viernes, 24 de julio de 2020

Vae victis! - P. Leonardo Castellani


Vae victis!
¡Ay de los vencidos!


El Cedro viejo que había dado sombra a tantos cansados, y asiento a tantas aves, ramas a tantos nidos, y flores, perfumes, color y alegría a tantas primaveras, como ahora estaba viejo y empezaba a picarse, lo arrancaron. El carpintero, que pagó la operación, se llevó el tronco; los vecinos llevaron leña de las ramas y el que no pudo más llevó hojas para cocimientos; los chicos saltaron jugando entre las ramas y hasta los sapos salieron de sus cuevas alegremente a buscar insectos en la tierra removida.

Sólo una Cabecita Negra, que tenía el nido en la copa, lloró en un trino fúnebre la muerte del anciano del monte. Y su trino decía así:

¡Qué fácilmente la sobrellevamos,
qué llevadera se hace la caída
de aquel de quien ya no necesitamos...!

Y todos los sapos respondían al unísono, en un desafinado coro:

Así es la vida, amigo, así es la vida.


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