sábado, 26 de enero de 2013

III Domingo durante el año (Ciclo C) - Catena Aurea

Lucas 1,1-4;4, 14-21
          Puesto que muchos intentaron ordenar la historia de las cosas que se cumplieron en nosotros (según la relación que nos hicieron de ellas los que desde el principio las vieron por sí mismos, y fueron ministros de la palabra), me ha parecido oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado diligentemente de todas esas cosas desde su principio, escribírtelas por orden, a fin de que conozcas la virtud de aquellas palabras que te fueron anunciadas.
          Y regresó Jesús por la virtud del Espíritu, a Galilea, y la fama de El se divulgó por todo el país. Y El enseñaba en las sinagogas de ellos, y era engrandecido por todos. Y vino a Nazaret, donde se había criado: y entró, según su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó para leer: y se le dio el libro de Isaías profeta: y abriéndole, halló el lugar en que estaba escrito: El Espíritu del Señor reposó sobre mí, por lo que me ungió; y me envió a evangelizar a los pobres, a sanar a los contritos de corazón, a predicar la remisión a los cautivos, y a los ciegos la vista: poner a los quebrantados en libertad, predicar el año aceptable del Señor, y el día de la retribución." Y habiendo cerrado el libro, se lo devolvió al ministro, y se sentó. Y cuantos había en la sinagoga tenían los ojos fijos en El. Y les empezó a decir: "Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos".

Eusebio de Cesarea, historia ecclesiastica, 3,4
San Lucas indicó en el principio de su Evangelio la causa por la cual lo escribió. A saber, porque muchos habían presumido temerariamente narrar cosas que le eran a él más claramente conocidas. Y esto es lo que dice: "Puesto que muchos intentaron ordenar las narraciones de las cosas".

San Ambrosio, in Lucam
Pues así como profetizaron muchos en el pueblo judío, iluminados por el Divino Espíritu, y otros, por el contrario, eran falsos profetas más bien que profetas, así ahora en la nueva alianza, muchos intentaron escribir evangelios, que no aprobaron los que conocían los hechos. Y en verdad, se habla de un Evangelio que se supone escrito por los doce Apóstoles. También osó Basílides escribir un Evangelio. Y se habla de otro escrito por Matías.

 
Beda, in Lucam
Cita otros muchos, no tanto por el número, cuanto por la multitud de herejías que encierran. Porque, como sus autores no estaban inspirados por el Espíritu Santo, hicieron un trabajo inútil, toda vez que tejieron la narración a su gusto, sin cuidarse de la verdad histórica.

San Ambrosio, in Lucam
Hay quien se afana por escribir, se cansa en trabajar y no llena su objeto, porque los dones y la gracia de Dios no provienen del esfuerzo. Esta gracia, donde se derrama, acostumbra a difundirse, para que el ingenio del escritor no esté en la indigencia, sino en la abundancia. Por eso dice bien "de cosas que se cumplieron en nosotros". Esto es, que abundan en nosotros. Pues lo que abunda, a ninguno falta. Nadie duda de lo que se ha cumplido cuando el efecto establece la fe y el resultado la demuestra.

Tito Bostrense, en su prefacio sobre el Evangelio de San Lucas
Dice pues "de las cosas", porque Jesucristo cuando vino al mundo no obró de un modo aparente, según dicen los herejes, sino que, siendo la Verdad, cumplió verdaderamente su obra.
 
Orígenes, in Lucam, 1
Indica el efecto cuando dice: "Que se han cumplido en nuestros tiempos". Es decir, que se han mostrado muy manifiestamente en nosotros -como dice el texto griego, peplhroforhmenwn 1 , que el texto latino no puede expresar con una sola palabra-, pues había conocido por medio de la fe y de la recta razón con tanta seguridad, que no vacilaba en lo más mínimo.

San Crisóstomo, Comm in Act. Apost. Hom. 1
Pero el Evangelista no se contenta solamente con el testimonio propio, sino que todo lo refiere a los demás apóstoles y de allí toma el valor de sus palabras. Y por tanto, añade: "Como nos lo han transmitido los mismos que lo vieron desde el principio".

