las gentes".
Beda
El que había dicho antes de su pasión: "No vayáis por el camino de
los gentiles" ( Mt 10,5), cuando resucitó de entre los muertos, les dijo:
"Id y enseñad a todas las gentes", por lo que se equivocan los judíos
diciendo que Jesucristo había de venir únicamente para su salvación.
Avergüéncense también los donatistas 1, que deseando encerrar en una localidad la misión de Jesucristo,
dijeron que únicamente había venido para salvar a los africanos y no a los habitantes
de las demás naciones.
San Jerónimo
En primer lugar enseñan a todas las gentes y después de instruirlas las
bautizan con agua. No puede suceder que el cuerpo sea quien reciba el
sacramento del bautismo, a no ser que el alma reciba antes la verdad de la fe 2. Por esto dice: "Bautizándolas
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Porque siendo una
misma la divinidad de las Personas, debía ser una misma la gracia que
concediesen. La palabra Trinidad significa un solo Dios.
San Severo
Por lo tanto, todas las naciones son dirigidas hacia su salvación por la
misma potestad que las creó para la felicidad eterna.
Dídimo, De Spiritu sancto, l. 2
Aun cuando puede existir algún demente que se empeñe en bautizar
suprimiendo algunos de los tres nombres antedichos -esto es, oponiéndose a la
ley de Jesucristo- bautizará pero sin validez y por eso no podrá librar del
pecado a aquellos a quienes creyese bautizados. De esto se deduce cuán
indivisible es la esencia de la Trinidad y que el Padre es verdadero Padre del
Hijo, que el Hijo es verdadero Hijo del Padre y que el Espíritu Santo es
verdaderamente el Espíritu del Padre y de Dios Hijo y que además lo es de la
Sabiduría y de la Verdad, que es el Hijo. Este es el fundamento de la felicidad
de los creyentes y todo el Plan de la salvación está basado en esta Trinidad.
San Hilario
¿Qué hay que pueda contribuir a la salvación de los hombres que no esté
contenido en este sacramento? Todo lo necesario está pleno en él, pues proviene
de Aquel que es pleno y perfecto. En efecto, dicho sacramento tiene el nombre
de su naturaleza en el Padre, en el sentido en que sólo el Padre es padre,
porque su paternidad no proviene de otro al modo humano: El es ingénito, eterno
y subsiste siempre en sí de modo que sólo es conocido por el Hijo. Y el Hijo es
como la descendencia del ingénito, uno del uno, verdadero del verdadero, vivo
del vivo, perfecto del perfecto, potencia de la potencia, sabiduría de la
sabiduría, gloria de gloria, imagen de Dios invisible, forma 3 del Padre ingénito. El Espíritu
Santo no puede separarse de la confesión esencial del Padre y del Hijo y en
verdad, en ninguna parte falta este consuelo de nuestra esperanza. En los
efectos de sus dones está la prenda de las futuras promesas. Es la luz de las
inteligencias y el esplendor de las almas. Todo esto, aun cuando los herejes no
pueden cambiarlo, lo quieren acomodar a la humana inteligencia, porque Sabelio 4 dice que el Padre está en el Hijo y
cree que la distinción entre el Padre y el Hijo es cuestión de nombres más que
de realidades, porque imagina que el Hijo es el mismo que el Padre. Ebión 5 se esfuerza en demostrar que en
María está exclusivamente el origen del Hijo de Dios, y en realidad no hace
proceder al hombre de Dios sino a Dios del hombre. Los arrianos dicen que la
forma, la sabiduría y el poder de Jesucristo, en cuanto Dios, proceden de la
nada y han principiado en el tiempo. ¿Qué de extraño tiene que piensen también
del Espíritu Santo de diferente modo, si son tan temerarios que invierten y
cambian tales cosas respecto del Hijo de quien también procede el Espíritu
Santo?
