sábado, 15 de agosto de 2020

Meditaciones del tiempo ordinario con textos de Santo Tomás de Aquino 138

 

Sábado de la 19ª semana

PRESENCIA DE DIOS EN TODAS PARTES

 

1º) Dios está en todas las cosas, no como parte de su esencia o como accidente, sino como un agente está en aquello, donde obra. Siendo Dios ser por esencia, es necesario que el ser creado sea su efecto más propio, como quemar es el efecto propio del fuego. Dios produce ese efecto en las cosas, no sólo en el primer momento de su existencia, sino mientras las conserva en el ser, como la luz es producida en el aire por el sol, mientras el aire está iluminado. Por tanto, mientras una cosa tiene existencia, es necesario que Dios esté presente a ella, conforme con su modo de existir. Y como el existir es lo que hay de más íntimo en cada cosa y lo más profundamente unido, puesto que es formal respecto de todo lo que hay en la cosa, se deduce que Dios está íntimamente en todas las cosas.

 

2º) Está en todo lugar, es decir, en todas partes, como dice la Escritura: ¿Acaso no lleno, yo el cielo y la tierra, dice el Señor? (Jer 23, 24).

 

Así como Dios está en todas las cosas, dándoles el ser, la virtud y la acción, del mismo modo está en todo lugar, dándole el ser y la virtud locativa. Es más, llena todos los lugares porque da el ser a todos los objetos colocados, los cuales llenan todos los lugares. Estar en todas partes conviene por sí y primariamente a Dios y es cosa propiamente suya, porque, sean cuales fueren los lugares que se pongan, es necesario que Dios esté en cada uno de ellos, no como parte, sino según su propio ser.

 

3º) Dios está en todo lugar por esencia, presencia y potencia.

 

Se dice que Dios está en alguna cosa de dos maneras: 1ª, como causa agente, y así está en todas las cosas creadas por él; 2ª, como objeto de operación en el operante; lo cual es propio de las operaciones del alma, por cuanto el objeto conocido está en el cognoscente, y el deseado en el que desea. De esta segunda manera es como Dios está especialmente en la criatura racional, que lo conoce y ama actual y habitualmente. Y como la criatura racional obtiene esto por la gracia, se dice, en este sentido, que está por gracia en los santos.

 

Mas para saber cómo está en las otras cosas creadas por él, es preciso examinarlo por analogía con las cosas humanas. Se dice que un rey está en todo el reino por su poder, aunque no esté presente en todas partes. Se dice que una cosa está presente en todas las cosas que están ante su mirada, igual que de todas las cosas que están en una casa se dice que están presentes a alguno; el cual, sin embargo, no está sustancialmente en cada parte de la casa. Se dice que una cosa está esencial o sustancialmente en un lugar en el cual su sustancia existe.

 

Por consiguiente, Dios está por potencia en todo, porque todo está sometido a su poder; está en todo por presencia, porque todo está descubierto a sus ojos; y está en todo por esencia, porque se halla presente en toda cosa como causa de su ser.

(1ª, q. VIII, a. 1, 2, 3)

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