jueves, 22 de mayo de 2014

Oraciones y Novena a Santa Rita de Casia

Oracion:
Santa de lo Imposible. Oh Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada Mediadora de los sin esperanza e incluso de lo Imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan compasionado amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de El cualquier cosa que le pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo. Se favorable a nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este/a suplicante, se generosa con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para la más grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia devoción, y por el consuelo de aquellos que confían en ti. Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los meritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos:


(Mencione ahora su petición)                

Obten para nosotros nuestra petición
Por los singulares méritos de tu infancia,
Por la perfecta unión con la Divina Voluntad,
Por los heroicos sufrimientos durante tu vida de casada,
Por el consuelo que experimentaste con la conversión de tu esposo,
Por el sacrificio de tus niños antes de verlos ofender gravemente a Dios,
Por tu milagrosa entrada al Convento,
Por las austeras penitencias y las sangrientas ofrendas tres veces al día.
Por el sufrimiento causado por la herida que recibiste con la espina del Salvador Crucificado;
Por el amor divino que consumió tu corazón,
Por la notable devoción al Sagrado Sacramento, con el cual exististe por cuatro años, Por la felicidad con la cual partiste de tus pruebas para reunirte con el Divino Esposo,
Por el ejemplo perfecto que diste a la gente de cada estado de vida.




Santa de lo Imposible

Oremos
Oh Dios, Quien en tu infinita ternura has sido bondadoso para escuchar la plegaria de Tu sierva, Santa Rita, y otorgas a su súplica lo que es imposible a la vista, conocimiento y esfuerzos, en recompensa de su compasionado amor y firme confianza en Tu promesa, ten piedad en nuestra adversidad y socórrenos en nuestras calamidades, que el no creyente pueda saber que Tu eres la recompensa del humilde, la defensa de los sin esperanza, y la fuerza de aquellos que confían en Ti, a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Ruega por nosotros , O Sagrada Santa Rita, para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Triduo

ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS

Por la señal..

Acto de contrición.

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quién creo y a quien amo sobre todas las cosas, pésame de todo corazón de haberos ofendido con tantas y tan repetidas culpas, porque sois infinitamente bueno y dignísimo de ser amado. Suene ya en mi alma el eco de vuestra voz dulcísima y todopoderosa, para que despierte del sueño de muerte en que la entretienen las nonadas y bagatelas de este mundo. Mucho os he ofendido, amorosísimo Padre mío; haced, pues, que me arrepienta y llore mis pasados yerros a fin de que merezca amaros y alabaros en el Cielo. Amén.

Rezar a continuación la oración del día que corresponda:


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

V. Ruega por nosotros, Santa Rita.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.


ORACIÓN
Dios, que te dignaste dar tanta gracia a Santa Rita que amase a los enemigos y llevase en la frente y en el corazón las señales de tu caridad y pasión, te rogamos nos concedas que del mismo modo perdonemos a nuestros enemigos y contemplemos los dolores de tu pasión, para que consigamos los premios prometidos a los mansos y a los que lloran. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Día Primero

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Delante de vos, ¡oh gloriosa abogada Santa Rita!, mi alma siente hoy la necesidad de invocaros, y con grande esperanza recurre a vuestro refugio como patrocinadora de los casos más desesperados. Vos, que, además, tan bien habéis entendido la expresión evangélica en que «serán bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos», y que os despojasteis de todas las cosas de este mundo, desprended mi corazón del afecto a los bienes de esta tierra que le aprisionan, y haced que incesantemente y con firmeza de propósito reflexione las palabras del Divino Maestro, que dicen: «Qué servirá al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?»

MÁXIMA
El desprendimiento de los bienes de la tierra, o sea la pobreza evangélica, es una gran riqueza para el cielo y un tesoro preciosísimo que nadie nos podrá quitar. (San Juan Crisóstomo.)

PROPÓSITO
Haré, mediante la protección de Santa Rita, por romper los lazos que tienen ligado mi afecto a las vanidades de este mundo.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Segundo

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.

ORACIÓN
No basta, gloriosísima Santa Rita, protectora mía, que yo camine por la senda del bien si en él no soy perseverante. Vos, pues, que fuisteis modelo de cristiana constancia en practicar la virtud, alcanzadme fuerza para que adelante más y más en la senda de las santas costumbres en que, con la gracia de Dios, intento ocuparme, procurando copiar en mi vida la del justo, que semejante a la aurora crece hasta el perfecto día a fin de que quede bien impresa en mi alma la sentencia del Divino Maestro, que dice: «El que perseverare hasta el fin, será salvo.»

