Viernes de la 19ª semana
PERFECCIÓN DE LA VIDA CRISTIANA
La caridad - Piero del Pollaiolo
Mas sobre todo esto
tened caridad, que es el vínculo de la perfección (Col 3, 14).
I. Se dice que una
cosa es perfecta cuando alcanza el fin propio que es su última perfección. Así,
la caridad es la que nos une a Dios, último fin del alma humana, porque quien
permanece en caridad, en Dios permanece, y Dios en él (1 Jn 4, 16). Luego la
perfección de la vida cristiana se considera especialmente según la caridad.
Se dice que el hombre
es perfecto, simplemente y sin restricción, por razón de aquello en que
principalmente consiste la vida espiritual; y se dice perfecto relativamente
por razón de aquello por lo que está unido a la vida espiritual. Mas la vida
espiritual consiste principalmente en la caridad, y quien no la posee, no es
nada espiritualmente. Por eso dice el Apóstol; Si tuviere profecía, y supiere
todos los misterios, y cuanto se puede saber; y si tuviere toda la fe, de
manera que traspasase los montes, y no tuviere caridad, nada soy (1 Cor 13, 2).
También el apóstol San Juan afirma que toda la vida espiritual consiste en el
amor, diciendo: Nosotros sabemos que hemos sido trasladados de la muerte a la
vida en que amamos a los hermanos. El que no ama, está en muerte (1 Jn 3, 14).
Así, pues, hablando absolutamente, es perfecto en la vida espiritual el que es
perfecto en la caridad.
II. Pero de un modo relativo puede ser llamado perfecto por razón de aquello que se añade a la vida espiritual. Esto puede demostrarse evidentemente por las palabras de la Sagrada Escritura. Porque dice el Apóstol (Col 3, 14) que la perfección se atribuye principalmente a la caridad; ya que después de enumerar muchas virtudes, como la misericordia, la benignidad, la humildad, etc., añade otra vez: Mas sobre todo esto tened caridad, que es el vínculo de la perfección, porque en cierto modo ella une a todas las virtudes en una unidad perfecta.
Pero también algunos
se llaman perfectos en atención al conocimiento de la inteligencia: Antes sed
perfectos en un mismo ánimo y en un mismo parecer (1 Cor 1, 10); pero, sin
embargo, es considerado como nada el que tiene una ciencia perfecta sin
caridad.
Del mismo modo también
puede alguno ser llamado perfecto según la paciencia, que contiene obra
perfecta (Stgo. 1, 4), y según cualesquiera otras virtudes.
(De perfectione vitae
spir., c. I)
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