Eusebio de Cesarea, historia ecclesiastica, 3,4
Lucas está seguro de poseer la verdad, ya por habérsela relatado San Pablo, ya porque se la enseñaron los demás apóstoles, que la habían visto desde el principio.

San Crisóstomo, Comm in Act. Apost. Hom. 1
Dice pues "vieron", porque el mayor motivo de credibilidad es haber aprendido de aquellos que vieron personalmente.

Orígenes, homilia 1
Es bien sabido que la finalidad de algunas ciencias está en la misma ciencia, como sucede en la geometría; pero en otras ciencias el objeto está en los efectos, como en la medicina. Así sucede con la palabra de Dios. He ahí por qué, después de haber señalado la ciencia por lo que había dicho: "Ellos lo vieron", demuestra las obras, por lo que sigue: "Y fueron ministros de la palabra (o del Verbo)".

San Ambrosio, in Lucam
Este modo de hablar no debe hacernos suponer que el ministerio de la palabra consista más en ver que en oír; sino que puesto que por la palabra no se significaba una palabra que pueda ser pronunciada con la boca, sino una que tiene existencia real, debemos entender que los apóstoles no fueron ministros de una palabra cualquiera, sino del Verbo celestial.

San Cirilo
Cuando dice que los apóstoles vieron a ese Verbo, concuerda con San Juan, cuando dice: "El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros; y vimos su gloria" ( Jn 1,14). Porque el Verbo se hizo visible, por medio de la carne.

San Ambrosio, in Lucam
No sólo vieron al Señor según el cuerpo, sino también según el Verbo. Vieron al Verbo los que vieron la gloria del Verbo con Moisés y Elías; otros sólo pudieron ver el cuerpo.

Orígenes
En el Exodo está escrito: "El pueblo veía la voz del Señor" ( Ex 20,18). La voz, más que verse, se oye. Pero está escrito así para darnos a entender que la voz del Señor es visible a otros ojos, por los cuales ven los que lo merecen. Y en verdad, en el Evangelio no se ve la voz sino la palabra, que es más excelente que la voz.

Teofilacto, pref. in Lucam
En esto se da a entender claramente que San Lucas no fue discípulo desde el principio, sino después de algún tiempo. Mas otros sí fueron discípulos desde el principio, como San Pedro y los hijos del Zebedeo.

Beda
Sin embargo, Mateo y Juan en muchas cosas que escribieron, tuvieron la necesidad de aprenderlas de aquellos que habían podido conocer la infancia del Señor, su juventud, su genealogía y habían presenciado sus acciones.

Orígenes
Después reivindica el derecho de escribir, porque lo que escribió no lo conoció por rumor, sino por haberlo aprendido él mismo desde el principio. Por esto sigue: "Me ha parecido oportuno, óptimo Teófilo, después de haberme informado diligentemente de todas esas cosas, desde el principio, escribírtelas por orden".

San Ambrosio
Cuando dice: "Me ha parecido" no excluye la acción de Dios, porque Dios es quien prepara la voluntad de los hombres. Como puede verse fácilmente, este libro del Evangelio es más extenso que los otros. Por eso afirma que nada falso dice, sino la pura verdad. Y así añade: "Informado de todo, me ha parecido oportuno escribirlo"; no todo, sino de todo; porque, si todas las cosas que hizo Jesucristo se escribiesen, no creo que cupieran en el mundo ( Jn 21,25). Con toda intención omite lo que refieren los demás evangelistas, para que cada uno de los libros de los Evangelios se distinga por algún milagro particular de los misterios y obras de Jesucristo.

Teofilacto
Escribe a Teófilo, hombre esclarecido, y acaso príncipe, porque lo llama óptimo, y así no se trata sino a los príncipes y a los gobernantes, como San Pablo dijo también a Festo: "Optimo Festo" ( Hch 26,25).

Beda
Teófilo significa el que ama a Dios, o amado por Dios. Que todo el que ama a Dios, o desea ser amado por Dios, crea que el Evangelio ha sido escrito para él y que se le ha concedido como regalo, con encargo de que conserve una joya tan preciosa. No da a conocer a Teófilo la razón de cosas nuevas y desconocidas, sino que promete exponerle la verdad de las cosas, acerca de las cuales está ya instruido, cuando añade: "Para que conozcas la verdad de aquellas palabras que has aprendido". Esto es, para que puedas conocer todo lo que se te ha dicho acerca del Señor, o se ha hecho por El.

