jueves, 28 de mayo de 2020

Meditaciones del tiempo pascual con textos de Santo Tomás de Aquino 47


Jueves de la séptima semana de Pascua

PREPARACIÓN PARA RECIBIR AL ESPÍRITU SANTO


Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador (Jn 14, 15-16).

I. Los discípulos tenían necesidad de una doble preparación: el amor del corazón y la obediencia en la acción. El Señor supone que ellos tenían una de las dos y por eso dice: Si me amáis, y esto se ve en que os entristecéis por mi partida. Pero les ordena otra cosa futura, diciendo: Guardad mis mandamientos, como si dijese: No mostréis el amor que me tenéis con lloros, sino con la obediencia a mis mandamientos, pues ésta es la señal evidente del amor. Esas dos cosas preparan al recibimiento del Espíritu Santo. Ya que, siendo el Espíritu Santo amor, no se da sino a los que aman. Yo amo a los que me aman (Prov 8, 17). También se da a los obedientes: Sobre quien descansa mi Espíritu, etc. (Is 11, 2).

miércoles, 27 de mayo de 2020

Parábola de El Tesoro Escondido - Valivan Parábolas 8



Mateo 13,44

El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.

Para rezar en familia 27 de mayo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1. + Señal de la cruz

2. Ven, Espíritu Santo. Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

3. En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Tú que eres el sumo sacerdote de la nueva Alianza: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

· Tú que nos edificas como piedras vivas en el templo santo de Dios: Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

· Tú que has ascendido a la derecha del Padre para enviarnos el don del Espíritu: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

4. Proclamamos el evangelio de Jesucristo según san Juan 17, 11b-19

Decenario al Espíritu Santo Día 7º


Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
Don, en tus dones espléndido.
Luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, Dulce Huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
Divina Luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo.
Lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Meditaciones del tiempo pascual con textos de Santo Tomás de Aquino 46


Miércoles de la séptima semana de Pascua

LA FUENTE DE TODO CONSUELO


Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de las misericordias, y Dios de toda consolación (2 Cor 1, 3).

1. Nosotros bendecimos a Dios, y Dios nos bendice a nosotros, pero de distinta manera. Para Dios, decir es hacer, como dice la Escritura: Él dijo, y fueran hechas las cosas (Sal 32, 9). Para Dios, bendecir es hacer el bien y derramar el bien. Mas nuestro decir no es causal, reconoce solamente, expresa lo que existe. Para nosotros bendecir es lo mismo que reconocer el bien. Luego, cuando damos gracias a Dios, lo bendecimos, esto es, lo reconocernos como bueno y dador de todos los bienes.

Por consiguiente, el Apóstol rectamente da gracias al Padre, porque es misericordioso y consolador.

martes, 26 de mayo de 2020

Para rezar en familia 26 de mayo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1. + Señal de la cruz

2. Ven, Espíritu Santo. Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

3. En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Tú que volviste junto al Padre: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

· Tú que fuiste glorificado para siempre: Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

· Tú que nos haces ascender al Cielo contigo: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

4. Proclamamos el evangelio de Jesucristo según san Juan 17, 1-11a.

Parábola de El Siervo Sin Entrañas - Valivan Parábolas 7


Mateo 18,23-35
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes". El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda". Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: "¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?". E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos».


San Felipe Neri el santo de la alegría vivió en una época difícil de la historia de la Iglesia , pero nos enseña que la Iglesia, fundada en Pedro, nunca deja de poseer las promesas de la vida eterna.




«Las leyes del Evangelio y los mandamientos de Cristo conducen a la  alegría y a la felicidad: ésta es la verdad que san Felipe Neri procla- maba a los jóvenes con los que se encontraba en su trabajo apostólico diario. Su anuncio venía dictado por su íntima experiencia de Dios, sobre todo en la oración» (beato Juan Pablo II, 7 de octubre de 1994, con ocasión del cuarto centenario de la muerte del santo). Pocos hombres dejaron tanta huella, tan profunda y duradera en la ciudad de Roma como san Felipe Neri, ese “loco de Dios”. Sin embargo, nunca ocupó un lugar importante en la Iglesia, si bien su considerable proyección personal todavía se percibe hoy en día.

