jueves, 9 de julio de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 101


Jueves de la 14ª semana

EFECTOS DEL AMOR


I. El amor significa cierta adaptación de la virtud apetitiva a un bien. Mas nada de lo que se adapta a una cosa que le es conveniente, se perjudica por esta unión, sino que más bien, a ser posible, se mejora y perfecciona; en cambio, lo que se une a algo que no le es conveniente, se perjudica y deteriora. Luego, el amor del bien conveniente es perfectivo y mejorativo del amante; pero el amor del bien no conveniente al amante le daña y deteriora.

Por consiguiente, el hombre se mejora y perfecciona, sobre todo, por el amor de Dios; y se daña y deteriora por el amor al pecado, según aquello de Oseas: Se hicieron abominables, como aquellas cosas que amaron (Os 9, 10).

Todo lo que acabamos de decir se refiere a lo que hay de formal en el amor por parte del apetito.

II. Pero en cuanto a lo que hay de material en la pasión del amor, que es alguna alteración corporal, el amor hiere accidentalmente, por el exceso de inmutación, como acontece en el sentido y en todo acto de alguna potencia del alma, ejercido por alguna alteración de un órgano corporal.

III. A cuanto pueda oponerse en contrario debe decirse que pueden atribuirse al amor cuatro efectos inmediatos, a saber: la liquefacción, la fruición, la languidez y el fervor. Lo primero es la liquefacción, que se opone a la congelación, pues las cosas congeladas son compactas en sí mismas, de modo que no pueden fácilmente ser penetradas por otro. Mas al amor pertenece que el apetito se haga adecuado para recibir al bien amado, puesto que el amado está en el amante. De ahí es que la congelación o dureza de corazón es una disposición que repugna al amor, pero la liquefacción o derretimiento importa cierto ablandamiento del corazón, que le hace hábil para que penetre en el objeto amado. Así, pues, cuando el objeto amado está presente y se lo posee, se produce la delectación o fruición; mas estando ausente, resultan otras dos pasiones: la tristeza de la ausencia, que se manifiesta por la languidez, y el deseo ardiente de conseguir el objeto amado, expresado por el fervor.


Tales son, en verdad, los efectos del amor considerados formalmente, según la aptitud de la potencia apetitiva respectó de su objeto; pera en la pasión del amor surgen algunos efectos proporcionados a éstos según la alteración del órgano.

(1ª 2ae , q. XXVIII, a. 5)

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