domingo, 4 de octubre de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 186

 

Domingo de la 27ª semana

MODO DE CONOCER LOS SECRETOS DIVINOS


A éste, pues, hizo una seña Simón Pedro, y le dijo: ¿Quién es de quien habla? (Jn 13, 24).

 

I. Pedro quiere saber de quién decía el Señor: Uno de vosotros me entregará (Ibid., 21). Apareciendo siempre (Pedro) en los Evangelios como más audaz y el primero en replicar a causa del fervor de su amor, ¿por qué calla ahora? ¿Por, qué confía a otro la pregunta? La razón es triple, según San Juan Crisóstomo: 1º) Cómo acababa de ser reprendido por el Señor al rehusar que le lavase los pies, temía ahora molestar al Señor. 2º) No quería Pedro que el Señor lo manifestase públicamente, de modo que los otros pudieran oírlo. Por consiguiente, como estaba separado de Cristo, incita a preguntar a Juan, que estaba más cerca de Cristo. 3º) Hay también una razón mística. Juan simboliza la vida contemplativa, y Pedro la activa. Pedro es instruido por Cristo mediante Juan; pues la vida activa es ilustrada acerca de las cosas divinas por medio de la contemplativa. María, sentada a los pies del Señor, escuchaba las palabras de éste; pero Marta estaba afanada de continuo en los quehaceres de la casa (Lc 10, 39-40).

 

Él, entonces, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo: ¿Señor, quién es? (Jn 13, 25).

 

Debe advertirse que cuando Pedro hizo señas a Juan para que preguntase, descansaba Juan en el regazo de Jesús; mas ahora pregunta Juan, que se recuesta sobre el pecho del Señor. Porque el pecho está más cerca de la boca que el regazo. Por lo tanto, Juan, deseando escuchar más secreta y silenciosamente la respuesta, sube del regazo al corazón.

 

Con esto se da a entender místicamente que cuanto más desea el hombre recibir los secretos de la divina sabiduría, tanto más debe tratar de acercarse a Jesús, como dice el Salmo: Llegaos a él, y seréis iluminados (Sal 33, 6). Porque los secretos de la divina sabiduría son revelados principalmente a los que están unidos a Dios por el amor, según dice la Escritura: Anuncia de ella a su amigo, que es posesión de él (Job 36, 33). Viene su amigo, y lo sondeará

(Prov 18, 17). (In Joan., XIII)

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