Felipe nace en Florencia, Toscana, el 21 de julio de 1515, segundo de una familia de cuatro hijos. Su padre, Francisco, es notario, y su madre, Lucrecia, fallece cuando él tiene cinco años. Enseguida es sustituida en el hogar por Alejandra, segunda esposa de Francisco, que trata al niño con especial ternura. Florencia es entonces esa capital de las artes y de los banqueros cuyo brillo se proyecta muy lejos. Desde muy joven, Felipe, que destaca ya por su carácter jovial y dócil, frecuenta a los padres dominicos del convento de San Marcos, donde recibe una doble influencia: la de la belleza artística, gracias a las pinturas realizadas en los muros por el beato Fray Angélico, y la de Savonarola, ese dominico que, mediante su predicación, había sublevado a la ciudad unos treinta años antes. Felipe conserva de esa relación un ardiente amor de Jesús y la llamada a la conversión, pero, lejos de compartir la exaltación de Savonarola, demostrará equilibrio y dulzura.

Decenario al Espíritu Santo Día 6º


Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
Don, en tus dones espléndido.
Luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, Dulce Huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
Divina Luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Meditaciones del tiempo pascual con textos de Santo Tomás de Aquino 45


Martes de la séptima semana de Pascua

LA CONFIANZA EN EL PADRE CELESTIAL


Por las palabras del Padre nuestro: que estás en los cielos, se nos anima a orar con confianza por tres motivos: el poder de aquel a quien pedimos, la familiaridad con nosotros y la oportunidad de nuestra oración.

I. El poder de aquel a quien pedimos está indicado, si entendernos por los cielos los cielos corpóreos. Y aun cuando Dios no esté circunscrito por lugares corpóreos, como está escrito: ¿acaso no lleno yo el cielo y la tierra? (Jer 23, 24), sin embargo, se dice que está en los cielos corpóreos para indicar dos cosas: la virtud de su poder, y la sublimidad de su naturaleza. Lo primero va contra los que dicen que todas las cosas provienen necesariamente del destino de los cuerpos celestes, y, según esta opinión, es inútil pedir algo a Dios por medio de la oración. Pero esto es una necedad, pues se dice que Dios está en los cielos como Señor de los cielos y de las estrellas. Lo segundo va contra los que en la oración se forjan de Dios imágenes corporales y fantásticas. Pero se dice en los cielos, para significar, por lo que hay de más elevado en las cosas sensibles, que la sublimidad divina excede a todas las cosas, aun al deseo y al entendimiento del hombre; por lo tanto, todo cuanto puede pensarse o desearse es menor que Dios. Por eso se dice en Job: Ciertamente Dios es grande, que sobrepuja nuestro saber (36, 26).

lunes, 25 de mayo de 2020

Parábola de Los Talentos - Valivan Parábolas 6


Mateo 25,14-30

El reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor.
Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. "Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: "Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado". "Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor".
Llegó luego el que había recibido un solo talento. "Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!". Pero el señor le respondió: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes".


Gracias a esta forma suya de hacer teología, mezclando Biblia, liturgia e historia, san Beda el Venerable tiene un mensaje actual - Benedicto XVI


BENEDICTO XVI

AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 18 de febrero de 2009

San Beda el Venerable
Presbítero y doctor de la Iglesia


Queridos hermanos y hermanas:

El santo del que hablaremos hoy se llama Beda y nació en el nordeste de Inglaterra, exactamente en Northumbria, entre los años 672 y 673. Él mismo cuenta que sus parientes, a la edad de siete años, lo encomendaron al abad del cercano monasterio benedictino para que fuera educado: "En este monasterio —recuerda— desde entonces viví siempre, dedicándome intensamente al estudio de la Sagrada Escritura y, mientras observaba la disciplina de la Regla y la tarea diaria de cantar en la capilla, para mí siempre fue dulce aprender, enseñar o escribir" (Historia ecclesiastica gentis Anglorum, v, 24).

De hecho, san Beda llegó a ser uno de los eruditos más insignes de la alta Edad Media, pues pudo acceder a los muchos manuscritos preciosos que le traían sus abades al volver de sus frecuentes viajes al continente y a Roma. La enseñanza y la fama de sus escritos le granjearon muchas amistades con las principales personalidades de su tiempo, que lo animaban a proseguir en su trabajo, del que tantos se beneficiaban. A pesar de enfermar, no dejó de trabajar, conservando siempre una alegría interior que se expresaba en la oración y en el canto. Concluyó su obra más importante, la Historia ecclesiastica gentis Anglorum con esta invocación: "Te ruego, oh buen Jesús, que benévolamente me has permitido acceder a las dulces palabras de tu sabiduría, concédeme, benigno, llegar un día hasta ti, fuente de toda sabiduría, y estar siempre ante tu rostro". La muerte le llegó el 26 de mayo del año 735: era el día de la Ascensión.

