“Confíen en María Auxiliadora y, verán lo que
son los milagros” San Juan Bosco.
Fue San Juan Bosco quien más
trabajó por la propagación de la devoción a la Virgen bajo el título de “Auxilio
de los Cristianos”, durante un tiempo muy convulsionado para el mundo y para la
Iglesia. Es por eso que él solía llamar a María Auxiliadora, “la Virgen de los
tiempos difíciles”.
Cuando alguien recurría a Don Bosco manifestándole sentirse
necesitado de alguna gracia particular, él le sugería encomendarse a María
Auxiliadora mediante una novena, rezando diariamente tres padrenuestros, avemarías
y glorias y tres salves con las jaculatorias "Sea alabado y
reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar"
y “María Auxilio de los Cristianos ruega
por nosotros”, recibiendo además la Santa Comunión ,”fuente de todas las
gracias”, y haciendo alguna obra de caridad, especialmente en favor de los
muchachos más pobres y abandonados.
Recomendaba además Don Bosco: “…cuando
alguien se encomiende a María con una novena, tenga presentes estas tres cosas:
1.- No poner ninguna esperanza en los hombres: sólo
fe en Dios.
2:- La petición debe apoyarse
totalmente en Jesús Sacramentado, fuente de gracia, de bondad y de bendición.
Que se apoye también en el poder de María, a la que Dios ha querido glorificar
por sobre todas las criaturas de la tierra.
3.- Siempre en todo caso
póngase la condición de que se cumpla la voluntad de Dios para el bien del alma
de aquel por quien se ruega.”
Modo de rezar la Novena
1)
Hacer la señal de la Cruz.
2)
Rezar el acto de contrición, pidiendo perdón por nuestros
pecados.
3)
Rezar la oración inicial de cada día.
4)
Hacer la reflexión propia para cada día.
Luego en silencio decimos la intención por la cual realizamos los novena y
rezamos tres Padrenuestros, tres Avemarías, tres Glorias y tres Salves con las jaculatorias "Sea alabado
y reverenciado en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento del Altar"
y “María Auxilio de los Cristianos ruega
por nosotros”.
5)
Rezamos la oración conclusiva para cada día.
Santísima Virgen María, Reina de todos los Santos y Madre mía, designada por tu Hijo expirante en la Cruz para salvar a todos los hombres, acudo a Ti con amor y confianza, pues eres abogada de los pecadores y Auxilio de los Cristianos. Alcánzame, Señora mía, el perdón de mis culpas, un verdadero dolor, luz y acierto para hacer una buena confesión de todas ellas, conseguir la gracia de Dios, y con tu auxilio mi eterna salvación.
Por este fin te ofrezco los obsequios de esta novena que consagro en tu honor. Recíbelos, mi buena Madre, y haz que logre la gracia que me he propuesto pedirte en el curso de la novena. Si me conviene para el bien de mi alma te pido la gracia... (cada uno pida la gracia que le conviene), y deseo, Señora mía, que en todo se cumpla la voluntad de Dios; pero bien lo ves, mi buena Madre, cuántas ansias y penas afligen mi corazón; apresura pues tu auxilio a todas mis necesidades. Te lo pido por los méritos de tus dolores, que padeciste al pie de la Cruz, cuando Jesús te constituyó Madre y Auxilio de los Cristianos. Amén.
¡Santísima e Inmaculada Virgen María, Madre nuestra y Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos eternamente a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas; y te prometemos dirigir siempre nuestras acciones a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas.
Vos, pues, ¡Virgen Incomparable! que fuiste siempre la Auxiliadora del pueblo cristiano; continúa ¡por piedad! siéndolo, especialmente en estos días. Ilumina a los Obispos y Sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible, cuida de una manera especial a los jóvenes; promueve las vocaciones a la vida consagrada y matrimonial, a fin de que se conserve el Reino de Jesucristo entre nosotros, y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.
ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor
mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador, Padre y Redentor mío, en
quien espero, a quien amo y estimo más que todas las cosas, me pesa haberte
ofendido, por ser quien eres, bondad infinita y ayudado de tu gracia, propongo
nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
Oración inicial para todos los días
(Compuesta por San Juan Bosco)
(Compuesta por San Juan Bosco)
Santísima Virgen María, Reina de todos los Santos y Madre mía, designada por tu Hijo expirante en la Cruz para salvar a todos los hombres, acudo a Ti con amor y confianza, pues eres abogada de los pecadores y Auxilio de los Cristianos. Alcánzame, Señora mía, el perdón de mis culpas, un verdadero dolor, luz y acierto para hacer una buena confesión de todas ellas, conseguir la gracia de Dios, y con tu auxilio mi eterna salvación.
