lunes, 30 de septiembre de 2019

Motu proprio Aperuit illis - Institución del domingo de la Palabra de Dios - Papa Francisco


CARTA APOSTÓLICA
EN FORMA DE «MOTU PROPRIO»
DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
APERUIT ILLIS
CON LA QUE SE INSTITUYE EL 
DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS


1. «Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras» (Lc 24,45). Es uno de los últimos gestos realizados por el Señor resucitado, antes de su Ascensión. Se les aparece a los discípulos mientras están reunidos, parte el pan con ellos y abre sus mentes para comprender la Sagrada Escritura. A aquellos hombres asustados y decepcionados les revela el sentido del misterio pascual: que según el plan eterno del Padre, Jesús tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos para conceder la conversión y el perdón de los pecados (cf. Lc 24,26.46-47); y promete el Espíritu Santo que les dará la fuerza para ser testigos de este misterio de salvación (cf. Lc 24,49).

La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: sin la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanecen indescifrables. San Jerónimo escribió con verdad: «La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo» (In Is., Prólogo: PL 24,17).

2. Tras la conclusión del Jubileo extraordinario de la misericordia, pedí que se pensara en «un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo» (Carta ap. Misericordia et misera, 7). Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable. En este sentido, me vienen a la memoria las enseñanzas de san Efrén: «¿Quién es capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrar su reflexión» (Comentarios sobre el Diatésaron, 1,18).

domingo, 29 de septiembre de 2019

Retos actuales del sacerdocio ordenado en la Iglesia


Mensaje final
del simposio público
del Círculo y Nuevo círculo de discípulos
de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI
“Retos actuales del sacerdocio ordenado en la Iglesia”


1. Con el Simposio sobre los “Retos actuales del sacerdocio ordenado en la Iglesia“, el Círculo y Nuevo círculo de discípulos de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI persigue, después de muchos años y por primera vez una mayor dimensión pública. Esta decisión se debe a la convicción de que es llegado el momento de abrir el pensamiento teológico del Papa emérito a un público más amplio también por medio de conferencias y debates. Estamos contentos y agradecidos de que haya tantos interesados en aceptar esta invitación y abrigamos la esperanza de que esto también será un buen comienzo para nuestro futuro trabajo.

2. También la carta del Papa Francisco a los sacerdotes con motivo del 160º aniversario de la muerte del santo Cura de Ars –del 4 de agosto de 2019– nos ha reafirmado en la decisión tomada de tratar el tema del sacerdocio ordenado en la Iglesia. En un „tiempo de sufrimiento“, ensombrecido por el escándalo de los abusos, nos planteamos este reto en busca de “palabras y caminos de esperanza”, para que en “tiempos de purificación eclesial” se pueda reconocer y acoger nuevamente la belleza y el significado del ministerio ordenado como un regalo del Señor a su Iglesia. Por eso, en nuestras consideraciones se ha acentuado especialmente el sacerdocio sacramental y se ha tratado de profundizar en él a la luz de la teología de Joseph Ratzinger / Papa Benedicto XVI.

jueves, 26 de septiembre de 2019

Si nuestra primera preocupación no es Dios, entonces todo lo demás falla - Card. Robert Sarah


Entrevista concedida por el
Cardenal Robert Sarah
a Edward Pentin,
corresponsal en Roma
del National Catholic Register


¿Cuál es la primera preocupación que quiere transmitir a los lectores en su libro?

