Carta San Ignacio
a los Padres y Hermanos
de la Compañía de Jesús en Portugal
Jesús La suma gracia y amor eterno de Cristo nuestro Señor os salude y visite con sus santísimos dones y gracias espirituales. Mucha consolación me da, Hermanos carísimos en el Señor nuestro Jesucristo, entender los vivos deseos y eficaces, que de vuestra perfección y su divino servicio y gloria os da el que por su misericordia os llamó a este Instituto, y en él os conserva y endereza al bienaventurado fin adonde llegan sus escogidos. Y aunque en todas virtudes y gracias espirituales os deseo toda perfección, es verdad (como habréis de mí oído otras veces) que en la obediencia más particularmente que en ninguna otra, me da deseo Dios nuestro Señor de veros señalar, no solamente por el singular bien que en ella hay, que tanto en la Sagrada Escritura con ejemplos y palabras en el Viejo y Nuevo Testamento se encarece, pero porque (como dice San Gregorio),la obediencia es una virtud, que sola ella ingiere en el ánima las otras virtudes, e impresas las conserva; y en tanto que esta floreciere, todas las demás se verán florecer y llevar el fruto que yo en vuestras ánimas deseo, y el que demanda el que redimió por obediencia el mundo perdido por falta de ella, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.