Por este fin te ofrezco los obsequios de esta novena que consagro en tu honor. Recíbelos, mi buena Madre, y haz que logre la gracia que me he propuesto pedirte en el curso de la novena. Si me conviene para el bien de mi alma te pido la gracia... (cada uno pida la gracia que le conviene), y deseo, Señora mía, que en todo se cumpla la voluntad de Dios; pero bien lo ves, mi buena Madre, cuántas ansias y penas afligen mi corazón; apresura pues tu auxilio a todas mis necesidades. Te lo pido por los méritos de tus dolores, que padeciste al pie de la Cruz, cuando Jesús te constituyó Madre y Auxilio de los Cristianos. Amén.
Oración final para todos los días
Consagración a María Auxiliadora
Consagración a María Auxiliadora
¡Santísima e Inmaculada Virgen María, Madre nuestra y Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos eternamente a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas; y te prometemos dirigir siempre nuestras acciones a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas.
Vos, pues, ¡Virgen Incomparable! que fuiste siempre la Auxiliadora del pueblo cristiano; continúa ¡por piedad! siéndolo, especialmente en estos días. Ilumina a los Obispos y Sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible, cuida de una manera especial a los jóvenes; promueve las vocaciones a la vida consagrada y matrimonial, a fin de que se conserve el Reino de Jesucristo entre nosotros, y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.
Asimismo,
¡gran Madre de Dios! te suplicamos por nosotros; que nos enseñes a imitar tus
virtudes, especialmente la modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad
a fin de que, en lo posible, con nuestra vida, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu bendito hijo Jesús,
logremos que te conozcan y consigamos por este medio la salvación de muchas
almas.
María,
Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
DÍA PRIMERO
¡Oh
Santísima María, Auxilio poderoso de los cristianos que acuden confiados al
trono de tu misericordia, escucha las plegarias de un pecador, que implora tu asistencia
para poder huir siempre del pecado y de las ocasiones de pecar!
“El que haga la voluntad de
Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre” (Mc 3, 35).
Para
meditar: Así se concibe la santidad. Y María cumplió como nadie la
voluntad de Dios. El sí rotundo, confiado y pleno que la Santísima Virgen dio
al Padre nos sirvió a nosotros para poder alcanzar la salvación.
Las
plegarias de una Madre, la más tierna de todas las madres, sobre el corazón de
un hijo, cuya bondad es infinita y cuyo poder no tiene límites ¿podrán ser desatendidas?
Si alguna devoción puede y debe ser eficaz es esta, la devoción a la que es
Madre nuestra y Madre de quien desea y puede ayudarnos.
“Recordemos siempre que el ser
devotos de María es un medio de los más seguros y eficaces para conseguir la vida
eterna” San Juan Bosco.
Compromiso:
A imitación de Don Bosco, haz que tu vida sea también continua
manifestación de amor a María.
Petición:
Santa María, Auxiliadora de los cristianos, enséñanos a seguir
tu camino de santidad cumpliendo siempre la voluntad de Dios, especialmente
cuando se trata de servir a los demás.
DÍA SEGUNDO
Santísima
María, Madre de bondad y de misericordia que con tu visible patrocinio libraste
tantas veces al pueblo fiel de los sobresaltos, te suplico, libres a mi alma,
de las acechanzas del mundo terrenal, concédeme en todo tiempo la más completa
victoria sobre los enemigos de mi alma.
“La Madre de Jesús dijo: No
tienen vino” (Jn 3,3).
Para
meditar: Madre buena, cuida de nosotros. Ella alcanza de su Hijo Jesús
todas las gracias que nosotros le pedimos con fe. Alegrémonos de tener tal
Madre y dejemos que lo sea de verdad, no la marginemos de nuestra vida. Y
procuremos siempre ser dignos hijos suyos.
Bajo
cualquier advocación que a la Santísima Virgen recurramos, será siempre para
implorar su Auxilio. Por qué, pues, no hemos de reconocer la necesidad que
tenemos de este auxilio que imploramos y por qué no hemos de llamarla siempre,
a boca llena y con filial confianza, con el hermosísimo título de Auxiliadora
nuestra.
