Sábado de la 26ª semana
DEBE CREERSE EN LA VIDA ETERNA
I. Convenientemente
con el fin de todos nuestros deseos, es decir, la vida eterna, termina el
Símbolo de la fe en estas palabras: creo en la vida eterna. Amén. Se pone ese
artículo contra los que dicen que el alma perece con el cuerpo. Porque si esto
fuese verdadero, el hombre sería de la misma condición que los brutos, y a
éstos les conviene lo que dice el Salmo (48, 21): El hombre, cuando estuvo en
honor, no lo entendió; ha sido comparado a las bestias insensatas, y se ha
hecho semejante a ellas. Porque el alma humana se asemeja a Dios en la
inmortalidad; mas por la sensibilidad se asemeja a las bestias. Así, pues,
cuando uno cree que el alma muere con el cuerpo, se aparta de la semejanza de
Dios y se compara a las bestias. Contra éstos dice la Escritura: Ni esperaran
galardón de justicia, ni hicieron cuenta de la honra de las almas santas. Por
cuanto Dios creó al hombre inexterminable, y lo hizo a la imagen de su
semejanza (Sab 2, 22- 23).
II. Ahora es fácil creer por el testimonio de Cristo. Porque es necesario que el hombre conozca dos cosas: la gloria de Dios y la pena del infierno. Porque cautivados por la gloria de Dios y aterrados por las penas, los hombres se ponen en guardia y se apartan de los pecados. Pero es muy difícil al hombre conocer esas cosas. Por eso se dice de la gloria en el libro de la Sabiduría: Pues lo que está en los cielos ¿quién lo investigará? (9, 46). Esto es difícil a los terrenos, porque como se dice (en el cuarto Evangelio): El que es de la tierra, terreno es, y de la tierra habla (Jn 3, 31); pero no es difícil a los espirituales, porque el que viene del cielo, sobre todo es (Ibid). Por consiguiente, Dios descendió del cielo y se encarnó para enseñarnos las cosas celestiales.
También era difícil
conocer las penas del infierno: Ni se ha conocido quien haya tornado de los
infiernos (Sab 2, I). Esto se dice en persona de los impíos, pero ahora no
puede decirse, porque así como descendió del cielo pura enseñar las cosas
celestiales, así también resucitó de los infiernos para darnos a conocer las
cosas del infierno.
(In Symbol.)
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