Que no se malinterprete este libro. No desarrollo tesis personales ni una investigación académica. Este libro es un grito de mi corazón como sacerdote y pastor.
Sufro tanto al ver la Iglesia desfigurada y confusa. Sufro tanto al ver el Evangelio y la doctrina católica menospreciadas, la Eucaristía ignorada o profanada. Sufro tanto al ver sacerdotes abandonados, desanimados y (viendo a aquellos) cuya fe se ha vuelto tibia.
El declive de la fe en la presencia real de Cristo en la Eucaristía está en el centro de la actual crisis de la Iglesia y su debilitamiento, especialmente en Occidente. Nosotros los obispos, sacerdotes y laicos somos todos responsables todos de esta crisis de fe, la crisis de la Iglesia, la sacerdotal y la descristianización de Occidente. George Bernanos escribió antes de la guerra: «Nosotros repetimos constantemente con lágrimas de impotencia, de pereza u orgullo, que el mundo se está descristianizando. Pero el mundo no ha recibido a Cristo, non pro mundo rogo, somos nosotros los que lo recibimos, es de nuestros corazones de los que Dios se retira; somos nosotros los que nos descristianizamos a nosotros mismos, ¡miserables!» (Nous Autres, Français, in Scandale de la Verité, Points/Seuil. 1984).
Yo quería abrir mi corazón y compartir una certeza: la profunda crisis que la Iglesia está experimentando en el mundo y especialmente en Occidente es el fruto de olvidar a Dios. Si nuestra primera preocupación no es Dios, entonces todo lo demás falla. En la raíz de todas las crisis antropológicas, políticas, sociales, culturales, geopolíticas está el olvidar la primacía de Dios. Como el Papa Benedicto XVI dijo durante su encuentro con el mundo de la cultura en el Colegio de los Bernardinos el 12 de septiembre de 2008: « ‘Quaerere Deum’, ‘la búsqueda de Dios’, el hecho de estar atento a la realidad esencial de Dios es el eje central sobre el cual toda civilización y cultura se construye. Lo que constituye la base de la cultura europea, la búsqueda de Dios y la disponibilidad para permitir que Él nos encuentre, todavía sigue siendo hoy el fundamento de toda verdadera cultura y la indispensable condición para la supervivencia de nuestra humanidad. Porque el rechazo de Dios o una total indiferencia hacia él es fatal para el hombre».
He intentado mostrar en este libro que la raíz común de todas las crisis actuales se encuentra en este ateísmo fluido que, sin negar a Dios, vive en la práctica como si no existiera.
En la conclusión de mi libro, hablo de este veneno del cual somos todos víctimas: el ateísmo líquido. Lo infiltra todo, incluso nuestros discursos como clérigos. Consiste en admitir, junto con la fe, modos de vivir o de pensar radicalmente paganos y mundanos. ¡Y nosotros nos quedamos tan satisfechos con esta cohabitación antinatural! ¡Esto muestra que nuestra fe se ha convertido en líquida e inconsistente! Lo primero que debemos reformar son nuestros corazones. No debemos hacer pactos con las mentiras nunca más. La fe es a la vez el tesoro que queremos defender y la fuerza que nos permite defenderla.
Este movimiento que consiste en «dejar a Dios a un lado» haciendo de Él una realidad secundaria, ha tocado el corazón de muchos sacerdotes y obispos.
Dios no ocupa el centro de sus vidas, pensamientos y acciones. La vida de oración ya no es lo más importante. Estoy convencido de que los sacerdotes deben proclamar la centralidad de Dios a través de su propia vida. Una Iglesia en la que el sacerdote no transmite el mensaje es una Iglesia que está enferma. La vida de un sacerdote debe proclamar al mundo que «solo Dios basta», que la oración, es decir, esta relación personal e íntima, es el centro de su vida. Esta es la razón profunda del celibato sacerdotal.
El olvido de Dios encuentra su primera y más seria manifestación en el modo secular de la vida de los sacerdotes. Son los primeros que deben transmitir el Evangelio. Si sus vidas personales no lo reflejan, entonces el ateísmo practico se extenderá a través de la Iglesia en la sociedad.
Creo que estamos en un punto de inflexión en la historia de la Iglesia. Sí, la Iglesia necesita una reforma profunda y radical que debe empezar con una reforma de la forma de ser y de vivir de los sacerdotes. La Iglesia es santa por sí misma. Pero nuestros pecados y nuestras preocupaciones mundanas impiden que esta santidad brille.
Es hora de desprendernos de todas las cargas y finalmente dejar que la Iglesia aparezca como Dios la formó. A veces se cree que la historia de la Iglesia está marcada por las reformas estructurales. Estoy seguro de que son los santos los que cambian la historia. Después siguen las estructuras que sólo perpetúan la acción de los santos.

