Engolfados
os dejé en el capítulo anterior en las alturas del mar de amarguras sin fondo
ni riberas del abandono del Corazón de Jesús.
Pero
os puedo asegurar que no he hecho otra cosa que presentaros algo, no más, de la
superficie de este mar. ¡Resta tanto que descubrir en sus profundidades y
abismos!
Cuenta
que no hablo más que de abandonos interiores de su vida eucarística y paso en
silencio otros abandonos, como los abandonos íntimos de sus treinta y tres años
de vida mortal, de sus veinte siglos de vida en la Iglesia y en las almas...
¿Quién
puede medir con la vista, con la imaginación, con el pensamiento o con el
corazón, las simas de los abismos abiertos por los desconocimientos groseros,
las ingratitudes o frías correspondencias, los olvidos, pretericiones y
postergaciones que los nombres de esos abandonos evocan?
Historia de las generosidades de
Jesús
El
Evangelio no es sólo la historia de las mayores finezas y generosidades
divinas, sino la de los mayores abandonos humanos. Si aquélla se abre con "y
la Palabra se hizo carne" 1
de la Encarnación, y se cierra con el "todo
está cumplido" 2
de la redención. Ésta se abre con el "no había sitio para ellos" 3
del Nacimiento y se cierra con el "y abandonándole, huyeron todos"
4.
El
amor de Jesús a los hombres, no saciado con darles su vida mortal, le sugiere
la Eucaristía, traza divina de vivir siempre, sin morir, junto a sus hijos los
hombres.
¡Eucaristía!
¡Evangelio siempre nuevo y siempre vivo! ¡Historia viviente de finezas y
generosidades divinas, pero sin fin!
¡Hombres,
hombres!, ¿será también la Eucaristía la historia de vuestros grandes
abandonos?
¡Qué
pena, qué vergüenza! Esta triste historia comenzó a escribirse a la vez que la
de la Eucaristía. ¿Qué digo a la vez? ¡Antes!... Su primera palabra es la que
iban profiriendo los que se apartan al oír su anuncio: "Es duro este
lenguaje" 5.
¿Su última?... Como la historia de las finezas de la Eucaristía, tampoco la de
los abandonos la tiene...
Hojeemos
un poco esas dos historias, aunque en esas páginas se absorbe una vida entera.
Notas
Los tres libros de esta historia
La
historia primera, o sea, la de las generosidades divinas, se divide en tres
libros: el de la Eucaristía-Misa. El de la Eucaristía-Comunión. Y el de la
Eucaristía-Presencia real.
Como
la sombra sigue a la luz, el abandono del hombre sigue a las finezas de Dios.
Los tres de la nuestra
Por eso la historia segunda ha de
dividirse también en otros tres libros: El del abandono de la Eucaristía-Misa.
El del abandono de la Eucaristía-Comunión. Y el abandono de la
Eucaristía-Presencia real.
¡Qué
historias!
1 Jn 1,14
2 Jn 19,30
3 Lc 2,7
4 Mc 14,50
5 Jn 6,60.
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