Entrada:
Cristo es la luz del mundo, y el día conmemorativo de su
resurrección es el reflejo perenne, en la sucesión semanal del tiempo, de esta
epifanía de su gloria. Al reunirse en este día la Iglesia hace suyo, de
generación en generación, el asombro de Zacarías cuando dirige su mirada hacia
Cristo anunciándolo como el « sol que nace de lo alto para iluminar a los que
viven en tinieblas y en sombras de muerte, y vibra en sintonía con la alegría
experimentada por Simeón al tomar en brazos al Niño divino venido como luz para alumbrar a las naciones. Para
celebrar la Eucaristía nos ponemos de pie y cantamos…
Lecturas:
La luz de la Palabra ilumina la vida de la Iglesia y de los
fieles para poder seguir a Cristo con la certeza de la fe.
Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: Escúchanos Señor.
·
Por el Papa y los obispos; para que con su magisterio sepan guiar
al pueblo de Dios con la luz de la verdad. Oremos…
·
Por quienes gobiernan las naciones; para que encuentren los
medios para conducirlas en la justicia y la paz. Oremos…
·
Por todos los que sufren; para que unidos a la Cruz del Señor
experimenten el consuelo que brota de su corazón. Oremos…
·
Por todos nosotros; para que las tinieblas del pecado no opaquen
la vida de la gracia que recibimos en el bautismo. Oremos…
Ofrendas:
Junto al pan y al vino acerquemos al altar nuestro propósito de
vivir como hijos de la luz. Cantamos…
Comunión:
Jesucristo Luz del mundo está presente en la Eucaristía para iluminar
nuestra vida con la claridad de su presencia. Cantamos…
Salida:
Dispuestos a anunciar con nuestro testimonio el gozo del Evangelio
cantamos…
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