CONCEPCIÓN DE CRISTO
ACTITUD DE SAN JOSÉ
Las
burlas, pues, de quienes intentan minar la autoridad del Evangelio, como para
sugerirnos a nosotros el haberles dado crédito sin razón, van contra esto: Desposada
María, su madre, con José, hallóse antes de vivir juntos que María había
concebido del Espíritu Santo. Pero José, su marido, como era justo, no quiso
difamarla y trató de abandonarla clandestinamente. Sabía, en efecto, no
estar ella encinta de él, y, en consecuencia, túvola por adúltera. Como era
justo, dice la Escritura, no quiso difamarla, o sea, divulgar el hecho, según
traen muchos códices; y pensó dejarla clandestinamente. Túrbase como esposo;
mas, como justo, no se muestra cruel. Tanta santidad se le atribuye a este
varón, que ni le place tener consigo a una adúltera ni osó castigarla
publicando su deshonra. Pensó, se dice, dejarla clandestinamente, pues ni quiso
castigarla ni sacar el hecho a luz. Ponderad bien lo genuino de su santidad. No
la perdonaba, en efecto, porque desease tenerla consigo; muchos perdonan a sus
mujeres adúlteras, y siguen con ellas, adúlteras y todo, para satisfacción de
la carnal concupiscencia. Este varón justo, al revés, no quiere tenerla
consigo; luego no la quiere carnalmente; pero rehúsa castigarla, se compadece
de ella y la perdona. ¿Dónde reluce su santidad? En no seguir con la adúltera,
porque no se piense la perdona con miras sensuales, y en no castigarla y
delatarla. ¡Maravilloso testigo, a fe, de la virginidad de su esposa!
Dándole
vueltas él a esto en su pensamiento, un ángel del Señor se le apareció en
sueños y le dijo: No temas, José, de recibir por tu esposa a María, pues lo en
ella concebido lo es del Espíritu Santo. Así que parirá un hijo y le darás el
nombre de Jesús. ¿Por qué de Jesús? Él, en efecto, salvará a
su pueblo de los pecados de ellos. Ya, pues, vemos ser Jesús en
hebreo lo que Salvador en latín, según aparece claro en la exposición
misma del nombre hecha por el ángel. Cual si le preguntasen la razón de
llamarle Jesús, añadió incontinente la exégesis del vocablo: El
salvará a su pueblo de los pecados de ellos. Y nosotros creemos devotamente
y mantenemos con todos nuestros bríos haber Cristo nacido de la Virgen por obra
del Espíritu Santo
(San Agustín,
Obras Completas X, BAC, 1952, pág. 13-14)
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