San Juan Crisóstomo
O de otro modo, para que tengas certeza y estés seguro de todas las cosas que has oído, viéndolas escritas.

Teofilacto
Muchas veces cuando alguien dice alguna cosa sin escribirla, la consideramos como falsa. Mas si escribe lo que dice, entonces creemos, como si no escribiese mas que lo que estima verdadero.
 
Greek, Ex
Todo el preámbulo del evangelista contiene dos cosas. Referir la condición de aquellos que habían escrito el Evangelio antes que él (como son San Mateo y San Marcos) y por qué él se propuso escribir. Cuando dijo: "Intentaron", esta palabra podía aplicarse a aquellos que presuntuosamente emprendieron la obra y a los que la trataron con reverencia. Y precisa ese dudoso sentido con dos adiciones. Primeramente diciendo: "Las cosas que se cumplieron en nosotros", y después cuando dice: "Como nos han dicho los que lo vieron desde el principio". Además, cuando dice: "nos han trasmitido", da a entender que deben propagarse estas doctrinas, porque así como otros se las enseñaron a él, será conveniente que los que las aprenden de él las enseñen a los demás. A los que fueron encomendadas las Escrituras que habían de ser transmitidas, se les presentaban muchos inconvenientes que habían de surgir al transcurrir el tiempo; de donde con razón los que habían recibido estas enseñanzas de los primeros -de los que las habían presenciado y de los que las habían predicado- se atrevieron a trasmitirlas a todo el mundo por medio de sus escritos disipando las calumnias, destruyendo el olvido y constituyendo la integridad por medio de la tradición misma.

Orígenes, in Lucam hom. 32
Porque el Señor había vencido al tentador, se le añadió virtud, esto es, en cuanto a su manifestación. Por lo que se dice: "Y regresó Jesús en virtud del Espíritu".

Beda
La virtud del Espíritu significa los signos de los milagros.

San Cirilo, in Cat. graec. Patr
Obraba milagros, no con un poder extrínseco y como habiendo adquirido la gracia del Espíritu Santo -como otros Santos-, sino más bien, como que era Hijo de Dios por naturaleza y asociado en todo al Padre, usa de la virtud del Espíritu Santo como propia virtud y propia operación. Convenía que desde entonces se manifestase y brillase el misterio de su encarnación entre aquellos que eran de la sangre de Israel. Por eso sigue: "Y su fama se extendió".
 
Beda
Y como la Sabiduría pertenece a la doctrina y el poder a las obras, ambos se juntan aquí. De donde sigue: "Y El enseñaba en las sinagogas". La palabra griega sinagoga significa en latín congregación, con cuyo nombre los judíos solían llamar, no sólo la asamblea de las turbas, sino también la casa en la que se reunían para oír la palabra de Dios, como nosotros llamamos Iglesia a la reunión de los fieles y al local en que se congregan. Hay, sin embargo, una diferencia entre sinagoga -que quiere decir congregación- e Iglesia, que significa convocación (asamblea), porque los animales y las demás razas pueden congregarse en un lugar, mientras que sólo se puede convocar a los seres racionales. Por eso a los doctores apostólicos les pareció oportuno que el pueblo de la nueva gracia, que es más digno, se llamase Iglesia más bien que sinagoga. Con razón debía ser glorificado por todos los presentes él que tenía el testimonio de todos los hechos y de todos los oráculos precedentes, cuando sigue: "Y era glorificado por todos".

Orígenes, in Lucam, hom 32
Guárdate de pensar que aquéllos solamente son bienaventurados que fueron testigos de la enseñanza de Jesucristo, creyéndote menos favorecido que ellos, porque también enseña ahora en todo el universo por medio de sus órganos; y ahora es más glorificado por todos que en aquel tiempo, en que tan sólo en una provincia se congregaban.

San Cirilo
Se da a conocer a aquéllos, entre los cuales se crió según la carne, de donde sigue: "Y vino a Nazaret".

