jueves, 16 de enero de 2014

El abandono de los sagrarios acompañados (1) - Beato Manuel González García

I. Contra qué y para qué se escribe este libro

Se escribe contra un mal tan grave como poco conocido y reparado. ¡El abandono de los Sagrarios acompañados!

Ved aquí un tema de conversación que, sin acertar a explicarme enteramente el por qué, vengo ha tiempo rehusando y deseando tratar.

Quizá el temor de que mis palabras den ocasión o pongan en peligro de disminuir la compañía que ya se da al Sagrario, sin conseguir disminuir los abandonos con que a las veces, ¡y ojalá no fueran tantas!, van mezcladas esas compañías, me haya tenido en este estado de perplejidad entre hablar o callar.
 
Idea obsesionante
Os confieso que es idea que me ocupa y me llena, que se me comprueba con harta frecuencia, y de hartos modos, y que llega hasta a punzarme y ponerme triste, sin que haya podido evitar que alguna vez al correr de la pluma, se hayan escapado por los puntos de ésta algunas gotas de la amargura que aquella idea levanta en mi corazón.

¡Tengo tan clavada en él la mirada angustiada de Jesús solo en medio de muchedumbres cristianas!

¡Se va metiendo tanto y tan hondamente en mi alma la persuasión y la compasión de esa soledad!

Mas, por otra parte, he podido comprobar que eso de hablar de Sagrarios abandonados es lenguaje tan duro para muchos oídos cristianos, que, antes de reconocer la dolorosa, es verdad, pero indiscutible realidad de ellos, hay muchos, muchos de éstos que rotundamente lo niegan, temerosamente lo limitan, torcidamente lo explican o airadamente exigen que se deje de hablar y de escribir de eso como de cosa que escandaliza.

Y si esto ocurre con hechos de una actualidad y de un relieve y de una repetición tales que bastan los ojos de la cara para enterarse de ellos, ¿qué acontecería con hechos, más sentidos que presenciados, más adivinados que vistos a plena luz, más echados de menos que de más?

Y ése es el hecho del abandono del Sagrario acompañado: hecho tan cierto, no pocas veces, como merecedor de todas las lágrimas de desagravio de los ojos amantes y de todos los corazones buenos...

Lo que me decide a hablar
En estas vacilaciones me hallaba cuando llega a mi mesa de trabajo esa carta, que vais a leer. El ser un sacerdote, un Párroco que son entre los sacerdotes los que llevan las preferencias de mi cariño, quien la escribe, sin conocerme y sin que yo le conozca, y el acento de sincera curiosidad, de cariñosa e inquieta solicitud al para que dé deferente afecto, han sido como la gota de agua que ha hecho rebosar el vaso de mis deseos de hablar y... voy a hacerlo.

Una carta
Ved la carta y que sirva de prólogo de esta serie de ratos de conversación que con vosotros quiero echar sobre el tan interesante como escabroso tema de este libro:

 

S. de B. (Burgos) 12 de abril de 1921

Ilmo. Sr. Obispo de Málaga:

Ilmo. Sr.: En el número 60 de "Narraciones eucarísticas de las Marías de Burgos", correspondiente al mes de marzo de 1921, acabo de leer un artículo de Su Ilustrísima, copiado de El GRANITO, titulado "En el aniversario de la Obra. Un punto de meditación para muchas Comuniones de Marías", y cuyo tema es el giro sugestivo y sorprendente de "el abandono de los Sagrarios acompañados".

Lo voy leyendo muchísimas veces, y cada vez que lo leo me gusta más, y pienso leerlo todavía con más frecuencia. Para mí es el mejor artículo que he leído de los muchos escritos de Su Ilustrísima. Claro está que este juicio crítico no tiene valor académico...

Se me ocurre decirle que este artículo necesita ampliación y debe explanarle del todo, desarrollando más largamente el significado o sentido de las palabras "¡almas-hostias!".

Ya que Su Ilustrísima, como Obispo, está viendo y sintiendo la extensión e intensidad de ese abandono, haga también la obra de misericordia de enseñarnos a sentir y a ver todo ese extenso e intenso abandono, para que sepamos todos tener con Jesús Sacramentado la compañía íntima de la imitación y de la inmolación.

Hágalo así. Y esas luces y esos sentires que, como Obispo ve y siente, sáquelos a la luz pública para que aprendamos a ser verdaderos acompañantes del santísimo Sacramento. Y lo que escriba en este sentido, será la obra complementaria o parte segunda del "Aunque todos... yo no...".

Con estas esperanzas se ofrece a Su Ilma. atento s.s. y c., D.Z.G., Párroco".

 

Ya está dicho en esta carta para qué se escribe este libro: Para enterar de ese abandono a los no enterados, interesar más a los enterados y mover a sacerdotes, Marías, Discípulos de san Juan y a las almas eucarísticas todas, a pelear contra él con la reparación más activa y la compasión mas sentida.

Ángeles de los Sagrarios, reparadores silenciosos de esos abandonos de que las gentes no se dan cuenta, ayudadme a descubrir ese mundo de tristezas sin consuelo del Sagrario, conocido a medias y a introducir en él a muchos, muchos cristianos.

Madre Inmaculada, la que nunca abandonó y siempre supo dar al Corazón de su Hijo lo que esperaba y pedía, da virtud a estas paginillas de formar almas con las que cuente siempre tu Jesús en cada hora de su vida de Sagrario...

Cómo quisiera yo que se leyeran estas páginas
Yo quisiera que este libro se leyera muy despacio, y con el alma muy llena de la presencia real de Jesús vivo en el Sagrario, para dejar tiempo a que la cabeza se entere, el corazón se mueva y la gracia de Dios obre y después de leído así, que se rumie en oración afectuosa ante el Sagrario.

 

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