jueves, 15 de octubre de 2015

El humo de satanás estaba tratando de entrar en el Aula Pablo VI - Mons. Tomash Peta

S.E.R. Tomash Peta
Arzobispo de Astana (Kazajistán)
En el sínodo 2015
El Beato Pablo VI dijo en 1972:
«A través de alguna grieta ha entrado, el humo de Satanás en el templo de Dios»
Estoy convencido de que estas palabras del Santo Padre, autor de la «Humanae Vitae» fueron proféticas. Durante el Sínodo del año pasado, «el humo de Satanás» estaba tratando de entrar en el aula Pablo VI.
Concretamente en
1.    la propuesta de admitir a la Sagrada Comunión a los que están divorciados y viven en las nuevas uniones civiles;
2.    la afirmación de que la cohabitación es una unión que puede tener en sí misma algunos valores;
3.    la defensa de la homosexualidad como algo que es supuestamente normal.
Algunos padres sinodales no han entendido bien la llamada de Francisco a una discusión abierta y han comenzado a presentar ideas que contradicen la tradición bimilenaria de la Iglesia, arraigada en la Palabra Eterna de Dios. Por desgracia, todavía se puede percibir el olor de este «humo infernal» en algunos puntos del «Instrumentum Laboris» y también en las intervenciones de algunos padres sinodales este año.

El Evangelio que alguna vez transformó culturas está ahora en peligro de ser transformado por ellas - Card. Robert Sarah

Intervención del
Cardenal Robert Cardenal Sarah
Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Sínodo Ordinario de la Familia, octubre 2015
Su Santidad, Sus Eminencias, Sus Excelencias, participantes en el Sínodo:
Propongo estas tres líneas de pensamiento:
Más transparencia y respeto entre nosotros.
Experimento una profunda necesidad de invocar al Espíritu de Verdad y Amor, la fuente de la parresía al hablar y de la humildad al escuchar, el cual es el único capaz de crear verdadera armonía en la pluralidad.
Lo digo francamente: en el Sínodo previo, en relación a varios asuntos experimenté la tentación de rendirme a la mentalidad del mundo secularizado y del occidente individualista. Reconocer las así llamadas «realidades de la vida» como un locus theologicus significa renunciar a la esperanza en poder transformador de la fe y del Evangelio. El Evangelio que alguna vez transformó culturas está ahora en peligro de ser transformado por ellas. Además, algunos de los procedimientos utilizados no se enfocaron a una discusión enriquecedora y a la comunión, en la medida en que promovieron un cierto estilo de los grupos de las Iglesias más ricas. Esto es contrario a una Iglesia pobre, de un gozoso, evangélico y profético signo de contradicción en el mundo secularizado. No se puede entender por qué algunas declaraciones que no fueron aceptadas por la mayoría cualificada del último Sínodo aparecieron en la Relatio y, posteriormente, por qué hubo quienes ejercieron presión en asuntos de gran actualidad (tales como la ideología de género), y que fueron en cambio ignorados tanto en los Lineamenta como en el Instrumentum laboris.
Por lo tanto, la primera esperanza es que, en nuestra labor, gocemos de más libertad, transparencia y objetividad. Por esto, sería benéfico publicar los resúmenes de las intervenciones, para facilitar la discusión y evitar cualquier prejuicio o discriminación al aceptar los pronunciamientos de los Padres sinodales.
Discernimiento de la historia y de los valores.

martes, 13 de octubre de 2015

No podemos fallarles a quienes se esfuerzan por vivir en la virtud y la fidelidad - Card. Timothy Dolan


Carta del 
Cardenal Timothy Doland
Arzobispo 
de Nueva York
La integración ha sido un tema novedoso y consistente en el Sínodo. La Iglesia, nuestra familia espiritual, acoge a todo el mundo, especialmente a aquellos que se sienten excluidos. Entre estos, de los que he oído hablar a los observadores y a los padres sinodales se encuentran los solteros, aquellos que sienten atracción por el mismo sexo, los divorciados, los viudos, los inmigrantes que acaban de llegar a un país nuevo, los discapacitados, las personas mayores, los confinados o las minorías raciales y étnicas. La Iglesia es una familia que ama a todos, los acoge y los necesita.
¿Es posible sugerir que hay una nueva minoría en el mundo e incluso en la Iglesia?

lunes, 12 de octubre de 2015

La misión de la Iglesia no es correr tras el mundo sino guiar al mundo y mostrarle el camino correcto - Mons. Stanislaw Gadecki


Entrevista concedida a EWTN por
S.E.R. Mons. Stanislaw Gadecki
Arzobispo de Poznan
Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia
Su excelencia, la primera pregunta: Vivimos en un mundo dominado por los malentendidos. Por lo tanto, es bueno definir lo que nosotros, como católicos, entendemos por el término «Matrimonio Sacramental».
Se puede ver desde de la perspectiva de la ley canónica o desde la perspectiva de la enseñanza pastoral. En el numeral 48 de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano Segundo, el matrimonio católico se describe como «intima communo vitae et amoris», es decir, una íntima compañía de vida y amor entre dos personas, un hombre y una mujer, que mutuamente se complementan uno al otro. La complementariedad define al matrimonio católico. Sin embargo, eso no es todo porque –al mismo tiempo– superpuesta al matrimonio está la comunión con Cristo, y es por eso que el matrimonio católico no es simplemente una relación sociológica y social en la cual el hombre y la mujer se desarrollan. Es en cambio –al mismo tiempo– una imagen de la relación y comunión que existe entre Cristo y la Iglesia. Por lo tanto, escuchamos antes del Sínodo –la primera sesión del Sínodo extraordinario– a un rabino judío que habló sobre el matrimonio: Tenemos que ser conscientes que hay una diferencia entre el matrimonio ordinario, natural, y el matrimonio religioso. En el matrimonio natural, hay dos personas, un hombre y una mujer. En el religioso hay tres, Dios, un hombre y una mujer. Y esto es aplicable al matrimonio católico, que no es solo la comunión entre dos seres humanos; sino es elevado por la Gracia, por Cristo.
En Alemania, la discusión del Sínodo se concentra principalmente en dos problemas. Un problema es la admisión a la Sagrada Comunión de las personas casadas que viven en una relación extramarital. El otro es el reconocimiento de las relaciones homosexuales. Arzobispo, ¿qué opina de esto?

La crisis en la Iglesia ante el sínodo 2015 (video)

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