Para rezar en familia 25 de mayo de 2020


Para hacer oración familiar, dejamos todos previsto: apagamos los celulares y la pantalla, sin prisa por la comida, generamos un ambiente de silencio, etc. De este modo seremos una Iglesia en el hogar.
Se reúne la familia en una sala de la casa en torno una mesa, cubierta con un mantel morado o blanco, colocamos un crucifijo, una imagen de la Sagrada Familia o de la Virgen María, y en el centro la Biblia junto a una vela encendida. Los padres, o uno de ellos, son los responsables de guiar a los hijos en este momento de oración para entrar en alabanza y diálogo con Dios.


1. + Señal de la cruz

2. Ven, Espíritu Santo. Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

3. En presencia de Dios, pedimos perdón:
· Tú que eres el sumo sacerdote de la nueva Alianza: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

· Tú que nos edificas como piedras vivas en el templo santo de Dios: Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

· Tú que has ascendido a la derecha del Padre para enviarnos el don del Espíritu: Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

4. Proclamamos el evangelio de Jesucristo según san Juan 16, 29-33

Decenario al Espíritu Santo Día 5º


Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
Don, en tus dones espléndido.
Luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, Dulce Huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
Divina Luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Meditaciones del tiempo pascual con textos de Santo Tomás de Aquino 44


Lunes de la séptima semana de Pascua

EL PADRE CELESTIAL


Padre nuestro, que estás en los cielos (Mt 6, 9).

Entre las cosas necesarias al que ora, tiene gran valor la confianza. Por eso, al enseñarnos a orar el Señor, comienza por aquellas palabras que engendran en nosotros la confianza, esto es, la bondad de Padre; por eso dice: Padre nuestro; y la grandeza de su poder; por eso dice: que estás en los cielos. Las palabras en los cielos pueden referirse a tres cosas:

1º) A la preparación del que ora. Antes de la oración prepara tu alma (Eclo 18, 23) de modo que se oiga en los cielos, esto es, en la gloria celestial. Vuestro galardón muy grande es en los cielos (Mt 5, 12).

domingo, 24 de mayo de 2020

CELEBRAR Y ORAR EN TIEMPO DE PANDEMIA - ASCENCIÓN DEL SEÑOR - Conferencia Episcopal Argentina


La siguiente es una guía para poder celebrar en nuestras casas, en este tiempo de pandemia.



Los textos que están en rojo (rúbricas) no son para leer en voz alta y tienen la función de dar algunas indicaciones sobre lo que hay que ir haciendo. De acuerdo a las posibilidades de la persona y/o grupo familiar se realizará todos o algunos de los momentos celebrativos propuestos.



Para preparar antes de la celebración:
- Un lugar cómodo que permita el recogimiento y la oración familiar.
- Un pequeño altar con los elementos que a la familia le son significativos: un mantel, una vela encendida, una cruz, la imagen de la Virgen María, etc.
- Una Biblia desde la cual se proclamará el Evangelio.

Iniciamos la celebración
Una vez reunida la familia en torno a la Palabra de Dios, se propone comenzar con el canto “Suenen cantos de alegría” Aquí

Suenen cantos de alegría
Suenen Cantos de alegría Suenen cantos de alegría, este día.
Hoy Jesús al cielo sube en la nube.
Cristo lleva hacia la gloria su victoria.
Cristo lleva hacia los cielos nuestro anhelo. Aleluia (3)

Ya contempla desde el cielo nuestro suelo.
Avivemos con confianza la esperanza.
Reina en Dios, cual soberano nuestro hermano.
En la gloria donde impera nos espera. Aleluia (3)

Maranatha, Ven Espíritu de Dios - Canción


Ven, Espíritu de Dios ­Maranathá

Ven, Espíritu de Dios,
inúndame de amor,
ayúdame a seguir.
Ven y dame tu calor,
quema mi corazón,
enséñame a seguir.

Suenen cantos de alegría. Ascensión. Canción católica


Suenen Cantos de alegría Suenen cantos de alegría, este día.
Hoy Jesús al cielo sube en la nube.
Cristo lleva hacia la gloria su victoria.
Cristo lleva hacia los cielos nuestro anhelo. Aleluia (3)

Decenario al Espíritu Santo Día 4º

Secuencia de Pentecostés

Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
Don, en tus dones espléndido.
Luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, Dulce Huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

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