Teofilacto
Para enseñarnos a instruir y hacer bien primero a los propios, y después extender a los otros la amistad.

Beda
Reuníanse en las sinagogas el día del sábado, a fin de meditar las enseñanzas de la ley, durante el reposo de las cosas del mundo y en el recogimiento del corazón, de donde sigue: "Y entró, según su costumbre, el día del sábado en la sinagoga".

San Ambrosio
De tal modo el Señor se prestó a toda clase de obsequios, que no desdeñó el oficio de lector, de donde sigue: "Y se levantó a leer: y se le entregó un libro". Tomó el libro, para demostrar que El es el que habla por medio de los profetas, y apartar la perfidia sacrílega de aquéllos que dicen que el Dios del Antiguo Testamento no es el mismo que el del Nuevo, o que hacen comenzar a Cristo en la Virgen. ¿Cómo, en efecto, puede comenzar en la Virgen El que hablaba antes que la Virgen existiese?

Orígenes, ut sup
No abrió el libro por casualidad, y halló el capítulo de la lección que le anunciaba, sino que fue obra de la providencia de Dios, por lo que sigue: "Y apenas le abrió, halló el lugar".

San Atanasio, Orat. 2, contra Arrianos
Dice esto para explicarnos la causa de la revelación y de su encarnación; pues del mismo modo que el Hijo -que da el Espíritu-, no rehúsa confiar -como hombre- que con el Espíritu de Dios expulsa los demonios, tampoco rehúsa decir: "El Espíritu de Dios sobre mí", porque se hizo hombre.

San Cirilo
Igualmente confesamos que fue ungido, en cuanto tomó carne. De donde sigue: "Por lo que me ungió". No se unge la divina naturaleza, sino lo que es común con nosotros; así también cuando se dice enviado, debe atribuirse a la humanidad, pues sigue: "Me envió a evangelizar a los pobres".

San Ambrosio
He ahí la Trinidad coeterna y perfecta. La Escritura anuncia a Jesús, Dios y hombre perfecto en dos naturalezas. Anuncia al Padre y al Espíritu Santo, que apareció como cooperador, cuando descendió sobre Cristo bajo la especie corporal de una paloma.

Orígenes, in Lucam hom 32
Llama pobres a las naciones, y lo eran, en efecto, puesto que nada poseían: ni Dios, ni ley, ni profetas, ni justicia, ni las demás virtudes.

San Ambrosio
O se le unge universalmente con el óleo espiritual y la virtud celeste, para regar la pobreza de la condición humana con el tesoro eterno de la resurrección.

Beda
Es también enviado a evangelizar a los pobres y decirles: "Bienaventurados, pobres, porque vuestro es el reino de los cielos" ( Mt 5,3).

San Cirilo
Acaso quiere decir que entre todos los dones que vienen de Cristo, el mejor es para los pobres de espíritu. Sigue: "Sanar a los contritos de corazón". Llama contritos de corazón a los débiles, que tienen mente frágil y que no pueden resistir a los asaltos de las pasiones, a quienes promete el remedio de la salvación.

San Basilio, in Cat. graec. Patr
O viene a sanar los contritos de corazón, esto es, a dar remedio a los que tienen humillado el corazón por Satanás con el pecado; porque el pecado es lo que sobre todo abate el corazón humano.  
Beda
O porque está escrito: "Dios no desecha al corazón contrito y humillado" ( Sal 50,19); por eso se dice enviado a sanar a los contritos de corazón; según aquella sentencia: "Que sana a los contritos de corazón" ( Sal 146,3).
Sigue: "Y anunciar la remisión a los cautivos".

Crisóstomo, in Salm. 125
La palabra cautividad tiene muchos sentidos. Hay una cautividad buena, como dice San Pablo: "Cautivando todo nuestro espíritu para obedecer a Cristo" ( 2Cor 10,5); y hay una mala, de la cual se dice: "Llevaban cautivas a mujeres cargadas de pecados". La cautividad es sensible cuando procede de enemigos corporales; mas la peor es la inteligible, de la que dice aquí: "El pecado produce la más dura tiranía, manda el mal y confunde a los que le obedecen" ( 2Tim 3). De esta cárcel inteligible es de donde nos sacó Jesucristo.