San Jerónimo
Este orden se considera como esencial. Mandó a sus Apóstoles que
enseñasen primero a todas las gentes, después que los bautizasen con el
sacramento de la fe y que después de la fe y del bautismo les enseñasen todo lo
que debían hacer. Por esto sigue: "Enseñándolas a observar todas las cosas
que os he mandado".
Rábano
Así como el cuerpo está muerto cuando carece de espíritu, la fe está
muerta cuando carece de obras.
San Juan
Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,2
Y como les había hecho encargos de mucha importancia, queriendo
animarlos les dice: "Y mirad que yo estoy con vosotros todos los días,
hasta la consumación de los siglos". Como diciendo: "y no digáis que
es difícil cumplir lo que se os manda, porque estoy yo con vosotros, que todo
lo facilito". No dijo que estaría con ellos, sino con todos los que
creyesen después de ellos. Por lo tanto, hay que decir que los Apóstoles no
vivirían hasta la consumación de los siglos, en atención a que estas palabras
deben entenderse como dirigidas a todo el cuerpo de fieles.
Rábano
De aquí se desprende que no habrán de faltar fieles que sean dignos de
la eterna felicidad hasta la consumación de los siglos.
San Juan
Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 90,2
Les recuerda la consumación de los siglos para atraerlos mejor y para
que no sólo vean lo presente, sino que además conozcan aquellos beneficios que
habrán de permanecer siempre, como diciendo: "la aflicción que sufriréis
concluirá con esta vida, pero vendrá después la otra que no tendrá fin y los
beneficios de que disfrutaréis, subsistirán siempre".
Beda
Se pregunta cómo dice: "Yo estoy con vosotros", cuando dice en
otro lugar: "Voy a Aquél que me envió" ( Jn 16,5). Porque unas cosas
son las que pertenecen a la humanidad y otras las que pertenecen a la
divinidad. Irá al Padre por la humanidad y permanece con sus discípulos, en
cuanto a la divinidad. Respecto de lo que dijo: "Hasta la consumación del
siglo", pone lo finito por lo infinito. Porque el que en la vida presente
permanece con sus escogidos protegiéndolos, también estará con ellos después
que ésta haya concluido, premiándolos.
San Jerónimo
El que promete estar con sus discípulos hasta el fin de los tiempos,
manifiesta que ellos habrán de vencer siempre y que El nunca se habrá de
separar de los que crean.
San León Magno, sermones 72
Y el que sube a los cielos, no abandona a los adoptados sino que los
alienta a la paciencia, a la vez que los invita a la gloria; de cuya gloria nos
haga participantes el mismo Jesucristo, Rey de la gloria, que es Dios bendito,
por todos los siglos. Amén.
Notas
1.
Herejía norafricana que toma su nombre de Donato, obispo cismático de
Cartago en el siglo IV. Los donatistas sotenían que los sacramentos
administrados por ministros indignos eran inválidos, negando así su eficacia
"ex opere operato" en virtud del poder de Cristo, el único y
verdadero ministro de los sacramentos. Fueron refutados por San Agustín.
2.
La misión de bautizar está implicada en la misión de evangelizar, porque
el sacramento es preparado por la Palabra de Dios y por la fe que es
consentimiento a esta Palabra. Ver Catecismo de la Iglesia Católica, 1122.
3.
"Forma" tiene aquí probablemente el mismo significado que
"imagen". Estos dos términos aparecen juntos en muchos pasajes de La
Trinidad de San Hilario.
4.
Sabelio, fundador de la herejía conocida como sabelianismo en el siglo
III. Sostenía que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas
distintas realmente entre sí, sino manifestaciones del único Dios existente.
5.
Ebión es el nombre del supuesto fundador de de la llamada secta de los ebionitas.
Estos negaban la divinidad del Señor Jesús, considerándolo un simple hombre,
aunque nacido de manera extraordinaria. Sus orígenes se remontan al siglo I y
San Hilario (310-367) la considera aún viva en su tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario