martes, 8 de septiembre de 2020

Natividad de la Virgen María - Poesías de Lope de Vega

 



Hoy nace una clara estrella

Hoy nace una clara estrella
tan divina y celestial,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

De Ana y de Joaquín oriente
de aquesta estrella divina
sale su luz clara y dina
de ser pura eternamente:
el Alba más clara y bella
no le puede ser igual,
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

No le iguala lumbre alguna
de cuantas bordan el cielo,
porque es el humilde suelo
de sus pies la blanca luna:
nace en el suelo tan bella,
y con luz tan celestial;
que con ser estrella, es tal,
que el mismo sol nace della.

 

Canten hoy, pues nacéis vos

Canten hoy, pues nacéis vos,
los ángeles, gran Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Canten hoy, pues a ver vienen
nacida su Reina bella,
que el fruto que esperan de ella
es por quien la gracia tienen.

Digan, Señora, de vos,
que habéis de ser su Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Pues de aquí a catorce años,
que en buena hora cumpláis,
verán el bien que nos dais,
remedio de tantos daños.

Canten y digan, por vos,
que desde hoy tienen Señora,
y ensáyense, desde ahora,
para cuando nazca Dios.

Y nosotros, que esperamos
que llegue pronto Belén,
preparemos también,
el corazón y las manos.

Vete sembrando, Señora,
de paz nuestro corazón,
y ensayemos, desde ahora,
para cuando nazca Dios. Amén.

 

Si en brazos de Dios nacéis

 

Si en brazos de Dios nacéis

¿quien sois?, Niña soberana,

que para casa tan pobre

parecéis muy rica Infanta.

 

Tres veces catorce dicen

los deudos de vuestra casa,

que son las generaciones

de vuestra sangre preclara.

 

La primera es de Profetas

y divinos Patriarcas,

desde Abraham a David,

de quien seréis torre y arpa.

 

De Reyes es la segunda,

desde David a que salgan

de Babilonia a Sión

y vuelvan a honrar el arca.

 

Desde este tiempo hasta el día

en que Cristo de Vos nazca,

otra que es de Sacerdotes,

de quien Vos seréis la vara.

 

Torre y arca y vara sois

en tan ilustre prosapia,

supuesto que para esposo

un carpintero os señalan.

 

Debe de ser que Dios quiere

que hecha carne su Palabra,

viva en casa donde vea

labrar maderos y tablas.

 

O porque si sois, Señora,

arca en que el mundo se salva,

como divino escultor

os halle el hombre en su casa.

 

Cielos y tierra se alegran

cuando nacéis, Virgen santa,

por su Hija el Padre eterno,

por quien se goza y se agrada.

 

El Hijo, viendo a su Madre

tan buena, que de llamarla,

su madre, no se desprecie

ni de entrar en sus entrañas.

 

El Espíritu divino

de ver la Esposa que ama,

de suerte que ya comienza

a cubrirla con sus alas.

 

Los Angeles por su Reina,

los cielos por su luz clara,

el sol por su hermosa frente,

y la luna por sus plantas.

 

Los hombres por su remedio

porque hasta vuestra mañana,

no podía el sol salir,

y en oscura noche estaban.

 

Según esto vos nacéis

para ser vara en las aguas,

torre fuerte en los peligros,

y en el diluvio arco y arca.

 

Pues vengáis a vuestra aldea,

María llena de gracia,

muchas veces en buen hora,

día que nacéis con tantas.

 

Conoced vuestros pastores,

que todos os dan las almas,

mientras os da el cielo estrellas,

para mantillas y fajas.

 

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