martes, 4 de febrero de 2014

El abandono de los sagrarios acompañados (7) - Beato Manuel González García

VII. Las profundidades del mar del abandono

Engolfados os dejé en el capítulo anterior en las alturas del mar de amarguras sin fondo ni riberas del abandono del Corazón de Jesús.

Pero os puedo asegurar que no he hecho otra cosa que presentaros algo, no más, de la superficie de este mar. ¡Resta tanto que descubrir en sus profundidades y abismos!

Cuenta que no hablo más que de abandonos interiores de su vida eucarística y paso en silencio otros abandonos, como los abandonos íntimos de sus treinta y tres años de vida mortal, de sus veinte siglos de vida en la Iglesia y en las almas...

¿Quién puede medir con la vista, con la imaginación, con el pensamiento o con el corazón, las simas de los abismos abiertos por los desconocimientos groseros, las ingratitudes o frías correspondencias, los olvidos, pretericiones y postergaciones que los nombres de esos abandonos evocan?

 
Historia de las generosidades de Jesús

El Evangelio no es sólo la historia de las mayores finezas y generosidades divinas, sino la de los mayores abandonos humanos. Si aquélla se abre con "y la Palabra se hizo carne" 1 de la Encarnación, y se cierra con el "todo está cumplido" 2 de la redención. Ésta se abre con el "no había sitio para ellos" 3 del Nacimiento y se cierra con el "y abandonándole, huyeron todos" 4.

El amor de Jesús a los hombres, no saciado con darles su vida mortal, le sugiere la Eucaristía, traza divina de vivir siempre, sin morir, junto a sus hijos los hombres.

¡Eucaristía! ¡Evangelio siempre nuevo y siempre vivo! ¡Historia viviente de finezas y generosidades divinas, pero sin fin!

¡Hombres, hombres!, ¿será también la Eucaristía la historia de vuestros grandes abandonos?

¡Qué pena, qué vergüenza! Esta triste historia comenzó a escribirse a la vez que la de la Eucaristía. ¿Qué digo a la vez? ¡Antes!... Su primera palabra es la que iban profiriendo los que se apartan al oír su anuncio: "Es duro este lenguaje" 5. ¿Su última?... Como la historia de las finezas de la Eucaristía, tampoco la de los abandonos la tiene...

Hojeemos un poco esas dos historias, aunque en esas páginas se absorbe una vida entera.


 

Los tres libros de esta historia

La historia primera, o sea, la de las generosidades divinas, se divide en tres libros: el de la Eucaristía-Misa. El de la Eucaristía-Comunión. Y el de la Eucaristía-Presencia real.

Como la sombra sigue a la luz, el abandono del hombre sigue a las finezas de Dios.

 

Los tres de la nuestra

Por eso la historia segunda ha de dividirse también en otros tres libros: El del abandono de la Eucaristía-Misa. El del abandono de la Eucaristía-Comunión. Y el abandono de la Eucaristía-Presencia real.

¡Qué historias!

 
Notas
1 Jn 1,14
2 Jn 19,30
3 Lc 2,7
4 Mc 14,50
5 Jn 6,60.

 

 

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