El concepto de esperanza es un elemento fundamental del trabajo que hace usted, a pesar del sombrío título de su libro y las alarmantes observaciones que hace acerca del estado de la civilización occidental. ¿Aún ve razones para la esperanza en nuestro mundo?

miércoles, 18 de septiembre de 2019

San José de Cupertino es ante todo maestro de oración - San Juan Pablo II


DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
CON OCASIÓN DEL IV CENTENARIO
DEL NACIMIENTO DE SAN JOSÉ DE CUPERTINO

Sábado 25 de octubre de 2003



Amadísimos hermanos y hermanas:

1. Me alegra daros mi cordial bienvenida a todos vosotros, que habéis venido a Roma con ocasión de las solemnes celebraciones por el IV centenario del nacimiento de san José de Cupertino. Saludo, ante todo, a los queridos Frailes Menores Conventuales, acompañados por su ministro general, padre Joachim Giermek, al que agradezco las amables palabras que me ha dirigido en nombre de todos los presentes. Dirijo un saludo especial al cardenal Sergio Sebastiani y a los pastores de las comunidades eclesiales que participan en esta peregrinación a las tumbas de los Apóstoles. Por último, os saludo a vosotros, amadísimos peregrinos de Pulla, Umbría y Las Marcas, lugares particularmente vinculados al paso terreno y a la memoria del "santo de los vuelos".

Como afirmé en el Mensaje publicado el pasado mes de febrero, José de Cupertino sigue siendo un santo de extraordinaria actualidad, porque "está espiritualmente cerca de los hombres de nuestro tiempo", a los cuales enseña "a recorrer el camino que lleva a una santidad diaria, caracterizada por el cumplimiento fiel del propio deber" (Mensaje con motivodel 400° aniversario del nacimiento de san José de Cupertino, 22 de febrero de 2003, n. 9:  L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 28 de marzo de 2003, p. 5).

2. En efecto, san José es, ante todo, maestro de oración. En el centro de su jornada estaba la celebración de la santa misa, a la que seguían largas horas de adoración ante el sagrario. Según la tradición franciscana más genuina, se sentía fascinado y conmovido por los misterios de la encarnación y la pasión del Señor. San José de Cupertino vivió en íntima unión con el Espíritu Santo; estaba totalmente poseído por el Espíritu, del que aprendía las cosas de Dios para traducirlas luego en un lenguaje sencillo y comprensible para todos. Quienes se encontraban con él escuchaban con gusto sus palabras, porque, como cuentan sus biógrafos, aun siendo ignorante de lengua y cojo de caligrafía, cuando hablaba de Dios se transformaba.

San José de Cupertino puede proponerse como guía espiritual de todas las clases de fieles - San Juan Pablo II


MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II
CON MOTIVO DEL 400° ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO
DE SAN JOSÉ DE CUPERTINO





Al reverendísimo padre
JOACHIM GIERMEK
Ministro general
de la Orden franciscana de
Frailes Menores Conventuales


1. Me ha alegrado saber que vuestra Orden quiere conmemorar el 400° aniversario del nacimiento de san José de Cupertino, que tuvo lugar el 17 de junio de 1603, con numerosas iniciativas religiosas, pastorales y culturales, orientadas al redescubrimiento de la profundidad y de la actualidad del mensaje de este fiel discípulo del Poverello de Asís.

En esta significativa circunstancia, me alegra dirigirle a usted mi más cordial saludo, extendiéndolo de buen grado a la comunidad franciscana de Ósimo y a los Frailes Menores Conventuales esparcidos por todo el mundo. Saludo, además, a los devotos y a los peregrinos que participarán en las solemnes celebraciones jubilares.

2. Este importante aniversario constituye una singular ocasión de gracia ofrecida en primer lugar a los Frailes Menores Conventuales. Deben sentirse impulsados por su ejemplo a profundizar en su vocación religiosa, para responder con renovado empeño, como hizo él en su tiempo, a los grandes desafíos que la sociedad plantea a los seguidores de san Francisco de Asís, en el alba del tercer milenio.

Cosas católicas 33 - ¿Puedo conocer la VERDAD con certeza?


