Entrada:
Toda la vida del hombre y todo su tiempo deben ser vividos como
alabanza y agradecimiento al Creador. Pero la relación del hombre con Dios necesita
también momentos de oración explícita, en los que dicha relación se
convierte en diálogo intenso, que implica todas las dimensiones de la persona.
El « día del Señor » es, por excelencia, el día de esta relación, en la que el
hombre eleva a Dios su canto, haciéndose voz de toda la creación. Llenos de
gozo por esta posibilidad nos ponemos de pie para iniciar la celebración de la
Santa Misa y cantamos…
Lecturas:
La Palabra de Dios nos recuerda que el Señor nunca nos abandona
y nos invita a confiar en su Providencia.
Oración de los Fieles:
A cada intención respondemos: “Escúchanos Señor”
·
Por el Santo Padre Francisco para que guíe a la Iglesia en la
confianza de saberse cuidada por Dios. Oremos…
·
Por la unidad y la concordia en toda comunidad humana: en las
familias y en las sociedades para que llegue a todos la paz que proviene de Cristo.
Oremos...
·
- Por todos los hombres que no conocen a Dios, no esperan en El
y no lo aman pero experimentan en sí la nostalgia de las cosas divinas, para
que se abran a la gracia Dios que busca a los hombres con entrañas de Padre misericordioso.
Oremos.
·
-Por los enfermos, especialmente los que padecen enfermedades
terminales, para que en medio de los sufrimientos, reconozcan la bondad de
Dios, que sólo desea nuestro bien; y por el consuelo y fortaleza de sus familiares.
Oremos.
·
Por todos nosotros y por nuestra comunidad, para que podamos ser
testigos del amor de Dios por todos los hombres. Oremos…
Ofrendas:
Junto al pan y al vino presentemos al Señor nuestras vidas
sabiendo que siempre somos cuidados por Él. Cantamos…
Comunión:
Jesucristo presente en la Eucaristía nos acompaña en el camino
de la vida y nos sostiene con su gracia. Cantamos…
Despedida:
Con el compromiso de ser en el mundo testigos de la Providencia
de Dios cantamos…
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