viernes, 27 de noviembre de 2015

Bendición litúrgica de la corona de adviento y oraciones para encender cada vela

Para quien quiera usar la corona de Adviento le puede ser útil saber lo que indica el "Bendicional":

1235. La "Corona de Adviento" o "Corona de las luces de Adviento" es un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. Por medio de la bendición de la corona se subraya su significado religioso.

1236. La luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la comunión. La luz es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona muestra la ascensión gradual hacia la plenitud de la luz de Navidad. El color verde de la corona significa la vida y la esperanza.

1237. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de la esperanza de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte. Porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre por nosotros, y con su muerte nos ha dado la verdadera vida.

1241. La "Corona de Adviento", que se ha instalado en la iglesia, se puede bendecir al comienzo de la Misa. La bendición se hará después del saludo inicial, en lugar del acto penitencial.

Monición introductoria:

"Hermanos:
Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. La corona de Adviento es, pues, un símbolo de que la luz y la vida triunfarán sobre las tinieblas y la muerte, porque el Hijo de Dios se ha hecho hombre y nos ha dado la verdadera vida.


El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad. Por eso hoy, primer domingo de Adviento, bendecimos esta corona y encendemos su primer cirio".


1242. Luego el ministro, si es sacerdote o diácono, con las manos extendidas... dice la oración de bendición:

Oremos.

La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque
y la ha adorando con luces.
Ahora, pues, que vamos empezar el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.

(se enciende la primera vela de la corona)



Oraciones Para encender la vela de la “Corona de Adviento”

Después del saludo inicial, se enciende la vela de la “Corona de Adviento” y se acompaña con una oración que haga presente la esperanza de María. Alguien de la asamblea, o el propio celebrante, enciende un cirio de la “Corona de Adviento”. Entre tanto, se puede cantar otra estrofa del canto de entrada.


Primer domingo de Adviento: ¡Vigila!
Rito de la “Corona de Adviento”:
Ahora encenderemos el primer cirio de la “Corona de Adviento”, en nuestro camino hacia la Navidad. Encendemos, Señor, esta luz, como aquél que permanece vigilando, en vela, esperando para salir el encuentro del Señor que viene.
Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen
En esta primera semana de Adviento, queremos estar atentos y preparados, como María, para acoger al mensajero que nos trae la mejor noticia, la más profunda y la alegría más verdadera.
¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

Segundo domingo de Adviento: ¡Prepárate!
Rito de la “Corona de Adviento”:
Ahora encenderemos dos cirios de la “Corona de Adviento”, en nuestro camino hacia la Navidad.
Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel y los pobres del mundo anhelan la liberación. En María se acumulan las esperanzas.
Nosotros, como símbolo de la nueva justicia, encendemos estas dos velas. Que cada uno de nosotros, Señor, sea tierra preparada, como María, para que aniden en ella y nos invada el Salvador.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

Tercer domingo de Adviento: ¡Alégrate!
Rito de la “Corona de Adviento”:
Ahora encenderemos tres cirios de la “Corona de Adviento”, en nuestro camino hacia la Navidad.
En Nazaret se rasgaron los cielos por la acogida de una mujer, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: el Señor llega. Preparad los caminos, porque ya se acerca.
Con su “hágase”, María despejó y preparó el camino al Señor.
Cuando encendemos estas tres velas, cada uno de nosotros quiere ser luz que refleje a la antorcha de la mañana.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

Cuarto domingo de Adviento: ¡Entrégate!
Rito de la “Corona de Adviento”:
Ahora encenderemos cuatro cirios de la “Corona de Adviento”, en nuestro camino hacia la Navidad.
Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en ella, la Virgen, tu Madre y nuestra madre.
Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría.
Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus manos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos entregarnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día.
¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, a salvarnos!



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