“Dios, especialmente en estos
últimos tiempos, se complace en obrar las más grandes maravillas en pro de las almas
afligidas, por intercesión de María Auxiliadora”, San Juan Bosco.
Compromiso:
Al acostarnos y al levantarnos, miremos la imagen de María y
pidámosle su maternal bendición.
Petición:
Auxiliadora de los cristianos, Madre amable, que nunca perdamos
la confianza en Ti. Que busquemos imitarte en la amabilidad. Que sepamos
ser
amables con todos. Que quien nos mire, te vea.
DÍA TERCERO
Poderosísima
Reina de los Cielos que sola pudiste triunfar de las innumerables herejías que
pretendían arrancar a tantos fieles del seno de nuestra Madre Iglesia; ayúdame,
por piedad, a permanecer firme en la fe y conservar puro mi corazón de las
acechanzas y del veneno de tan perversas doctrinas.
“Haced lo que Él les diga” (Jn
2,5).
Para
meditar: Fue su consejo en las bodas de Caná, y es el mismo que nos
repite a nosotros. Y, ¿cuántas veces desoímos su petición y enrumbamos nuestra vida
por senderos distintos a los que el Señor nos tiene trazados. Nos hacemos de
los oídos sordos.
María
es Madre de la “Omnipotencia por esencia”. Con su auxilio ha favorecido a
cuantos confiadamente han recurrido a su poder. Poblada está la Tierra de
Santuarios en su honor, en donde se atestigua su continua protección y en
nuestra vida cotidiana muchas son las muestras de su poder.
“No me consta que nadie haya
recurrido en vano a María Santísima, Auxiliadora de los Cristianos. Un favor
espiritual o material, más o menos señalado ha sido siempre el fruto de la
súplica hecha con fe a esta piadosa Madre, Auxilio de quien la invoca”, San
Juan Bosco.
Compromiso:
En tus dificultades, recurre con confianza a la Santísima Virgen
y pídele que alivie tus sufrimientos.
Petición:
Madre Auxiliadora, señálanos el camino correcto para llegar a
Dios cuando nos encontremos en una encrucijada. Danos tu buen consejo para poderlo
seguir. Sé Tú nuestra Madre y Consejera. A quien podamos recurrir confiados en
tu Auxilio.
DÍA CUARTO
Dulcísima
Madre mía, que por tus innumerables actos de abnegado heroísmo, mereciste el
título de Reina de los Mártires, dígnate comunicar a mi corazón la fortaleza
necesaria para ser constante en tu servicio; concédeme además la gracia de que,
venciendo todo respeto humano, pueda practicar públicamente mis deberes
religiosos y gloriarme de ser hijo tuyo hasta la muerte.
“Bendita Tú entre las mujeres” (Lc 1,42).
Para
meditar: María Auxiliadora, son tantos tus prodigios que solo eres digna
de alabanza, como decía S. Bernardo “De María nunca es bastante todo lo que
podamos decir”. Tú eres el himno de alabanza a Dios.
La
proclamada “llena de gracia” ¿habrá de carecer de bondad y de ternura para con
sus hijos? ¡Buena es para habernos aceptado por hijos suyos, previendo nuestra
poca reciprocidad! ¡Buena es al seguirnos favoreciendo a pesar de nuestra
frialdad y tibieza!
“Honrad,
amad, servid a María y procurad hacerla conocer y amar por los demás. No solo
no perecerá un hijo que haya honrado a esta buena Madre, sino que podrá
confiadamente esperar una grande corona en el Cielo”. San Juan Bosco.
Compromiso:
Háblale a una persona sobre las bondades de María Auxiliadora.
Petición:
Señora, mía, poderoso auxilio de los cristianos haz que yo pueda
amarte, y alabarte cuando Tú debes ser alabada y servirte cuanto pueda para tu
gloria.
DÍA QUINTO
Amada
Madre mía, que en el triunfo del gran Pío VII diste otra prueba de la eficacia
de tu patrocinio, cobija bajo tu piadoso manto de la Iglesia toda, especialmente
a su augusto Jefe, el Supremo Pontífice; defenderle en todo tiempo contra los ataques
de sus enemigos, hazle más llevaderas sus penas, y asístele siempre para que
pueda guiar al puerto la navecilla de San Pedro triunfando de las oleadas que
quieren sumergirlas.