Teofilacto
También puede entenderse esto de los muertos, que estaban cautivos, y la resurrección de Jesucristo rompió las cadenas que los detenían en el infierno.
Sigue: "Y la vista a los ciegos".

San Cirilo
Las tinieblas que el diablo había amontonado en el corazón humano, Jesucristo -como el Sol de justicia- las disipó; haciendo a los hombres hijos, no de la noche y de las tinieblas, sino de la luz y del día, como dice el Apóstol: "Los que antes erraban, entraron en la senda de los justos" ( 1Tes 5).
Sigue: "Poner en libertad a los quebrantados".

Orígenes, in Lucam hom 32
¿Qué cosa más quebrantada y lisiada que el hombre, a quien dimitió Jesús y sanó?

Beda
O "poner en libertad a los quebrantados", esto es, enderezar a los que el peso de la ley había encorvado.

Orígenes, ut sup
Todas estas cosas fueron predichas para que, después de la vista dada a los ciegos, después de la libertad de los cautivos, después de la curación de diveresas heridas, vengamos al año propio del Señor, de donde se sigue: "Anunciar el año propicio del Señor". Dicen algunos, según la simple inteligencia, que el Salvador predicó el Evangelio en Judea durante un año, y que por eso se dice: "Anunciar el año aceptable del Señor". O el año de Dios aceptable es todo el tiempo de la Iglesia, en el cual, mientras se vive en la carne mortal, no se goza de la visión de Dios.

Beda
No sólo el año de la predicación del Señor fue aceptable, sino también aquel en que predicaba el Apóstol, diciendo: "He aquí ahora el tiempo aceptable" ( 2Cor 6,2). Después del año aceptable del Señor, añade: "Y el día de la remuneración", esto es, extrema, cuando dé a cada uno según sus obras.

San Ambrosio
O llama año favorable del Señor al día eterno, que no conocerá ya el trabajo de este mundo, y que dará a los hombres la recompensa del reposo.
Sigue: "Y habiendo cerrado el libro, le devolvió".

Beda
Después de haber leído el libro a los que estaban presentes para escucharle, le devolvió al ministro; porque cuando estaba en el mundo hablaba públicamente, enseñando en las sinagogas y en el templo; mas vuelto al cielo, confió el ministerio evangélico a aquellos que le habían visto desde el principio, y que habían sido ministros de su palabra. Leyó de pie, porque, cuando nos explicó las Escrituras que se referían a El, se dignaba obrar en la carne; mas devuelto el libro, se sienta, porque vuelve a ocupar el trono de su celestial reposo. Estar de pie es propio del que obra, sentarse, lo es del que descansa o juzga; así, el predicador de la palabra debe levantarse y leer, esto es, obrar y predicar y sentarse, es decir, esperar el premio del descanso. Leyó con el libro abierto, porque, enviado el Espíritu de verdad, enseñó toda verdad a la Iglesia. Le entregó cerrado al ministro, porque no todo se puede decir a todos, pero comisionó al doctor para dispensar la palabra según la capacidad de los oyentes.
Sigue: "Y en la sinagoga todos tenían los ojos fijos en El", etc.

Orígenes, in Lucam hom 32
Y aun ahora si queremos, se pueden fijar nuestros ojos en el Salvador. Si diriges el anhelo de tu corazón a la sabiduría, la verdad y a la contemplación del Unigénito de Dios, tus ojos ven a Jesús.

San Cirilo
Atraía hacia sí las miradas de todos, asombrados de ver que sabía letras sin haberlas aprendido. Mas como era costumbre de los judíos decir que las profecías de Cristo se cumplían en alguno de sus jefes o reyes, o en algunos santos Profetas, el Señor precave esto, por lo que sigue: "Empezó, pues, a decirles: Esta Escritura se cumple hoy", etc.

Beda
Porque el Señor hacía las grandes cosas que aquella Escritura había predicho, y el Señor las anunciaba mayores.

 Notas
1. peplhroforhmenwn: Llevadas a cabo completamente. En latín: completae sunt.

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