MÁXIMA
En el camino de la salvación todos debemos correr sin volver atrás hasta que lleguemos al término y mantener siempre vivo el deseo de correr más. (San Agustín.)

PROPÓSITO
Suplicaré siempre al Señor, muy especialmente en la Sagrada Comunión, el don de la perseverancia final.



Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Tercero

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Aunque conozco bien, ¡oh gloriosísima Protectora mía Santa Rita!, que me es necesario despreciar los insultos y burlas de los impíos, que con toda astucia procuran llevarme por los caminos de su malicia, no obstante, es tan grande mi fragilidad, que al instante me asusta ese temor vano. Venid, pues, en mi ayuda, Santa bendita, con vuestro patrocinio, para que sepa imitaros en vuestro desprecio a los que se burlan de la doctrina de Jesucristo, y pueda libremente decir con San Pablo: «Yo no me avergüenzo del Evangelio.» De este modo nada será capaz de separarme del servicio de Dios.

MÁXIMA
De nada sirve la amistad de los hombres, y nunca debemos complacerles con ofensa de Dios. (San Agustín.)

PROPÓSITO
Cuando me hallare en medio de los que se burlan de las enseñanzas de la Iglesia hablaré con entero valor por sostener la 'verdad.



Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.



Novena Breve


Devotamente postrados ante la presencia de Dios, y, a ser posible, ante una imagen de la Santa, se rezarán las siguientes oraciones durante nueve días consecutivos.


Por la señal...


ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa, Señor, de haberos ofendido, y propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Por vuestro amor, y porque así lo queréis y me lo mandáis, perdono de todo corazón a quien me hubiera agraviado. Confío en vuestra bondad y misericordia infinita me perdonaréis y recibiréis en vuestra amistad, por los méritos de vuestra pasión y muerte, y me daréis gracia para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Dios de infinita misericordia, que, disponiéndolo todo con admirable providencia, has puesto en tu Iglesia a los Santos para que fuesen modelo constante de todas las virtudes cristianas; y que, llevándolos a la gloria, los habéis constituido en abogados y protectores nuestros: escuchad propicio los ruegos de tu sierva Rita, colocada en el mundo como ejemplar digno de ser imitado en los diferentes estados de la vida cristiana, y concédenos por sus méritos e intercesi6n que, mediante el auxilio de tu divina gracia, podamos cada uno cumplir fielmente con las obligaciones de nuestro estado, para que nos hagamos dignos de obtener por su mediación lo que confiados pedimos en esta Novena, si ha de ser para gloria vuestra y bien de nuestras almas. Amén.


Rezar cuatro Padrenuestros, Avemarías y Glorias, en obsequio de los cuatro estados de vida, santificados por Santa Rita:

1) Santa Rita, niña santa y doncella inmaculada; ruega por nosotros.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

2) Santa Rita, esposa ejemplar y madre abnegada; ruega por nosotros.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

3) Santa Rita, viuda irreprensible y modelo de virtudes; ruega por nosotros.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

4) Santa Rita, esposa de Cristo y observante religiosa; ruega por nosotros.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Pídase ahora a Dios, con toda fe y confianza, por intercesión de Santa Rita, la gracia que se desea alcanzar con esta Novena.

V. Señalaste, Señor, a tu sierva Santa Rita.

R. Con el sello de tu caridad y Pasión.


ORACIÓN FINAL

Oh Dios omnipotente, que te dignaste conceder a Santa Rita tanta gracia, a fin de que amase a sus enemigos y llevase impresa en su corazón y en su frente la señal de tu Pasión; te suplicamos, Señor, nos concedas, por su intercesión y méritos, que de tal manera perdonemos a nuestros enemigos y consideremos los dolores de tu Pasión, que seamos dignos de la recompensa eterna, que has prometido a los humildes y piadosos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Novena


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Por la señal...

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío: porque sois la Infinita Bondad, os amo, Señor, más que a todas las cosas y más que a mí mismo. Me pesa entrañablemente de haberos ofendido; y por vuestro amor, y porque así lo queréis y me lo mandáis, perdono de todo corazón a todos mis enemigos, para que Vos, Señor, uséis conmigo de perdón y misericordia y olvidéis mis pasadas ofensas. Os ofrezco mi vida, mis obras y mis trabajos en satisfacción de todos mis pecados. Concédeme la gracia de perseverar en vuestro amor y servicio hasta la muerte. Amén.


ORACIÓN INICIAL

Dios y Señor nuestro, que, disponiéndolo todo con admirable providencia, has puesto en tu Iglesia a los Santos para que fuesen un modelo constante de todas las virtudes, y que, llamándolos a tu seno, los has constituido nuestros protectores y abogados: escucha propicio los ruegos de tu sierva Santa Rita, que diste al mundo como ejemplar en los diferentes estados de la vida, y concédenos que todo cuanto nuestra debilidad no puede por sí obtener lo consigamos mediante su poderosa intercesión. Amen.