¿Existe una verdad única? ¿Cada persona puede tener su propia verdad? ¿Sus propias reglas de vida? ¿Qué es la verdad?

martes, 17 de septiembre de 2019

Espiritualidad Bíblica 13 - Compasión - Mons. Dr. Juan Straubinger



1.   ESPIRITUALIDAD BÍBLICA
1. 13. COMPASION


I
Cuando vemos en el teatro un drama triste, lloramos con el personaje que aparece sufriendo, y sin embargo sabemos muy bien que todo no es más que ficción. Esto nos muestra que esa compasión no es una espiritualidad, sino que reside en el sentido externo de la imaginación. La contraprueba sobre el valor de tales sentimientos está en que al poco rato ya no nos acordamos de esas lágrimas.

San Pedro es un ejemplo elocuente a costa de cuyos fracasos podemos aprender mucho, como se ha mostrado en el artículo titulado "El caso de Pedro". La compasión sentimental del apóstol es la que lo lleva a querer oponerse a la Pasión redentora de Cristo. Y este sentimiento, que los hombres hallarían nobilísimo, es lo que despierta en Jesús la más ruda de sus repulsas: "Apártate de mí, Satanás. Me sirves de tropiezo, porque no sientes las cosas de Dios sino las de los hombres" (Mat. XVI, 25). Y esa misma compasión, que tan hermosa parece, es la que lleva al mismo Pedro a jurar que morirá por su Maestro, y...  ha negado pocas horas después, delante de una sirvienta inofensiva, es, decir, cuando ni siquiera corría peligro su vida con decir la verdad.

sábado, 14 de septiembre de 2019

El Dios de la vida y del amor humano - Conferencia Episcopal Argentina


EL DIOS DE LA VIDA Y DEL AMOR HUMANO


Introducción
1. Dios es la fuente de la vida
1.1. Nos creó a imagen y semejanza suya
1.2. Nos creó varón y mujer
1.3. Es el garante de la vida humana
2. Jesús revela que Dios es Amor
2.1. Jesús revela la intimidad de Dios: ¡es relación, es familia!
2.2. Dios comunica una vida nueva y plena
2.3. Nos ama hasta el extremo de darnos su Vida
3. Aprender a vivir y amar
3.1. Optar por la cultura de la vida
 3.2. Llevar la luz del Evangelio a madres, padres e hijos
3.3. Testigos de la belleza de la vida y del amor humano

EL DIOS DE LA VIDA Y DEL AMOR HUMANO
Introducción

Hace más de medio siglo la Iglesia expresaba su cercanía a las diversas realidades que vivía la comunidad humana diciendo que: El gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de toda clase de afligidos, son también gozo y esperanza, tristeza y angustia de los discípulos de Cristo, y nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón 1.

La misma intención es la que nos mueve hoy a asumir “el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia” que vivimos en orden a dos realidades fundamentales de la existencia del hombre: la Vida y el Amor Humano. Al respecto, queremos acercarnos a los hombres y mujeres de nuestro tiempo con nuestra propuesta cristiana, que nos impulsa a reconocer al otro, sanar las heridas, construir puentes, estrechar lazos y ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas» (Ga 6,2) 2.

Esta reflexión se dirige especialmente a los padres de familia, sujetos insustituibles de la educación en la fe de sus hijos, a los catequistas, a las comunidades educativas católicas, a sus docentes y directivos, a los sacerdotes, y obviamente, a toda persona cuya visión de la vida, del amor humano y de la familia, converge con los valores cristianos. Con aquellas personas que poseen otra comprensión del ser humano, de la pareja humana y del mundo, estamos dispuestos a dialogar y a valorarlos en las diferencias, y buscar en conjunto una convivencia en la libertad, la pluralidad, la humildad y el respeto al que opina distinto.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Los Romanos Pontífices siempre han reconocido en San Juan Crisóstomo una viva fuente de sabiduría para la Iglesia - Benedicto XVI


CARTA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
CON OCASIÓN DEL XVI CENTENARIO DE LA MUERTE
DE SAN JUAN CRISÓSTOMO



Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio;
queridos hermanos y hermanas en Cristo:

