Para escuchar la entrevista completa:
El cardenal Fernando Sebastián fue
entrevistado por el programa «El Espejo» de la cadena Cope, donde explicó como
fue su experiencia el pasado fin de semana al ser creado cardenal por el Papa:
«El Papa Francisco nos dijo con mucho énfasis que no veníamos a formar parte de
una Corte y con eso me quedo». El cardenal dio su parecer sobre la situación de
los divorciados vueltos a casar, indicando que quienes desea recibir la
Eucaristía sabe muy bien lo que tiene que hacer.
El cardenal habló sobre la polémica acerca de la
comunión de los divorciados vueltos a casar:
«La prensa da la impresión de que la preocupación
más grande que hay sobre la familia y al matrimonio es la de los divorciados y
su deseo de volver a casarse además de recibir la eucaristía. Los divorciados vueltos a casar que sufren de
verdad por no recibir la eucaristía no son muchos porque si uno desea
recibir la eucaristía sabe muy bien lo que tiene que hacer.
El problema de fondo que la Iglesia y la sociedad tiene
que ponderar es el giro que se está produciendo en la comprensión del
matrimonio y en la valoración de la familia. Da la impresión de que está en marcha un plan para reconfigurar la
noción de matrimonio y familia y de esa manera se reconfigura la sociedad
entera y la vida del hombre. Es una pretensión verdaderamente arrolladora
porque es suplantar a Dios en la creación».
El purpurado recordó que «la Iglesia no se inventó el matrimonio y la familia. Es portadora
de la mente divina por la revelación. Si el hombre quiere remoldear la
convivencia y la sociedad entera no solo va contra la doctrina de la Iglesia va
contra la sabiduría y los proyectos de Dios». Es por ello por lo que insta 'a
un trabajo de campo'.
Ideología destructiva
«Hay que
acercarse a las personas que están siendo víctimas de esta ideología
profundamente destructiva, incluso a quienes la defienden de buena
voluntad. La actitud cristina es estar a favor de las personas y ayudarles a no
caer en esta trampa que nos destruye».
Por último pidió ser testigos de la palabra de
Cristo. «Con la oración hay que valorar a Jesús, su figura, su persona y su
aportación. Sin Cristo el mundo es
imposible y su influencia va mucho más allá de la Iglesia y del propio
cristianismo. Muestra el camino de la vida, de la justicia y de la paz a
la humanidad entera. Los cristianos tienen que ser entusiastas de Cristo pese a
las dificultades. Es la hora de mostrar el amor, la lealtad y la confianza. Hay
que tener confianza en el Señor y no dejarlo solo en los momentos de la
contradicción».
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