Rezar la oración del día que corresponda:


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Dulcísimo y dolorosísimo Jesús, para que todo tu Sacratísimo Cuerpo fuese herido y atormentado por mis culpas, quisiste que
tu santísima Cabeza fuese coronada de espinas, y te dignaste regalar con una de ellas a tu escogida Santa Rita, marcándola con esta señal y señalándola en la frente por Esposa tuya: concédeme, Señor, su intercesión; y por la sangre que, sirviendo de instrumentos las espinas, manó de tu delicadísima Cabeza y corrió por tu bellísimo Rostro, haz que, regándose con ella mi alma, se limpie y purifique de las espinas de tantos pecados como mortalmente la han herido, y así regada y purificada lleve copiosos frutos de buenas obras, señalándolos con la final perseverancia, a la que tienes prometida la vida eterna, en donde te goce y alabe con tu coronada Esposa, mi protectora y abogada, y con todos los coros de Santos y Ángeles que te alaban y bendicen en la gloria por toda la eternidad. Amén.


ANTÍFONA
Te saludo, Rita, Esposa que entre espinas de dolor naciste, vaso y aun Rosa de Cristo, divino amor.

V. Señalaste, Señor, a tu sierva Rita.

R. Con el sello de tu caridad y Pasión.

Señor, Dios nuestro, que concedisteis a Santa Rita la gracia de llevar en su frente la señal de vuestra Pasión y en su corazón la caridad ardentísima del vuestro: otórganos por su intercesión y méritos que amemos a nuestros prójimos, aunque sean enemigos, con perfecta caridad, y contemplemos perpetuamente en la espina de la compunción los dolores intensísimos de vuestra Pasión. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Día Primero

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Astro refulgente de la Iglesia, perla engarzada en la corona del cielo agustiniano, gloriosa Santa Rita, cuyo nacimiento fue ya presagio de la futura santidad, celebrada por los ángeles al anunciar a tus cristianos padres la buena nueva de que te darían a luz, y admirada por los hombres al contemplar atónitos el estupendo prodigio de aquel panal de riquísima miel labrado en vuestra boca al entreabrirse a la primera sonrisa de la inocencia: compadécete de tus devotos, y concédenos, en retorno del acendrado amor que te profesamos, la gracia de responder con fidelidad a los divinos llamamientos, para que lleguemos a alcanzar la gloria eterna. Amén.

T

erminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Segundo

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Salve, modelo de perfecta obediencia, heroína de abnegación y sufrimiento; salve, espejo de jóvenes pudorosas, de esposas atribuladas y de madres que saben amar a los hijos de sus entrañas; salve, mujer fuerte, que, comprendiendo ser mejor la obediencia que el sacrificio, renunciaste al voto de virginidad, que tanto te halagaba, para aceptar la Cruz pesadísima del matrimonio, con todas las consecuencias de un esposo cruel, iracundo y dominado por los vicios, a quien, como otra Mónica, lograste amansar y convertir con la elocuencia de tus lágrimas y la eficacia de tu silencio. Apiádate, ¡oh incomparable Santa Rita!, de nuestra loca y desatendida juventud; alivia el peso abrumador de tanta tribulación, de tanta hiel y de tanta amargura como gravita sobre el corazón de las inocentes esposas que, como vos, no tienen otro consuelo que sus lágrimas y su silencio, y conseguidnos a todos resignación en los trabajos y fortaleza en la adversidad para luchar valerosamente hasta alcanzar la eterna bienaventuranza. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Tercero

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
¡Oh insigne Santa Rita, ejemplar acabado de virtudes cristianas, que, habiéndoseos arrebatado violentamente a vuestro marido cuando comenzabais a gustar los frutos de la conversión operada en su alma, merced a la labor constante de dieciocho años de indecibles sufrimientos, no sólo os resignasteis con tan terrible pérdida, sino que interpusisteis vuestro valimiento en favor de los asesinos, y lo que es más, recabasteis del cielo la muerte de vuestros hijos, temerosa de que con el tiempo vengasen la de su querido padre! Haced que con la misma generosidad perdonemos a nuestros enemigos, a fin de que el Señor nos perdone nuestras ofensas. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Cuarto