“Hágase en Mí, según tu
palabra” (Lc 1,38).
Para
meditar: Fiel es quien cumple lo prometido y quien no es incrédulo, sino
que tiene fe. Extraordinaria fue la fe de la Virgen, y su fidelidad en atenerse
a ella. Fiel a su fe y a su entrega a Dios hasta el Calvario.
¡Qué
falta nos hace que fortifiquemos nuestra fe y la realización de nuestros
propósitos! Auxilios materiales fortalecen la fe. ¡Somos tan terrenales! Y pese
a eso María nos los concede. Buena pescadora de almas, se sirve de estas
gracias de orden natural para abrir los ojos de nuestra inteligencia y conducirnos
a Jesús.
“Cuántas gracias y bendiciones
alcanzará María de su amado Jesús a favor de quienes, con sus consejos, con sus
obras, con sus oraciones, limosnas o en cualquier otra forma, ejercen actos de
caridad para con el prójimo”, San Juan Bosco.
Compromiso:
Háblale a una persona sobre las bondades de María Auxiliadora.
Haz que la ame.
Petición:
María Auxiliadora, haz que sintamos la responsabilidad que
entraña el pertenecer a la Iglesia de Dios. Haz que tu ejemplo de fidelidad sea
eficaz ayuda para nosotros, para que el día del juicio final merezcamos ser
llamados hijos de Dios.
Examinemos
nuestra fidelidad junto a María.
DÍA SEXTO
¡Oh
María, Reina de los Apóstoles, toma bajo tu valiosa protección a los ministros
del altar y a los miembros todos de la Iglesia Católica; alcánzales espíritu de
unión, de perfecta obediencia al Romano Pontífice y de ardiente celo por la
salvación de las almas. Especialmente te suplico que veles con amorosa asistencia
por los misioneros, a fin de que puedan llevar la fe de Jesucristo a todos los
pueblos de la tierra, y formar con el mundo entero un solo rebaño que conozca
por Jefe a tu Vicario, el Sumo Pontífice.
“María meditaba estas palabras
en su corazón” (Lc 2,19).
Para
meditar: Sin oración no hay entrega ni comunicación con Dios. Y la Virgen
oraba y se comunicaba con el Señor continuamente, le entregaba a Él sus
pensamientos.
Roguemos
a María Auxiliadora que nos enseñe a orar, pero a orar con el corazón y el
pensamiento puestos en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
¿Cuáles
son las dificultades en mi oración y qué hago para superarlas?
María
encamina todos sus favores y nos empeña su palabra de que quien la glorifica,
habrá de tener la vida eterna.
“En esta vida tenemos necesidad
de una medicina que nos preserve de toda suerte de males. Y ¿qué mejor
medicina, qué remedio más eficaz que esta Reina de los Cielos, justamente
llamada por la Iglesia: Salud de los enfermos?...” San Juan Bosco.
Compromiso:
Pídele a María Auxiliadora que te conserve siempre en su gracia,
reza durante el día por la conversión de los pecadores.
Petición:
Virgen mía, Auxiliadora de los Cristianos, haz que Contigo
aprendamos a orar y por medio de la oración unirnos a Dios nuestro Padre y
Creador.
DÍA SÉPTIMO
¡Oh
María, Madre de piedad y de misericordia! Que con tu intercesión has librado
tantas veces a los cristianos de la peste, de la guerra y de otras calamidades,
acude en nuestro socorro y líbranos ahora de la irreligión y del vicio que a
tantos alejan de la Iglesia y de la virtud. Madre mía, anima a los buenos para
que perseveren; fortalece a los débiles y haz que se conviertan los
descarriados y los pecadores a fin de que, triunfando la verdad aquí en la
tierra y estableciéndose el reinado de Jesucristo, sea mayor tu gloria y mayor
el número de los elegidos del cielo.
“Todos están llamados a la santidad
pues esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación” (1 Tes 4, 3).
Para
meditar: María se entregó totalmente a la Voluntad Divina. Solo será
plenamente Madre y Reina nuestra si nosotros buscamos también corresponder a la
llamada de santidad. ¿Pides a María que te vincule estrechamente con Dios, a
tu familia, a tu trabajo, a tu vida cotidiana?
Encomiable
herencia la que Jesús, agonizante, dejó a su Santísima Madre al pie de la Cruz:
una humanidad que no lo comprendía. Pero ella abnegada, propagó el amor de su
Hijo.
