Sábado de la 13ª semana
REFECCIÓN ESPIRITUAL
La refección
espiritual consiste en dos cosas: en los dones de Dios y en su dulzura.
1º) Lo primero se
advierte en esta frase: Serán embriagados en la abundancia de tu casa (Sal 35,
9). La casa es la Iglesia. Y esta casa que ahora está en la tierra, será un día
trasladada al cielo. En ambas hay abundancia de los dones de Dios, con la
diferencia de que aquí la iglesia es imperfecta, mas en el cielo habrá abundancia
perfecta de todos los bienes, y de ésta se sacian los varones espirituales.
Seremos colmados de los bienes de tu casa (Sal 64, 5). Y lo que es más, son
embriagados, en cuanto sus deseos son colmados más allá de sus merecimientos;
pues la embriaguez es un exceso. Ojo no vio, ni oreja oyó, ni en corazón de
hombre subió, lo que preparó Dios para aquellos que le aman (1 Cor 2, 9). Y en
el Cantar de los Cantares (5, 1) se dice: Embriagaos, los muy amados. Los que
están ebrios no están en sí, sino fuera de sí. De ese modo han sido llenos de
carismas espirituales, y toda su intención se dirige a Dios. Nuestra morada
está en los cielos. (Filip 3, 20).
2º) No solamente
serán fortalecidos con los dones de Dios, sino también con la dulzura de Dios.
Entonces en el Todopoderoso abundarás de delicias, y abrazarás a Dios tu rostro
(Job 22, 26). Por eso dice el profeta David, en cuanto a lo segundo (la
dulzura): y les darás de beber en el torrente de tu deleite (Sal 35, 9). Éste
es el amor del Espíritu Santo que obra impetuosamente en el alma, como un
torrente. A esto se refiere Isaías (59, 19): Como río impetuoso, a quien el
Espíritu del Señor impele. Y se dice de deleite, porque produce en el alma
delicia y dulzura. ¡Oh cuán bueno y suave es, Señor, tu espíritu en nosotros!
(Sab 12, 1).
Y con esta bebida
son abrevados los buenos. Bebieron una misma bebida espiritual (1 Cor 10, 4). O
en el torrente de tu deleite, es decir, de Dios, a quien se le llama torrente,
La fuente de la sabiduría arroyo que inunda (Prov 18, 4), porque su voluntad es
tan eficaz que no se la puede resistir, como tampoco al torrente.
3º) Porque en ti
está la fuente de la vida (Sal 35, 10). Tal es la materia de esta refección,
porque así como los que se llegan al manantial y aplican sus labios a la fuente
del vino son embriagados, así también los que aplican su boca, es decir, su
deseo, a la fuente de la vida y de la dulzura. Y son embriagados, porque en ti
está la fuente de la vida. Si se refiere a Cristo, la expresión en ti
significa: Tú eres la fuente de vida. Si se refiere al Padre, el sentido de las
palabras en ti está la fuente de la vida quiere decir: Tu Verbo, que vivifica
todas las cosas, está en ti. Me dejaron a mí, que soy fuente de agua viva (Jer
2, 13). Él es, en verdad, fuente de vida, esto es, de los bienes espirituales,
con los cuales todas las cosas son vivificadas.
(In Psal., XXXV)
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