Cotija, 6 de febrero de 1928.
Mi querida mamá: Fui
hecho prisionero en combate en este día. Creo que en los momentos actuales voy
a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes
por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan
el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios,
ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Salúdame a
todos por última vez y tú recibe el corazón de tu hijo que tanto te quiere y
verte antes de morir deseaba.
José Sánchez del Río.
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