“María es nuestra Madre y nos
ama infinitamente más de cuanto pudieran amarnos todos juntos los corazones de
las madres terrenales”, San Juan Bosco.
Compromiso:
Da una parte, cualquiera que sea, de los bienes que Dios te ha
dado, en beneficio de las obras de caridad.
Petición:
María Auxiliadora, Reina de todos los santos, te suplicamos que
seas el eslabón que nos una a Dios y que aprovechemos esta vida terrena para
poder llegar a la eterna junto a Dios.
DÍA OCTAVO
¡Oh
María, Columna Espiritual de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos! Te
suplico me concedas la perseverancia en el bien, la libertad de los hijos de Dios.
Por mi parte, te prometo no manchar ni encadenar mi alma con el pecado. Es mi
deseo, Madre mía, obedecer al Sumo Pontífice y a los Obispos que están en
comunión con él, vivir y morir en el seno de la religión católica, en la cual
tengo seguridad de salvar mi alma.
“Dios te salve, llena eres de
gracia, el Señor es Contigo” (Lc 1, 28).
El
arcángel San Gabriel fue quien comenzó el rosario, y la misma Virgen lo ha
recomendado. El saludo del Ángel de Dios nos hace pensar en la verdadera dimensión
de la grandeza de María, nuestra Madre, y qué mejor que repetirla cada vez que
rezamos el Santo Rosario.
¿Tiene
tu devoción y amor a María su fundamento en la imitación de sus virtudes? Prométele
a María Auxiliadora que, como fruto de este Novenario, será tu vida la que
glorifique.
“Avivemos en nosotros y en
nuestras familias la devoción al Santo Rosario. Si en las casas, escuelas y
talleres se rezara el Rosario, tendríamos fundados motivos para esperar que cesaren
los azotes que nos afligen, florecía la religión y aparecerían para nosotros
días de paz y de ventura”, San Juan Bosco.
Compromiso:
Purifica tu alma mediante el Sacramento de la Confesión,
haciendo un serio examen de conciencia.
Petición:
Virgen María, Auxilio de los cristianos, que por Ti suba nuestra
alabanza a Dios nuestro Padre y que todos los días de la vida nos alegremos de
tu grandeza y alabemos su obra.
DÍA NOVENO
Piadosísima
Madre Mía, que en todo tiempo quisiste ser la Auxiliadora de los cristianos,
asísteme con tu poderosísimo patrocinio durante mi vida, pero
especialmente
en la hora de la muerte; y haz que después de haberte amado y honrado en la
Tierra, pueda cantar tus misericordias en el cielo.
“Todos estaban unidos,
insistiendo en la oración, con María, la Madre de Jesús (Hech 1, 14).
Para
meditar: Siempre estás con nosotros en todas las persecuciones de la
Iglesia. Nuestra oración debe ser una palanca para liberarnos de nuestras pequeñas
y grandes faltas, de nuestras esclavitudes.
Jesús
sufrió sus últimas angustias mortales. Junto a la Cruz estaba María, de pie: el
amor vence al dolor. Ve salir del costado abierto de su Hijo la última gota de
sangre vertida a causa de quienes le crucifican…de los que Ella recibe en
herencia…
“El devoto de María que durante
su vida supo recurrir a Ella, al llegar sus últimos momentos, se arrojará con
mayor confianza entre sus brazos amorosos como el infante en brazos de su
madre. Y si María está con nosotros ¿quién podrá estar en contra nuestra? En el
regazo de esta Madre buena y tierna plácidamente nos adormecemos para despertar
con Ella en el Cielo”, San Juan Bosco.
Compromiso: Invita a alguien para rezar el rosario juntos, si
es posible hacerlo en familia.
Petición:
Auxilio de los cristianos, Señor de todas las victorias, no nos
desampares en nuestras luchas, danos fuerzas para perseverar en nuestra fe y en
las obras dirigidas a la gloria de Dios.
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Canción a María Auxiliadora (quiero llegar):
Don Bosco habla de María Auxiliadora:
Excelente novena a María Auxiliadora, encuentro que sea una novena realmente poderosa. Sin dudas voy a recitarla en los días de festividad a María.
ResponderEliminarA diario recito diferentes novenas, como la de la inmaculada concepción que encontré navegando por internet.