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
¡Oh prodigio de santidad, ilustre Santa Rita, doncella inmaculada, esposa sin igual, madre excelente y viuda intachable! Para enaltecer y santificar con vuestra influencia la perfección de todos los estados de la vida os faltaba realizar el sueño dorado de vuestra infancia: vestir el hábito religioso. ¿ Qué importan los obstáculos y dificultades que puedan presentarse? Vuestras súplicas y vuestras lágrimas lo allanarán todo, y cuando eso no bastase, Dios, que vela por ti como por su hija predilecta, enviará del cielo a tus tres santos abogados, San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino, quienes te conducirán de la mano, como tres ángeles, a la morada del Señor, por la que tanto suspiras, donde con los brazos abiertos, y dando gracias al Altísimo, serás recibida por las observantes hijas del gran Agustín. Concédenos el don de perseverar en nuestros buenos propósitos, por graves que sean las tentaciones y dificultades que se nos presenten, hasta que lleguemos al fin a contemplarle en la Gloria. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día quinto

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Esclarecida hija de San Agustín, que, habiendo logrado tus deseos de vestir su santo hábito y ceñir su misteriosa correa, consagrándote totalmente a Dios por los votos religiosos, te dedicaste a acrisolar tus virtudes en el nuevo estado, mereciendo, en premio de tu ciega obediencia, inauditas mortificaciones y continua contemplación de los dolores y afrentas del Redentor; recibir mercedes estupendas, como la de hacer brotar y reverdecer en lo más crudo del invierno fragantes rosas y sabrosos frutos, y, sobre todo, la de sentir clavada en tu frente una de las espinas desprendidas de la corona del Salvador: alcánzanos una perfecta obediencia a los divinos Mandamientos, y la gracia de saber orar y tener siempre presente la Cruz y los padecimientos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Sexto

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
Por los dolores acerbísimos y el riguroso aislamiento que os proporcionó la irrestañable herida abierta en vuestra frente por el glorioso estigma de la Cruz, consíguenos, ¡oh serafín de Casia!, que sepamos soportar con cristiana resignación el peso de las cruces propias de nuestro estado, y que, como vos, nos gocemos de morir por medio del sufrimiento, crucificados con Cristo Jesús. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Séptimo

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
¡Oh prodigiosa Santa Rita, que en el prolongado martirio de tu vida recibiste, junto con las hieles de todas las amarguras y de todos los dolores, el bálsamo de esos consuelos que embriagan y arrebatan el alma, encendiéndola en mayores deseos de padecer por Cristo, para gozar y reinar después con Él! Haz que en nuestras desolaciones y sequedades de espíritu descienda sobre nuestras almas el rocío de los divinos consuelos perseverando sin desmayos en nuestra oración, para que no cejemos un punto en el ejercicio de las prácticas piadosas y en el santo servicio de Dios. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Octavo

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
¡Oh gloriosísima Santa Rita, cuya muerte, semejante en todo a vuestra vida, fue el espectáculo más tierno y conmovedor que puede presenciarse dentro de los claustros! ¡Qué consejos y qué despedida la vuestra de aquellas hermanas del alma, que, a la vez que envidiaban tu muerte y se felicitaban por tu glorioso tránsito, se deshacían en ríos de lágrimas! ¡ Qué fragancia la que comenzó a despedir la llaga de tu frente! ¡ Qué mirar tan dulce el de tus ojos! ¡Qué suspiros tan tiernos y qué abrazo tan celestial coronaron tu preciosa existencia! Por todas estas maravillas te suplicamos nos concedas la gracia de la perseverancia final y una muerte preciosa ante los ojos del Señor. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.


Día Noveno

Por la señal..., acto de contrición y la oración inicial para todos los días.


ORACIÓN
¡Oh incomparable Santa Rita, que, después de haber enaltecido y santificado con tus heroicas virtudes todos los estados de vida que la mujer puede abrazar en este mundo; de doncella, madre, viuda y religiosa, dejando en todos ellos ejemplos admirables que imitar, inauguraste con tu preciosa muerte el período de estupendos milagros, que te merecieron el título de Abogada de imposibles, por no haber negocio, ni conflicto, ni situación, por ardua y desesperada que parezca, que no tenga fácil y suave resolución acudiendo a ti, de quien con verdad puede decirse que todo lo puedes, porque todo cuanto pides lo consigues de Aquel para quien nada hay imposible! Consíguenos, Santa bendita, en retorno del amor que te profesamos, de las simpatías que por ti sentimos y de la fe y el entusiasmo con que te tributamos el pobre obsequio de esta Novena, la gracia de cumplir honrada y noblemente los deberes de nuestro estado, santificándonos en él y salvándonos por él, mediante los méritos de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.


Terminar con un Padrenuestro, cuatro Avemarías y la oración final de todos los días.

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