1. Introducción
Se celebra este año el XVI centenario de la muerte de san Juan Crisóstomo, gran Padre de la Iglesia, al que miran con veneración los cristianos de todos los tiempos. En la Iglesia antigua san Juan Crisóstomo se distingue por haber promovido el «fecundo encuentro entre el mensaje cristiano y la cultura griega» que «ha influido de forma duradera en las Iglesias de Oriente y de Occidente»[1]. Tanto la vida como el magisterio doctrinal de este santo obispo y doctor resuenan en todos los siglos y siguen hoy suscitando la admiración universal.
Los Romanos Pontífices siempre han reconocido en él una viva fuente de sabiduría para la Iglesia, y su atención por su magisterio se intensificó ulteriormente a lo largo del último siglo. Hace cien años san Pío X conmemoró el XV centenario de la muerte de san Juan Crisóstomo, invitando a la Iglesia a imitar sus virtudes[2]. El Papa Pío XII puso de relieve el gran valor de la contribución que san Juan aportó a la historia de la interpretación de las sagradas Escrituras con la teoría de la «condescendencia», es decir, de la synkatábasis. A través de ella, san Juan Crisóstomo reconoció que «las palabras de Dios, expresadas en lenguas humanas, se hicieron semejantes al lenguaje humano»[3]. El concilio Vaticano II incorporó esta afirmación en la constitución dogmática Dei Verbum sobre la divina revelación[4]. El beato Juan XXIII subrayó la profunda comprensión que san Juan Crisóstomo tiene del nexo íntimo que existe entre la liturgia eucarística y la solicitud por la Iglesia universal[5]. El siervo de Dios Pablo VI destacó el modo en que «trató con palabra tan elevada y con piedad tan profunda el misterio eucarístico»[6].
Quiero recordar el gesto solemne con el que mi amadísimo predecesor el siervo de Dios Juan Pablo II, en noviembre de 2004, entregó importantes reliquias de los santos Juan Crisóstomo y Gregorio Nacianceno al Patriarcado ecuménico de Constantinopla. El Sumo Pontífice puso de relieve que ese gesto era realmente para la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas «una ocasión bendita para purificar nuestras memorias heridas y afianzar nuestro camino de reconciliación»[7].

Espiritualidad Bíblica 12 - Aspirad al Amor - Mons. Dr. Juan Straubinger



1. ESPIRITUALIDAD BÍBLICA
1.12. ASPIRAD AL AMOR (I Cor. XIV, 1)


I

Una parábola oriental refiere que un padre de familia que tenía dos hijos gravemente enfermos, trajo de lejos un bálsamo que devolvió a los dos la salud perdida. Uno de ellos no cesaba de elogiar la eficacia del remedio, en tanto que el otro pensaba en la bondad de su padre que lo había traído. El padre conoció que esa diferencia entre ambos espíritus era Cuestión de amor (en el segundo) y desamor (en el primero). Entonces les descubrió que el bálsamo no era nada en sí mismo, sino agua pura, en la cual él había dejado caer una lágrima de su amor paterno dolorido por el mal de los hijos. La eficacia, que parecía propia del bálsamo, no era sino la fuerza de ese amor.

Precioso ejemplo, lleno de sentido sobrenatural, que nos enseña a no admirar ni amar creatura alguna, sino a glorificar en ellas la bondad del Padre, "en alabanza de la gloria de su gracia, por la cual nos hizo agradables a sus ojos en su amado Hijo" (Ef. I, 6). Dios nos da algo más que objetos perecederos. El ama con todo su Ser, que es el amor mismo. De ahí que "mandó” su propia Palabra (Verbo) para sanarnos (Sal. CIV, 20). De ahí que nos da, para santificarnos y movernos, su propio Espíritu (Rom. V, 5; VIII, 12). Véase Amós VIII, 11 s.; Sal. CIII, 29 s.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Video Madre Teresa de Calcuta - Discurso del Premio Nobel de la Paz en 1979 - Sobre el aborto - Españ


"El gran destructor de la paz hoy es el crimen del niño inocente no nacido" (El Aborto). Compartimos un fragmento de su valiente discurso al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979.

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