Viernes de la 25ª semana
CÓMO PECA MÁS LEVEMENTE EL RELIGIOSO
Y SE LEVANTA MÁS FÁCILMENTE
Si el religioso, no
por desprecio, sino por debilidad o ignorancia, comete algún pecado, sin
escándalo, que no va en contra del voto de su profesión, por ejemplo,
ocultamente, peca más levemente en el mismo género de pecado que un seglar,
porque, si su pecado es leve, queda absorbido por las muchas obras buenas que
hace; y si es mortal, se levanta de él con mayor facilidad.
I. En primer lugar,
por la intención recta que tiene puesta en Dios, la cual, si de momento se
interrumpe, fácilmente vuelve a lo que era antes. Así, sobre aquel pasaje del
Salmo (36, 24). "Cuando cayere, no se lastimará", dice Orígenes: “Si
el injusto peca, no se arrepiente ni sabe enmendarse de su pecado; en tanto que
el justo sabe enmendarse, y corregirse; tal es el caso de aquél que, al decir:
No conozco a este hombre, después que fue mirado por el Señor, supo llorar amarguísimamente;
y del que, viendo desde la terraza aquella mujer, que despertó su deseo, supo
decir: He pecado, y he hecho el mal delante de ti (Sal 50, 6)”1 .
También es ayudado por
sus compañeros a levantarse, conforme con aquello del Eclesiastés (4, 10): Si
uno cayere, le sostendrá el otro. ¡Ay del solo que cuando cae no tiene quien le
levante!
II. En verdad los justos no pecan fácilmente por desprecio; sino que algunas veces caen en algún pecado por ignorancia o debilidad, del cual fácilmente se levantan.
Pero si llega a pecar
por desprecio, se hacen pésimos y sumamente incorregibles, como se lee en el
libro de Jeremías: Quebraste mi yugo, rompiste mis ataduras, y dijiste: No
serviré. Porque en todo cerro alto, y bajo todo árbol frondoso eras tú echada
en tierra como ramera (2, 20).
Por eso dice San
Agustín: "Desde que comencé a servir a Dios, así como difícilmente he
conocido mejores que los que han progresado en los monasterios, tampoco los he
visto peores que los que cayeron en los monasterios" 2.
(2a 2ae , q. CLXXXVI,
a. 10)
Notas:
1 Hom. IV in
Psal. XXXVI.
2 Epist. ad
plebem Hipponensem, 78, a. 147.
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